El desánimo espiritual

I. El desánimo en la Biblia

A) El desánimo espiritual nos debilita, se nos agotan las fuerzas (Nehemías 4:10)

1) ¿Qué es el desánimo en la Biblia?

Si hablamos del desánimo espiritual, es importante saber ¿Qué es el desánimo en la Biblia?. El desánimo es una pérdida de confianza, surge cuando las cosas que esperábamos o deseábamos obtener o hacer no sucedieron.

Las causas típicas del desánimo son la fatiga (trabajar duro en algo, agotar nuestra energía, sin ver el final), la frustración (intentar que las cosas funcionen pero sin resultados), el miedo (desear algo pero el miedo nos frena) y el fracaso (las cosas salieron mal, quitándose toda esperanza).

2) ¿Cuál es la causa fundamental del desánimo espiritual en la Biblia?

La fuente real del desánimo es una mentira de Satanás. Podemos ver el desánimo espiritual como lo opuesto a la fe y la esperanza. Hebreos 11 versículo 1 dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

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El desánimo surge cuando no vemos resultados o sufrimos reveses en lugar de experimentar impulsos hacia adelante. Estos pueden darnos una sensación de infelicidad. Pero la Palabra de Dios nos dice que tengamos fe cuando no vemos las cosas que esperamos. Dios quiere que confiemos en Él y en sus promesas incluso cuando no vemos resultados.

II. El desánimo espiritual, a mitad del muro, a medio camino, perdemos motivación

A) Se inicia con motivación: 

«Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar» (Nehemías 4:6)

El pueblo levantó la muralla hasta la mitad, porque tenían ánimo, estaban motivados, se sentían con fuerzas para trabajar. Así nos pasa a muchos cuando iniciamos un proyecto, una carrera universitaria, un nuevo empleo, y también cuando damos inicio a nuestra nueva vida en Cristo; pero debemos tener cuidado cuando llega el desánimo a nuestra vida. 

B) Satanás se molesta cuando el pueblo de Dios está motivado: 

«Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho» (Nehemías 4:7).

Los enemigos del pueblo de Dios estaban encolerizados, enojados por la construcción del muro. Satanás no le gusta cuando estamos motivados trabajando en la obra de Dios, razón por la cual quiere poner desánimo en nuestras vidas.

C) Lo que mantiene la motivación es el amor y pasión 

La Biblia dice que Labán tenía dos hijas. Lea, la mayor, quien era de ojos delicados. Raquel, la menor, de lindo semblante y hermoso parecer. Jacob amó a Raquel y sirvió por ella siete años. La Biblia dice que «le parecieron como pocos días, porque la amaba» (Génesis 29:20).

Jacob no perdió la motivación, porque amaba a Raquel. Nunca se quejó en siete años, conservó el amor y la pasión por Raquel, le parecieron como pocos días. Cuando hay amor y pasión por la obra de Dios, no hay cabida para el desánimo.

1) Cuando dejamos el primer amor, llega el desánimo espiritual

En Apocalipsis 2:4, se le dice a la iglesia de Éfeso «pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor«. Cuando dejamos el primer amor, el desánimo espiritual viene a nuestras vidas. Cuando iniciamos en Cristo, queríamos estar todo el tiempo en la casa de oración, éramos los primeros en llegar, queríamos cantar, predicar, participar en las actividades de la iglesia; pero cuando perdemos el primer amor, llega el desánimo a nuestras vidas. 

2) Vencer el desánimo espiritual con amor y pasión por Dios

Cantares 3:1-4 es un ejemplo de amor y pasión. Cuántas veces te has despertado por las noches y has buscado, como dice Cantares, al que ama tu alma. La sulamita lo buscó en las calles, la plaza, preguntó por Él, y cuando lo encontró no lo soltó, sino que lo metió en la casa de su madre y en la cámara de la que la dio a luz.

Cuántas veces te has postrado y has buscado con tanta pasión a Dios, hasta sentirlo y  una vez que sientes su presencia no quieres soltarlo. Este es amor y pasión por la presencia de Dios. Necesitamos vencer el desánimo espiritual con el amor y la pasión por la obra de Dios. 

III. Sin motivación empezamos a perder la visión

A) Solo miramos lo negativo

Cuando el pueblo perdió la motivación empezaron a ver lo negativo, ellos decían que «el escombro es mucho», pero se olvidaban de que ahora el muro ya estaba a la mitad. Había más escombro al inicio, pero su visión se había perdido.

