LA DISCIPLINA, UN MURO QUE NOS PROTEGE DE LOS PROBLEMAS

Manteniendo los Problemas Afuera Mediante la Disciplina

“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 25:28).

ENFOQUE

Los muros son de mucho valor en cualquier cultura. Su propósito es mantener los problemas o disturbios afuera y proteger a los que se encuentran adentro. Un muro forma la barrera o límite más común que el hombre conoce y muestra el área de propiedad de una persona (ciudad o nación) — su lugar de dominio. Esto es cierto tanto en lo natural como en lo espiritual.

LO QUE HE APRENDIDO

Para entender el propósito de las barreras o límites espirituales, la Palabra de Dios utilizó el ejemplo más común de un muro. La Biblia contiene historias e ilustraciones de muros reales que estuvieron en necesidad de reparación. El Libro de Nehemías relata la historia de la reedificación del muro alrededor de la ciudad de Jerusalén.

¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LOS MUROS? 

Piensa sobre un muro como la frontera entre dos países. ¿Qué pasaría si se sacara esa frontera, o si no hubiera una distinción de tierra y dominio? Esto causaría mucha confusión y problemas, y en muchas partes del mundo ha sido la causa principal de guerras. (También te puede Interesar: La Disciplina según la Biblia)

En Jerusalén, el Templo había sido reedificado, pero la mayoría de la gente no vivía en la ciudad. El muro se había caído, y no había barreras alrededor de la ciudad. De acuerdo a la Biblia del Estudiante, Nueva Versión Internacional, esto causó muchos problemas:

(Si te interesan este tipo de temas puedes visitar la sección de Familia Cristiana)

• Pandillas de ladrones tuvieron un acceso fácil a la ciudad.

• Aquellos buscando seguridad, se habían asentado fuera de la ciudad en aldeas donde había una semejanza de protección. Pero ellos estaban viviendo con extranjeros que no conocían ni seguían las leyes de Dios.

• El vivir en estas aldeas trajo cercanía, lo que condujo a matrimonios con gente que no eran judíos.

• Este matrimonio mezclado condujo a la pérdida del lenguaje judío, de su cultura y de su religión.

La reedificación del muro fue importante, porque dio a los judíos la oportunidad de hacer que Jerusalén fuera otra vez una ciudad judía. Esto ofreció seguridad a la gente y control sobre quién entraba y salía.

Nehemías sintió esta necesidad, aun cuando él estaba lejos, sirviendo de copero al rey de Persia. Su corazón entendió que el muro alrededor de Jerusalén era necesario para la reedificación de su tierra natal. Las cosas que él enfrentó en este proceso, son lecciones maravillosas para líderes, aun para los líderes de las familias.

¿POR QUÉ NECESITAN MUROS LAS FAMILIAS?

¿Qué tienen que ver los muros con la vida familiar? Nuestra cita clave da la respuesta. Los muros alrededor de nuestra familia son barreras (reglas) que levantamos para protección y control de nuestro hogar — especialmente de nuestros hijos. El control de nuestra voluntad y deseos requiere disciplina, y debe empezar temprano en la vida.

(También puedes leer: Instruye al niño en su camino)

“La idea [de tener barreras] no es para aislar a los hijos, sino más bien para equiparlos – no con nuestro capullo frágil, sino más bien con la armadura completa de Dios.” (David Veerman) Parenting Passages

¿Qué pasaría si tú esperaras a que tu hijo tuviera doce años para entrenarlo a que no juegue en la calle? Aun con un muro físico alrededor de tu casa, esta lección puede significar la diferencia de la vida o la muerte de un niño. Esto debe enseñarse cuan temprano sea posible y ponerlo en vigor diariamente a medida que el niño crece. En un mundo que nos dice que debemos permitir que nuestros hijos hagan sus propias elecciones en la vida, aun cuando ellos no tienen idea de los peligros, los muros son vitales para su protección.

• El gobierno de muchas naciones ha sacado a Dios fuera del sistema de educación.

• El sistema judicial hace excepciones para romper la ley en ciertas circunstancias (el asesinato es permitido si es que la persona se declara loca o demente, o declara tener daños o perjuicios del pasado como una causa).

• Muchas iglesias tienen dificultad de llamar al pecado: pecado, por miedo de ofender los derechos de alguien.

