Por: Rigoberto Gómez López
El camino de Caín: Camino de apariencia
Judas 1:11 «¡Hay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el errror de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré»
El camino de Caín
Meditemos primero en el camino de Caín. Cuando Caín y Abel fueron a ofrecer sacrificios, la Biblia dice que “… miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” (Génesis 4:4), a Abel primeramente porque Dios mira el corazón (1 Samuel 16:7), y luego la ofrenda que traía, es decir, lo que era visible también para los hombres. En el corazón de este varón había fe, por medio de la cual “ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín” (Hebreos 11:4), una fe genuina que lo empujaba a buscar a Dios en adoración y sacrificios.
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En el corazón de Caín ocurría algo diferente, Dios le dijo: “Si bien hicieres, ¿No serás enaltecido?” (Génesis 4:7), esto nos indica que no hacía lo recto y grato delante de Dios. En 1 Juan 3:12 se le menciona diciendo: “…porque sus obras eran malas…”, Caín se acercaba al altar aparentando querer agradar a Dios; sin embargo, sus obras, actitudes, proceder, etc., no eran conforme a la voluntad de Dios, dicho en otras palabras, el camino de Caín era uncamino de apariencia.
Muchos podríamos, si nos descuidamos, empezar a transitar en ese camino de apariencia, el camino de Caín, al cual Jesús reprendió diciendo: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8), aún los religiosos de aquel tiempo fueron acusados al decirles:
“¡Hay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque soy semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro estáis llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia” (Mateo 23:27). Esto es apariencia, esto es el camino de Caín.
La religiosidad está llena de apariencia (El camino de Caín), y muchos podríamos ofrendar, diezmar, cantar una alabanza, participar en los ministerios de la iglesia, etc., pero como dijo nuestro señor Jesucristo “…esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23).
Para dejar este camino de caín, es decir, este camino de apariencia, Dios pide el corazón, como dice Proverbios 23:26: “Dame, hijo mío, tu corazón, Y MIREN TUS OJOS POR MIS CAMINOS”, no hay nada mejor que entregar nuestro corazón a Jesús para que podamos mirar su camino.
Salmo 51: 17 nos afirma: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al CORAZÓN CONTRITU Y HUMILLADO NO DESPRECIARÁS TÚ, OH DIOS”, es tiempo de dejar de tener una apariencia, en la congregación y otra en la casa, o el trabajo, o universidad; al contrario, es momento de presentar nuestros cuerpos “en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios…” (Romanos 12:1), para no ser rechazados como Caín sino aceptados como Abel.
¿Cuál fue el error de Balaam?
Error de Balaam: ¿Cuál fue el pecado de Balaam? Buscar honra de hombres y el amor al dinero
Al profeta Balaam le gustó mucho lo que le ofreció Balac al decirle: “… Te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo” (Números 22:17).
El error de Balaam fue que quiso honra de hombres, agradarse asimismo, buscó su propia gloria; pues fue “en busca de agüero” para maldecir a Israel (Números 24:1), para agradar y tener el reconocimiento de Balac, rey de Moab.
Muchos hoy en día quieren el reconocimiento del mundo, están como cuando Aron y María dijeron: “… ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová?, ¿No ha hablado también por nosotros? (Números 12:2), es decir, querían honra de hombres (El mismo error de Balaam), querían escucharlo de la boca del pueblo.
(Puedes leer también: El error de Balaam, historia)
Moisés era muy diferente a Arón y María, pues cuando Josué llevó la noticia de que Eldad y Medad estaban profetizando en la congregación, Moisés dijo: “…Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiese su espíritu en ellos” (Números 11:27-29), no importa a quien use nuestro Dios, porque para él es toda la gloria, pero a veces se comete el mismo error de Balaam y se busca la honra de los hombres.
