¿Por qué Jesús expresó dejad que los niños vengan a mí?
Reflexión sobre Mateo 19:14
En un momento durante el ministerio terrenal de Jesús, le trajeron algunos niños para que pudiera imponerles las manos y orar por ellos (Mateo 19:13). Los discípulos trataron de alejar a los niños, pero Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (versículo 14). Marcos 10:14 agrega que Jesús “se indignó” con Sus discípulos, estaba molesto por sus acciones. Luego bendijo a los niños (Mateo 19:15).
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¿Qué quiso decir Jesús con «dejad que los niños vengan a mi»?
Hay dos elementos potencialmente desconcertantes en esta historia. Primero, ¿Por qué los discípulos trataron de alejar a los niños de Jesús? Además, ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Dejad que los niños vengan a mí . . .porque de los tales es el reino de los cielos?”.
¿Por qué los discípulos reprendieron a los niños y los alejaron de Jesús?
Es importante recordar que en la época de Jesús los niños no eran necesariamente considerados especiales o especialmente queridos, excepto por sus propios padres. Muchas culturas hoy ven a los niños como especialmente dulces, inocentes e incluso sabios. La cultura judía en ese día probablemente no veía a los niños en términos tan optimistas.
Lo más probable es que los discípulos reprendieron a los que llevaban niños a Jesús porque sentían que traer niños a Jesús era socialmente inapropiado o porque pensaban que los niños lo molestarían; sin embargo, Jesucristo les dijo «dejad que los niños vengan a mí».
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Dejad que los niños vengan a mí, porque Jesús quería bendecirlos
Es probable que la decisión de los discípulos de impedir que los padres llevaran a sus hijos a Jesús no fue motivada por falta de amabilidad, sino por el deseo de respetar la posición de Jesús como maestro. Pero Jesús quería que los niños vinieran a Él, quería bendecirlos.
Es maravilloso pensar en Jesús interactuando con un niño. Los niños son necesitados y dependientes, y no saben casi nada sobre la vida. Funcionan principalmente en la emoción más que en la razón.
En la Biblia se compara a los creyentes con niños
Las Escrituras a menudo comparan a los creyentes con niños (p. ej., Lucas 10:21; Gálatas 4:19; 1 Juan 4:4). De hecho, Jesús les dijo a los que lo seguían: “si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18:3–4; cf. Marcos 10:15).
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El mandato de Jesús
Lo que nos revela el mandato «dejad que los niños vengan a mi»
El mandato de Jesús de “dejad que los niños vengan a mi” revela varias verdades:
1) Los niños necesitan ser bendecidos por el Señor.
2) El Señor quiere bendecir a los niños.
3) Se debe animar a los padres a traer a sus hijos a Jesús a una edad temprana y enseñarles sus caminos. Recordemos que Jesús fue quien dijo «dejad que los niños vengan a mi».
4) Jesús tiene consideración por los más débiles y vulnerables entre nosotros.
5) No importa cuán compasivos sean los seguidores de Jesús, Jesús mismo es aún más compasivo.
6) Los que vienen a Cristo deben hacerlo con humildad, fe y sencillez de niños.
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Al igual que los niños que confían implícitamente en sus padres, los creyentes confían en Dios. La fe no se trata de saber todo o hacer todo bien. Se trata de saber que, pase lo que pase, nuestro Padre cuidará de nosotros.
La confianza en Dios, incluso cuando la vida es aterradora y triste y no tiene sentido, es lo que hace que un creyente sea como un niño. “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Dios ama a sus hijos.
Lo que nos enseñan Jesús cuando dijo: Dejad que los niños vengan a mí»
Podemos aprender de cómo Jesús trató a los niños
Los creyentes de hoy pueden aprender mucho de aquel que dijo «dejad que los niños vengan a mi». De la forma en que Jesús trató a los niños. Como se muestra en Sus enseñanzas, los niños simbolizaban cualidades tales como la fe, la humildad y el amor de Dios por Su pueblo. Los niños también reflejan un nivel de rectitud – virtud piadosa – debido a su inocencia.
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Nos hace reflexionar que los niños tienen cualidades que debería tener un creyente
Jesús enfatiza que los niños llevan consigo cualidades propias de un creyente. Si el cielo pertenece a los niños, entonces los creyentes adultos deberían esforzarse por parecerse más a sus contrapartes más jóvenes.