• En algunos lugares, el fraude y la mentira son medios comunes para entrar a otro país, para así poder incrementar sus ingresos monetarios.

El resultado es que muchos niños no tienen idea de lo que es correcto o incorrecto. Depende de los padres para reedificar los muros antes de que el enemigo entre y destruya a la siguiente generación. (También te invito a leer: El Hogar Cristiano)

CONSTRUYENDO MUROS FUERTES 

¿Qué usamos para construir estos muros? La disciplina. El diccionario define a la disciplina como “el entrenamiento de la mente y carácter; un modo de vida de acuerdo a las reglas; control de uno mismo, control, orden, obediencia a las reglas.” (Si te gusta estos artículos puedes ir a la sección sobre Familia Cristiana)

El Diccionario Bíblico Revell, define a la disciplina como “corrección o castigo, el cual hace una contribución positiva para el crecimiento de uno en justicia. Mientras que el castigo es parte de la disciplina, debemos recordar que la disciplina es un término muy positivo. El disciplinar es instruir, entrenar y guiar el desarrollo.”

Moisés dijo, “Reconoce en tu corazón que, así como el padre disciplina a su hijo, también el SEÑOR tu Dios te disciplina a ti” (Deuteronomio 8:5, NVI).

El Nuevo Testamento habla fuertemente sobre la disciplina.

“Porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12:6, NVI).

La disciplina divina nunca significó ser una expresión de ira, cólera o venganza.

• La disciplina divina es prueba que Dios ama a sus hijos. Él nunca los abandonará o corregirá, porque esté molesto con ellos.

• La disciplina divina es para ayudar a los hijos de Dios a convertirse en santos.

• La disciplina divina tal vez sea dolorosa, pero su intención es la de producir una vida correcta y paz con Dios.

• Para conseguir el beneficio apropiado de la disciplina divina, esta debe ser resistida o sobrellevada, recordando la gracia y el amor de Dios hacia todos sus hijos.

Cuando seguimos el modelo y ejemplo de Dios, no fracasaremos.

“Despierta además el oído de ellos para la corrección, y les dice que se conviertan de la iniquidad” (Job 36:10).

¿Cómo construimos muros fuertes alrededor de nuestra familia? Empecemos por enseñar a nuestros hijos la diferencia entre lo bueno y lo malo. ¿Dónde encontramos la diferencia entre lo bueno y lo malo, en un mundo lleno de corrupción? Medimos toda justicia con la Palabra de Dios. Nos preguntamos a nosotros mismos si es que algo es bueno de acuerdo a lo que Dios dice, y cuando encontramos la respuesta, vivimos de acuerdo a ella.

“Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida, antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos” (Deuteronomio 4:9).

Este es el primer paso para construir los muros. (Quizás te puede interesar la sección de Vida Cristiana)

ENTRENANDO PARA LA VIDA

Fuera de la relación padre e hijo, más comúnmente se hace referencia a la disciplina cuando se habla del entrenamiento de un atleta. Su trabajo requiere un entrenamiento constante por un período largo de tiempo, con muchas durezas y hasta dolor físico. (También te invito a leer: Restaurando los Muros Caídos)

Aquellos quienes se convierten en atletas olímpicos, empiezan a una temprana edad, especialmente para algunos deportes (i.e., patinaje sobre hielo, gimnasia). La razón es que los niños tiernos tienen los músculos más flexibles y se pueden adaptar más fácilmente a los rigores del entrenamiento físico para esos deportes.

Lo mismo es cierto de los niños en la familia. El entrenar al niño para que viva una vida para Dios, debe empezar mientras que sus ideas y metas son flexibles. Cuando la Palabra de Dios se convierte en la guía para el niño, él usualmente continuará siguiendo a Dios durante toda su vida.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).

“Cuando una planta está tierna y se está torciendo, es fácil enderezarla.” (Refrán Africano)

Muchas veces, caemos en la trampa de pensar que cuando el niño esté más de edad, él entenderá mejor. Pero Dios ha hecho a la mente humana de tal modo que cuando el niño tiene cinco años de edad, su modo de pensar está asentado de por vida. Después de esta edad es mucho más difícil amoldarlo y formarlo de acuerdo al plan de Dios.