Algunos se pelean y otros viven con celos porque sus ministerios no son igual que el de otros, pero no es tiempo de compararnos ni de buscar gloria de hombres, es momento de gozarnos porque Dios está usando a hombres ungidos con el Espíritu Santo para darle la gloria a nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Evitemos el error de Balaam.
El error de Balaam lo llevó al amor al dinero, 2 Pedro 2:15 dice: “Han dejado el camino recto y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó EL PREMIO DE LA MALDAD”, ese premio es el lucro del cual habla Judas al decir: “… y se lanzaron por LUCRO en el ERROR DE BALAAM…” (Judas 1:11).
Se nos advierte en las escrituras que “muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y POR AVARICIA HARÁN MERCADERÍA DE VOSOTROS con palabras fingidas…” (2 Pedro 2:2-3), así que muchos hoy en día no les importa como anden las almas, no importa la santidad, no importa corregir el pecado, ES MAS IMPORTANTE EL DINERO QUE SU ALMA.
Balaam enseñó a Balac a inducir al pueblo de Dios a comer cosas sacrificada a los ídolos y “cometer fornicación” (Apocalipsis 2:14) y lamentablemente, en algunos países de Centroamérica, también se está enseñando al pueblo que no es malo bautizarse estando en fornicación, pero gloria a Dios que aún existen hombres que atienden a la palabra que dice:
“Te encarezco delante de Dios y del señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino; que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y DOCTRINA” (2 Timoteo 4:1-2).
Como dice un canto: “no por pan, ni por vestido, ni por fama, te serviré señor; no por plata ni por una bendición, ni por salud, te serviré señor; solo por amarte, solo por amarte, solo por amarte, te serviré señor”, hombres que amen más la obra de Dios que el dinero y la honra de los hombres.
La contradicción de Coré: Rebelión, falta de sujeción a la autoridad
La contradicción de Coré, el pecado de Coré
Coréno quería sujetarse a Moisés ni a Aron, razón por la cual dice: “… ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿Por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová? (Números 16:3). De esta forma se da la contradicción de Coré.
Como consecuencia de las palabras de Coré, “abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación” (Números 16:32-33).
En ocasiones, nos pasa lo mismo que aCoré, no queremos sujetarnos al pastor, y menos, al liderazgo de la iglesia. Hay quienes quieren hacer las cosas por su propia cuenta e iniciativa sin la dirección de su pastor, pero nos puede suceder como a Nadab y Abiú quienes “murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová” (Números 26:61), o los que murieron en la contradicción de Coré.
Nadab y Abiú habían tomado “cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, QUE ÉL NUNCA LES MANDÓ” (Levíticos 10:1); por consiguiente, murieron quemados por no esperar que sus autoridades les orientaran sus funciones.
En este tiempo, quizás no perezcamos quemados como Nadab y Abiú, ni tampoco nos trague la tierra como en la contradicción de Coré; pero al no respetar las autoridades que Dios ha puesto en su iglesia, tendremos graves consecuencias en nuestra vida espiritual.
El apóstol Pablo, al tener un encuentro con el señor Jesucristo, le preguntó: “… ¿Qué quieres que yo haga?… obteniendo como respuesta: “…Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9:6).
Jesús pudo haberle dicho, personalmente, lo que tenía que hacer el apóstol Pablo; sin embargo, le envió a un discípulo llamado Ananías para decírselo, enseñándonos con esto, que Dios usa a hombres como nosotros para aprender a sujetarnos bajo la dirección y voluntad de Dios.
En nuestra vida debemos evitar el camino de Caín, el error de Balaam y la contradicción de Coré; pues si queremos que nuestra vida espiritual y material sea próspera, bajo la voluntad de Dios, tenemos que vivir una vida:
SIN APARIENCIA (el camino de Caín), NO BUSCANDO HONRA NI DINERO DE LOS HOMBRES (el error de Balaam) Y SIENDO SUJETOS A LAS AUTORIDADES DE DIOS (Para evitar la contradicción de Coré).