Por: Thomas W. Drost.
EL LLAMADO DE DIOS AL MINISTERIO
Lo que es el ministerio pastoral
Estamos viviendo en tiempos portentosos donde la iglesia se avecina a un periodo de avivamiento y servicio espectacular a Dios. ¡Esta es la generación que precede la segunda venida de Jesús! Hay algo en el aire que nos dice que estamos al borde de un tiempo donde veremos miles de personas siendo alcanzadas por Dios; de milagros, sanidades, prodigios, señales; de ver a miles recibiendo el Espíritu Santo en un solo culto; de ver puertas abiertas como nunca antes en la historia; mientras que también veremos oposición y luchas espirituales como nunca antes.
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Pero para esa intervención última y final de Dios mientras todavía estamos en el tiempo, se necesita un equipo de hombres y mujeres que sean instrumentos poderosos en las manos de Dios. Dios está formando su equipo redentor, con él recogerá esa última y grande cosecha de almas antes de bajar el telón del tiempo.
El llamado al ministerio pastoral
Ya hay muchos que sienten un palpitar diferente en su pecho; una añoranza por algo superior; una emoción, un aceleramiento interno; que los tiene con la sensación de que Dios los está llamando y los quiere usar. Algunos están convencidos de que Dios tiene algo especial para sus vidas, pero no saben cómo se pueden preparar, qué es lo que deben hacer.
Para ellos se ofrece el presente escrito con la esperanza y la oración, de que a alguien le sirva y pueda desarrollar mejor el «don» que Dios ha colocado en su interior. Lógicamente no se puede dar todo en un tomo, porque sería mucho mayor que el presente, pero, después de algunos años de experiencia, siento que aquí hay ciertos «mínimos» que se necesitan.
¡Aprópiate de las promesas de Dios! ¡Se atrevido para Dios! ¡Lánzate en el Nombre de Jesús y obtén triunfos para su honra y su gloria!
El MINISTERIO PASTORAL
El oficio o trabajo más solemne, el ministerio pastoral
El trabajo u oficio más solemne es el de «Ministro del Evangelio«. Somos «embajadores de Cristo» -2 Corintios 5:20. El impacto de esto debe conmovernos. No hay profesión o carrera que sea más grande. Es la empresa más importante y duradera. Nunca se sientan inferiores. La responsabilidad es tremenda, aún más que la de reyes y presidentes, porque abre la entrada al Reino de Dios.
El ministerio no es algo meramente ideado por uno mismo, sino que debe ser llamado -Hebreos 5:4. La razón misma sugiere que Dios como soberano escogerá a sus oficiales y enviará sus propios embajadores. Uno debe estar seguro.
En el Antiguo Testamento a ninguno se le permitía presentarse a sí mismo como profeta, sin haber consecuencias graves -Deuteronomio 18:20. Y en el Nuevo Testamento siempre se habla de los ministros como designados por Dios -Hechos. 20:28; Colosenses 4:17; Hechos. 13:2.
Es la profesión más noble, pero el honor no es tanto para el hombre, sino paro quien lo llamó -1 Corintios 3:7; 1:30, 31. Antes de poder considerarse candidato al ministerio hay ciertos requisitos.
«Llamados a ser Santos» -1 Corintios 1:2. Antes de ser ministro y mientras lo sea, lo principal es ser santo. Santos se hacen, no nacen. Tu relación personal con Dios es de importancia primordial, aún antes de un llamado al ministerio. Tener una verdadera conversión es vital. Una falta en este sentido es fatal al ministro mismo y para las personas que ponen sus almas bajo la dirección de un pastor espiritualmente ciego e infiel.
Por esto, ni debe ser considerado si no ha cumplido con Hechos 2:38. Si para diácono se exigía, ¡Cuánto más para el ministerio! Su relación personal con Dios es de vital importancia, aun siendo ya un ministro -1 Corintios 9:27; Romanos 2:21.
O sea, ante todo debe ser un «cristiano» – pequeño Cristo. Una vida cristiana es el testimonio más grande del nuevo nacimiento que cualquiera puede dar. Por esto debemos considerar nuestra disciplina personal 2 Corintios 13:5. Es algo serio – Filipenses 2:12,13; 1 Corintios 10:12,13. Lo mejor que puedes contar es tu propio testimonio, Pablo así hacía.