Esto se convierte como romper el cemento para escribir otro nombre sobre este, casi una tarea imposible. ¿Cuánto tiempo toma para que el cemento se endurezca? No mucho. Lo mismo pasa con los niños. Las barreras o límites de sus vidas necesitan ser establecidas temprano y deben mantenerse constantemente durante su tiempo en el hogar. Para el tiempo en que sean mayores para salir del hogar y empezar su propia familia, ellos estarán preparados para asentar barreras o límites para sus hijos — nuestros preciados nietos. 

¿DE QUÉ ESTÁ HECHO UN MURO? 

¿Cuáles son algunos de los materiales que necesitamos para construir muros de protección? No hay suficiente tiempo ni espacio aquí para mencionar todos, así que escogeremos algunos que son básicos y necesarios alrededor del mundo.

• Respeto a los superiores (Hebreos 13:17) y unos a otros (Romanos 12:10).

El respeto es básico para todas las culturas, aunque esto varía. Todo niño debe saber cómo reverenciar a sus superiores, especialmente aquellos que están tratando de guiarlo. Este respeto y reverencia debe incluir las leyes del país y las autoridades gubernamentales (Romanos 13:1). El respeto necesario para vivir pacíficamente con los miembros de familia de diferentes edades es vital y debe empezar temprano en la vida. El respeto conduce a los niños a obedecer a sus superiores y los protege de muchos daños.

• Amor y obediencia a Dios y a su Palabra (Juan 14:15).

Dios siempre ha igualado al amor por Él con la obediencia a su Palabra. Él quiere darnos muchas cosas maravillosas, pero Él no puede ir en contra de su Palabra. Cuando nosotros fallamos a obedecerla, estamos pidiendo problemas (Deuteronomio 11:26-28).

• Manteniendo el templo de Dios puro (1 Tesalonicenses 4:3-4; Colosenses 3:5-6; Efesios 5:2-3).

Este punto probablemente es uno de los más importantes, y también uno de los más descuidados u olvidados, ya que incomoda a los padres hablar sobre el tema. El mundo quiere que los niños crean que ellos pueden leer, ver, pensar y hacer lo que ellos quieran. Se les dice que la inmoralidad sexual es algo que ellos pueden “escoger” y que no es asunto de otro. Es cierto que todo lo que hacemos en la vida es algo que escogemos. Pero con un entendimiento apropiado de las consecuencias de escoger algo malo, nuestros hijos podrán ahorrarse mucho dolor y problemas.

“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son don de Dios” (1 Corintios 6:18-20).

• Buscando la voluntad de Dios (Romanos 12:1-2).

Esta es un área donde mucha gente se siente inadecuada. El conocer la voluntad de Dios, es un proceso simple de conocer la Palabra de Dios y vivir de acuerdo a los principios o fundamentos que se encuentran en ella. Esto viene con oración y con estudio de la Biblia durante toda la vida. Si las familias hacen de esto una prioridad y un hábito cuando sus hijos están pequeños, ellos crecerán acostumbrados a buscar en la Palabra de Dios guía para toda decisión, aun para decisiones diarias. El problema de encontrar la voluntad de Dios, viene cuando no se sigue este hábito de vida, y de repente se necesita una respuesta rápida. La voluntad de Dios envuelve nuestra vida completa. Es responsabilidad de los padres enseñar a sus hijos sobre cómo buscar y encontrar la voluntad de Dios. El vivir en la voluntad de Dios, significa estar dentro de los muros hallados en la Palabra de Dios para la vida diaria. 

MÁS LECCIONES DE NEHEMÍAS 

Nehemías sabía que su ciudad necesitaba muros (Nehemías capítulo 1). Los muros de Jerusalén habían estado derrumbados por casi 100 años, ¿por qué nadie había tratado de reedificarlos más antes? Hay dos razones posibles:

1. Una fuerte oposición de parte de la gente que vivía allí. Ellos eran los expatriados quienes habían sido trasladados allí como prisioneros del Imperio de Persia.

2. Falta de un líder con visión y determinación. Nehemías poseía ambas cosas en abundancia.

Ya hemos aprendido sobre el fracaso de muchas familias alrededor del mundo, de realizar el papel que Dios les ha dado en la sociedad. ¿Por qué se ha hecho muy poco para corregir esta situación tan triste? Posiblemente por las mismas razones por las que nadie reedificó los muros de Jerusalén:

1. Una fuerte oposición de parte de los que viven en ese lugar, el dios de este mundo y sus huestes

“En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Efesios 2:2-3).