La visión es como un sueño. El que estudia tiene la visión o el sueño de culminar la carrera que tanto le apasiona. El que tienen una visión tiene planes, proyectos; pero cuando se pierde la motivación, se pierde la visión. No hay más planes, ni sueños, ni proyectos.

1) El ejemplo de Eliseo

Eliseo tenía una motivación, un plan, un sueño, una visión, un deseo. Eliseo quería una doble porción del espíritu de Elías. La buscó en Bet-el, luego en Jericó y, por último en el Jordán. Su perseverancia, su motivación, también mantuvo su visión, y logró lo que tanto buscaba (2 Reyes 2).

2) Caleb y Josué

Los espías enviados a la tierra prometida decían sobre los que la habitaban: No podremos subir contra ellos, son más fuertes que nosotros, es tierra que traga a sus moradores, hay hombres de gran estatura, vimos gigantes, éramos como langostas y así le parecíamos a ellos. Estos son hombres negativos, sin visión, sin motivación.

También la Biblia habla de Caleb y Josué como dos hombres que tenían visión, tenían motivación. Mientras los otros espías eran negativos, ellos decían: Si Jehová se agradare de nosotros, nos llevará, nos la entregará. No temáis, los comeremos como pan, su amparo se ha apartado de ellos y con nosotros está Jehová. Eran dos hombres motivados, con visión, con fe. Para que no llegue el desánimo espiritual a nuestra vida, hay que estar motivados, sin perder la visión.

IV. Con el desánimo espiritual se pierde la confianza

A) Sin motivación, sin visión, se pierde la confianza

El pueblo dijo a Nehemías «no podemos edificar el muro» (Nehemías 4:10). El pueblo había perdido la confianza. No había motivación, ni visión; por tanto, se perdió también la confianza. Gradualmente, el desánimo espiritual, va tomando fuerza en nuestra vida.

1) Debemos confiar en Dios

Jonatán, el hijo del rey Saúl, nos da un gran ejemplo de confianza en Dios. Jonatán le dijo a su paje de armas que pasaran a la guarnición de los filisteos. Caminaron entre los desfiladeros, con un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado. Eran solamente Jonatán y su paje de armas contra todos los filisteos.

Jonatán decía «Quizás haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos» (1 Samuel 14:6). Todos conocemos la historia de cómo la tierra tembló, los filisteos entraron en pánico, la espada de cada uno se volvió contra su compañero. Todo porque un hombre no perdí nunca su confianza en Dios.

No perdamos la confianza en Dios. Recuerda las palabras del salmista «aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado» (Salmo 27:3)

V. Cuando dejamos de sentirnos seguros, el temor se apodera de nosotros

A) El desánimo espiritual, trae inseguridad y temor

El profeta Elías se sintió inseguro cuando fue amenazado por Jezabel y se llenó de temor. Huyó al desierto con temor. Estando en el desierto el desánimo hizo que deseara morir (1 Reyes 19). También Israel cuando se sintió inseguro frente al mar rojo, vino temor sobre ellos diciendo «mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto» (Éxodo 14:12).

Que no nos invada el temor, no dejemos que la inseguridad nos lleve al desánimo. La Biblia dice que Dios «da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna» (Isaías 40:9). Dios nos dará la fortaleza, pero debemos confiar en Él, jamás dejar que la inseguridad nos lleve al temor; pues Dios está con nosotros. Y si Dios es por nosotros ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)

VI. No hay que descuidarse, evitemos el desánimo espiritual

A) No dejemos desprotegidos nuestros muros espirituales

Nehemías, para evitar que por desánimo dejaran desprotegidos los muros, puso al pueblo unido por familia, con espadas, lanzas y arcos. Estaban en las partes bajas, detrás del muro, en los sitios abiertos por donde quizás podía entrar el enemigo (Nehemías 4:13).

Debemos unirnos como familia, como iglesia y evitar el desánimo. El pueblo volvió a estar motivado: «Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada» (Nehemías 4:17). Necesitamos unirnos, luchar por la familia, los hijos, todo lo que Dios nos ha dado.

VII. El desánimo espiritual, conclusión

El desánimo espiritual no viene de la noche a la mañana. Es algo que gradualmente invade nuestra vida. Se nos agotan las fuerzas, se pierde la motivación, perdemos la visión, la confianza, nos sentimos inseguros y nos llenamos de temor.

Es necesario vencer el desánimo espiritual. Dios es quien nos multiplica las fuerzas cuando no tenemos ninguna. La motivación está en el muro, trabajando unidos, no perdamos la visión, no dejemos de confiar en Dios. Bendiciones.

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