El ministerio es la manifestación de una vida, es el derramamiento de experiencia. Para poder ayudar a otros tenemos que estar bien nosotros -1 Corintios 1:7-9.
Lo que sí es importante saber es que: Dios no quiere «profesionales», sino consagrados. Él no quiere «asalariados». -Juan. 10:12. Debemos ser ministros por vocación y no como una carrera profesional.
LLAMADO MINISTERIAL
Un Llamado Definitivo al ministerio pastoral
Para poder realmente ejercer el ministerio cristiano, es necesario un llamamiento especial de Dios. El ministerio constituye un don especial de Dios a la Iglesia -Efesios 4:11,12.
Cada miembro tiene su función propia pero, obviamente solo unos cuantos miembros de la Iglesia son llamados a predicar el Evangelio en público o ministrar a los santos. Todos los hermanos deben dar a conocer el Evangelio por su testimonio, pero solamente algunos pueden llegar a ser predicadores. Notemos como Jesús llamó a los apóstoles -Marcos 3:13-16. No los llamó en forma casual o a como diera lugar, sino que cuidadosamente los seleccionó de entre muchos discípulos. Hoy él sigue haciendo lo mismo.
Errores que deben evitarse en el llamado ministerial
Ahora, en cuanto a este llamado, deben evitarse dos errores.
1. Que el llamamiento consiste en una mera preferencia por el trabajo del ministerio. No basta que sienta deseos de hablar en público, sino que sea dotado por el Señor y luego llamado a este servicio especial. Otros solo quieren ser el centro de atención. Recuerde que no se quieren de meros profesionales.
2. Por otra parte algunos esperan alguna manifestación especial (sobrenatural), una voz del cielo, una visión, un milagro, etc. El resultado es que algunos por falta de tales manifestaciones no entran al ministerio y por ende no obedecen.
Hay algunos que han sido llamados especialmente: Samuel, Pablo y otros contemporáneos. Pero esto es algo muy especial -Hechos 22:14. Este deber de predicar se ha de determinar en la misma forma que otros deberes cristianos: Como la regeneración (no tiene que haber necesariamente una intervención especial de Dios). Ya Dios ha dado la orden en su Palabra: Marcos 16:15. El llamado de Isaías. 6:1-4
¡El llamamiento es imprescindible! La Biblia advierte contra el que entra al ministerio sin tener un llamamiento -Deuteronomio 18:20; Jeremías 23:21,30. Ezequiel 13:3. Los problemas y desánimos con que se encontrará el ministro hacen que ese llamamiento sea imperativo. Tal vez sea lo único que algún día le quede. Notemos la seguridad de Pablo.
¿Qué es un llamamiento? ¿Cuáles son las características del llamado al ministerio?
Un llamamiento al ministerio es una impresión fuerte, atestiguada interiormente por el Espíritu Santo que debe predicar. Hay diversas opiniones de lo que constituye ser llamado por causa de las diferentes experiencias y caracteres, pero también hay ciertas características:
1. Habrá un deseo ardiente de comunión más íntima con Dios. Los que verdaderamente han sido llamados al ministerio darán prueba en privado de ese fuego.
2. Habrá un deseo enérgico de hacer la obra -1 Timoteo 3:1. Debe haber este deseo en el llamado al ministerio porque no tendrá éxito sin ello. No debe ser solo un amor por declamar.
3. Habrá una convicción permanente del deber de predicar 1 Corintias 9:16. Hay que tener los diferentes ministerios en mente.
4. Habrá una nueva evaluación y percepción del mundo. Las metas materiales palidecen, lo espiritual cobra valor.
5. Habrá una pasión prevaleciente por las almas. Sin esto es inconcebible que haya un llamado al ministerio, porque trata con almas. Se dará cuenta de lo perdido de la gente. Su llamado es en relación a otros.
6. El que ha sido llamado al ministerio promoverá la obra de Dios en general. Sigue Eclesiastés 9:10. Querrá ayudar en todo. Muy a menudo han sido activos en la Iglesia local. Ya lo llama Dios a bendecir a más.
7. Se mostrará fiel en lo poco -Lucas 16:10; Mateo 25:21. ¿Lo has sentido así?