¿Cuáles son algunas cosas que los que “viven en ese lugar” nos están diciendo sobre las familias?

• Que sigamos las modas o costumbres de esa cultura aun cuando esto signifique una desobediencia directa a la Palabra de Dios. Por ejemplo: la práctica de probar que una niña puede tener hijos antes de ser considerada elegible para el casamiento, va contra la ley de Dios.

• Que torzamos la Palabra de Dios para que se amolde a las circunstancias. Por ejemplo: el mandato de no unirse en yugo desigual con los incrédulos es ignorado debido a las “circunstancias.”

• Que no es necesario que el padre esté alrededor, siempre y cuando él mande suficiente dinero a su familia.

• Que el divorcio no es un asunto grave.

Estas son sólo algunas de las mentiras que están siendo esparcidas por los que “viven en ese lugar.” A ellos no les importa usar un ataque real, pero también emplean los mismos métodos que Sanbalat (Nehemías 4:1) utilizó — mentiras y mala propaganda. La Palabra de Dios sencillamente nos dice:

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:9-11).

2. Falta de un líder (padre o cabeza del hogar) con visión y determinación.

Posiblemente, el líder de familia no es el tipo de líder o cabeza espiritual que ve la necesidad de tener muros (barreras) para su familia. Tal vez él no ha hablado con Dios y no ha seguido las leyes de Dios con respecto a la vida familiar diaria. Pueda ser que él haya tenido el deseo, pero la oposición ha vencido sus esfuerzos, de modo que él se ha dado por vencido.

Cualquiera que sea la razón para que los muros estén derribados, es tiempo de levantarse y construir. Así como Nehemías, el líder de la familia necesita orar, y después actuar. 

HACER QUE TODOS PARTICIPEN 

Otro ingrediente importante para el éxito de Nehemías, es que él hizo que todos participaran. Artesanos expertos trabajaban con obreros ordinarios. Sacerdotes y gobernantes trabajaban junto con las familias regulares, quienes estuvieron motivada a construir la sección del muro que estaba justo al frente de sus propias casas (Nehemías 3:28).

“Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de

Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declare cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.” (Nehemías 2:17-18).

Debido a la diligencia de Nehemías y de sus ayudantes, el muro completo estuvo reedificado en solo cincuenta y dos días (Nehemías 6:15). Todo empezó con un hombre que vio la necesidad y estuvo dispuesto a dejar una vida de lujo y comodidad para realizar la obra. Nehemías no solamente tuvo la visión para la obra, él pudo compartir esa visión de tal manera que otros participaran. No solamente ellos participaron — ellos nunca pararon la obra, sino que también estuvieron de guardia. Ellos estaban totalmente comprometidos en reedificar el muro de Jerusalén:

“Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa” (Nehemías 4:23, NVI).

CONCLUSION

La tarea de reedificar los muros (barreras) alrededor de nuestras familias, tal vez parezca algo gigante. Pero con la ayuda, guía de Dios, y con el trabajo diligente de cada miembro de la familia, esto se puede realizar. No debemos desanimarnos si es que empezamos solos; Nehemías empezó solo. Debemos recordar que nuestra labor es realmente un llamado de Dios para proteger y resguardar a nuestras familias.

¿Qué fue lo primero que hizo Nehemías cuando oyó acerca de los muros derrumbados de su amada Jerusalén? Él lloró, después ayunó y oró para dirección y ayuda.

“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (Nehemías 1:4).

Tal vez, recién te estás enterando de la terrible condición de las familias cuando son medidas de acuerdo a la Palabra de Dios. Si es así, la primera reacción es lamentarse por fallar en seguir los caminos de Dios. Pero no te detengas allí. Así como Nehemías, ayuna y ora para obtener la ayuda de Dios, después ponte a trabajar.

Nehemías fue a Dios para obtener dirección y después actuó rápidamente y constantemente. Del mismo modo nosotros debemos hacerlo. Y así como Nehemías, no debemos descansar hasta que la obra esté finalizada. ¿Es posible que como Nehemías, la obra se termine mucho antes de lo que pensamos? Sí — porque con Dios todas las cosas son posibles. Nehemías tiene una palabra más de ánimo para nosotros:

“Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: ¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares’” (Nehemías 4:14, NVI).

¡Acuérdense del Señor! 

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