El valor de un alma según la Biblia

¿Cuál es el valor de un alma según la Biblia?

Generalmente nosotros solemos poner valor o precio a todas las cosas. La razón por la cual lo hacemos, es porque dependiendo del precio o valor del artículo así es la estimación que le damos. Sin embargo, alguna vez has meditado en ¿cuál es el valor de un alma según la Biblia?.

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Hay cuatro formas que se emplean para valorizar un artículo. A continuación te menciono cuáles son: 

1. Por el autor – esto determina la marca 

2. Por su durabilidad 

3. Por su rareza – un artículo único, no común es de gran precio. 

4. Por su potencial 

Estas cuatro cosas determinan el valor de una pieza, objeto o cosa. Jesús en esta oportunidad nos invita a valorizar lo más grande e importante que nosotros tenemos, como lo es nuestra alma.

¿Qué es el alma?

La palabra viene de nephesh y psiche = aliento, viento, espíritu, vida. Según la Biblia, el alma es el verdadero yo, es la parte inmaterial o espiritual que Dios le dio al hombre cuando lo creó y sopló en él aliento de vida (Génesis 2:7). Por lo tanto, el alma es lo que da vida al cuerpo, es decir, que el cuerpo sin alma se muere.

¿Qué pasa con el alma cuando una persona muere?

El alma se desprende del cuerpo y este vuelve al polvo de donde fue tomado (Génesis 3:19), así este cuerpo es solamente un tabernáculo, como lo explica Pablo y Pedro en II Corintio 5:1-4 y I Pedro 1:14. 

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Una vez que el alma se desprende del cuerpo, este queda inerte y el alma queda desnuda, pero consciente de todas sus facultades (Apocalipsis 6:9-11; Lucas 16:20- 31< Lázaro y el rico>), esperando el día de la resurrección donde será revestida de un cuerpo inmortal – I Corintios 15:53. 

Cabe recalcar que habrán dos resurrecciones 

Juan 5:28; Daniel 12:2 confróntese con I Tesalonicenses 4:17; Apocalipsis 20:6. La primera resurrección es para recibir la vida eterna y la segunda para recibir la condenación eterna. En la primera participan los que son salvos, en la segunda los que no son salvos. Cuando Jesús dio su advertencia en Marcos 8:36,37 se refirió a esto, a la salvación de lo más importante que tenemos, nuestra vida, el alma, la persona real que vivirá por siempre en el cielo, o el infierno. 

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El valor de un alma es incalculable, porque partimos hacia la eternidad

Toda la gloria, riquezas que acumulemos se quedará el día que partamos para la eternidad – Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá…” (1:21) McCarthur dijo: “Tener todo lo que ofrece el mundo, pero no tener a Cristo, es estar eternamente en bancarrota, porque todos los bienes del mundo no pueden compensar la pérdida del alma.” 

De nada sirve ganar el mundo si perdemos el alma, tanto es el valor

Entre más adicto este el hombre por ganar el mundo, mas peligro corre de perder su alma. Ej.: El rico y Lázaro de Lucas 16:20-31. Lázaro recibió un lugar de honor en el Seno de Abraham, en cambio el rico quedo excluido.

Conclusión sobre el valor de un alma

Dios nos está hablando en este tiempo que se caracteriza por el materialismo, el placer, los deleites temporales y la comodidad de la vida, para que reflexionemos más sobre nuestra vida y pongamos más atención, más valor a las cosas espirituales y eternas, que a las temporales.

Porque:

De que le sirve al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma

De qué me sirve vivir una vida de deleite y placeres – si en la eternidad voy a ser atormentado

De que me sirve llenarme de riquezas – si cuando me muera todo se quedara aquí. De que me sirve obtener toda la fama del mundo – si en el infierno no existen los famosos. 

Tomar el ejemplo de Salomón – Eclesiastés 2:1-11; 2:18-23; ¿Cuál fue el fin de su discurso? Lea Eclesiastés 12:13

¿Qué pierde?

Pierde la oportunidad de un futuro glorioso en las moradas de gloria juntamente con Jesucristo, nuestro Dios y Salvador. 

Pierde la oportunidad de entrar a un lugar donde no habrá más llanto, dolor, lágrimas, enfermedades, problemas emocionales o sentimentales… 

Pierde la oportunidad de entrar a un lugar donde solo habrá gozo, paz, salvación, 

seguridad, felicidad… esa sí será gloria sin fin.

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