¿Cómo hacen los cristianos para lograr esta hazaña de ser como un niño? Al examinar las enseñanzas de Jesús donde habla de los niños y al estudiar otros pasajes bíblicos relevantes, podemos comenzar a obtener una mayor comprensión de cómo debemos ser más como niños, pero ¿Qué dice exactamente Jesús acerca de los niños?
Dejad que los niños vengan a mí, nos enseña que debemos ser como niños
Jesús no dice que el cielo pertenece a personas adultas, sino a los niños, ¿Cuál es la diferencia entre niños y adultos? Para responder a esta pregunta, podemos observar el estado de los niños dentro de la sociedad bíblica y moderna, esos niños de los cuales se dice dejad que los niños vengan a mí.
Buscando ser como niños
Los niños entran al mundo necesitados de mucho cuidado e instrucción. Dejad que los niños vengan a mi, porque no son independientes, sino totalmente dependientes de los padres o cuidadores. Esto solo cambia a medida que los niños crecen.
A menudo vemos a los niños como alguien que necesita orientación y nos vemos a nosotros mismos como una fuente de esa sabiduría. Entonces, lo que podemos inferir de este versículo es que debemos ser más como los niños en la búsqueda de sabiduría. Jesús dejó claro que Sus esfuerzos en la Tierra eran para salvar a los perdidos (Lucas 19:10). Los que están perdidos necesitan guía.
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Jesús no puede guiarnos sin que primero reconozcamos nuestra necesidad de Él. Esto equivale a que los niños sean guiados por un padre. Sin reconocer su necesidad del padre (nuestra necesidad de Dios), nos privamos de la sabiduría. O peor aún, nos privamos del reino de Dios.
Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis
Otra idea clave en estos versículo (Mateo 19:13-14) es que Jesús, no solamente dice «dejad que los niños vengan a mi», sino que también advierte a Sus discípulos que no impidan que los niños se acerquen a Él. Dijo esto después de que reprendieron a los niños.
Otra interpretación de este pasaje (Dejad que los niños vengan a mi), aparte de las limitaciones físicas, es tampoco imponer enseñanzas equivocadas a los niños. Jesús quiere enseñar a aquellos que están dispuestos a seguirlo, y los niños están más dispuestos a aprender que los adultos (Santiago 1:5); por lo tanto, dejar los niños venir a mi.
«Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra» (Mateo 9:23-26)
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Jesús se encuentra con adultos que no creen. Un grupo de personas estaba de luto por la pérdida de alguien, aunque Jesús les dijo que no estaba muerta. A pesar de que Él les presentó la verdad, no creyeron y se rieron de Él. Es posible que estas personas no hayan creído debido a lo que presenciaron por sí mismos. Si por su propia observación ella parecía estar muerta, no tenían razón para pensar lo contrario, especialmente si no seguían a Jesucristo. Jesús aprovechó esta oportunidad no solo para sanar a la niña, sino también para revelar su poder. La fe puede traer sanidad, pero primero tenemos que elegir creer.
¿Por qué Jesús dijo dejad que los niños vengan a mí, porque de los tales es el reino de los cielos?
Jesús afirma directamente en Mateo 18:1-4 que sus seguidores, adultos, deben humillarse como niños para poder entrar al cielo. Humildad se define como ser modesto sobre el propio nivel de importancia en relación con otras personas.
Los niños muestran humildad
Los niños muestran humildad en su capacidad de escuchar y recibir instrucciones de los demás. Eso incluye maestros, padres y otros adultos. Los niños responden a las figuras de autoridad. Jesús es la figura de autoridad. Para permitirle a Él el control sobre nuestras vidas, tenemos que someternos a Él. Solo logramos esto a través de la humildad.
Al decir dejad que los niños vengan a mi, Jesús no está diciendo aquí que los niños son más importantes que cualquier otro tipo de persona. Esto significaría que las personas pierden su importancia a medida que envejecen. En cambio, lo que Jesús está diciendo es que a través de la humildad nos volvemos más grandes porque nos hacemos más conforme a Su imagen.
Dejad que los niños vengan a mí…