Lo que provoca el agradecimiento a Dios (Prédica Escrita Sermón)
Un mensaje bíblico de gratitud a Dios
Agradecimiento, según el diccionario de la real academia de la lengua española (DRAE) es “acción y efecto de agradecer”, es decir, sentir y mostrar gratitud o dar gracias; y la palabra gratitud es un “sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera” (DRAE). En esta predicación escrita vamos a reflexionar en un mensaje bíblico de gratitud a Dios.
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La gratitud es lo que se espera de nosotros
Se puede decir que la verdadera gratitud nos obliga a valorar lo que han hecho por nosotros, siendo este un sentir que provoca buscar la forma de compensar el favor recibido.
Cuando Jesús sanó a los diez leprosos, y de ellos solamente regresó uno para mostrar su gratitud, el preguntó: “¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿Dónde están?” (Lucas 17: 17), está pregunta indica que Jesús tenía una expectativa, él esperaba que la gratitud provocara que los otros nueve también volvieran a postrarse y darle gracias.
A continuación te dejo un bosquejo para predicar sobre el tema bíblico del agradecimiento a Dios, el cual te puede servir para un sermón para la predicación de la palabra de Dios.
I. Introducción
El agradecimiento es una virtud que trasciende las palabras; es una respuesta que transforma corazones y nos conecta con Dios de una manera profunda. En esta reflexión, exploraremos el impacto de la gratitud a nuestro Señor, cómo nos invita a servirle con un corazón dispuesto y a eliminar aquello que nos aleja de su propósito. A través de la Palabra, descubriremos que la gratitud no solo honra a Dios, sino que también abre puertas a su presencia y nos impulsa hacia un nivel más alto de fe y compromiso.
A) El agradecimiento en el contexto bíblico
En la Biblia, el agradecimiento no se entiende únicamente como una emoción personal o un gesto cortés, sino como un acto espiritual y comunitario profundamente enraizado en la relación del pueblo con Dios. Desde el Antiguo Testamento, la gratitud se expresaba mediante sacrificios, ofrendas y celebraciones solemnes que recordaban a Israel la fidelidad y la provisión divina.
Por ejemplo, la ofrenda de acción de gracias formaba parte de los sacrificios de paz (Levítico 7:11-15), donde el pueblo no solo reconocía los beneficios recibidos, sino que también compartía en comunidad lo que Dios había provisto.
Asimismo, fiestas como la de los Tabernáculos (Levítico 23:34-43) y la de las Primicias (Deuteronomio 26:1-11) eran momentos en que los israelitas elevaban gratitud a Dios por las cosechas y por su cuidado constante. Estas celebraciones no se trataban solo de dar gracias por lo material, sino de reconocer que toda la vida y la historia de Israel dependían de la bondad de Dios.
En el Nuevo Testamento, la gratitud adquiere una dimensión aún más personal y universal. Jesús mismo dio gracias al Padre en momentos clave, como al multiplicar los panes (Juan 6:11) y antes de la cena pascual con sus discípulos (Lucas 22:19). El apóstol Pablo, por su parte, exhorta a los creyentes a dar gracias en todo (1 Tesalonicenses 5:18), aun en medio de pruebas, mostrando que la gratitud no depende de las circunstancias, sino de la confianza en la soberanía de Dios.
Este trasfondo bíblico e histórico nos enseña que el agradecimiento no es un detalle accesorio en la vida de fe, sino una respuesta continua de adoración que reconoce a Dios como fuente de toda bendición y que debe manifestarse tanto en lo privado como en lo colectivo.
II. Ser agradecido con Dios provoca el deseo de servirle
A) Agradecer a Dios por todo, nos empuja a servirle
Cuando Josué dijo al pueblo de Israel “y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis…”, ellos respondieron “…Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses” (Josué 24:15-16), porque ellos tenían una razón que PROVOCABA EN ELLOS EL DESEO DE SERVIRLE.
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1. Por lo que Él ha hecho por nosotros
La razón que provocaba servir a Dios la encontramos en los siguientes versículos “porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre… y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
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Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; NOSOTROS, PUES, TAMBIÉN SERVIREMOS A JEHOVÁ, PORQUE ÉL ES NUESTRO DIOS” (V 17-18), ellos
enumeraron lo que Dios había hecho por ellos y ser agradecidos con Dios PROVOCÓ LA DECISIÓN DE SERVIRLE.
B) Ejemplos bíblicos de gratitud que inspiran a servir a Dios
La Biblia está llena de testimonios de hombres y mujeres que, al experimentar la bondad de Dios, respondieron con gratitud y servicio. Estos ejemplos nos muestran que la gratitud no se queda en un simple sentimiento, sino que nos mueve a la acción.
1) Algunos ejemplos son
- Ana al recibir a Samuel
Durante años, Ana había clamado a Dios por un hijo. Cuando finalmente nació Samuel, ella no solo agradeció en oración, sino que cumplió su promesa dedicándolo al servicio del Señor (1 Samuel 1:27-28). Su gratitud la llevó a entregar lo más preciado que tenía. - David y sus salmos de acción de gracias
El rey David escribió numerosos salmos donde expresaba su gratitud a Dios aun en medio de pruebas. En el Salmo 103 exclamó: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”. Su gratitud se transformó en alabanza pública y en motivación para seguir sirviendo al Señor con todo el corazón. - Pablo agradeciendo en la adversidad
El apóstol Pablo, aun estando en prisión, escribió: “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros” (Filipenses 1:3). Su gratitud no dependía de las circunstancias, sino de la obra de Dios en su vida y en la vida de los creyentes. Esa gratitud fue combustible para continuar predicando, incluso en medio del sufrimiento. - Jesús agradeciendo antes de los milagros
Antes de multiplicar los panes y los peces, Jesús levantó la mirada al cielo y dio gracias (Juan 6:11). También dio gracias al repartir la copa en la última cena (Lucas 22:19). Esto nos enseña que la gratitud antecede al poder de Dios manifestado y es parte del ejemplo que Cristo dejó a sus discípulos.
Estos relatos nos recuerdan que la gratitud genuina siempre produce obediencia, servicio y fe renovada. Al igual que Ana, David, Pablo y Jesús, nosotros también estamos llamados a vivir una vida marcada por la gratitud que honra a Dios y bendice a los demás.
III. Ser agradecidos con Dios provoca quitar lo que nos estorba
A) Nos ayuda a elegir a quien servir y quitar lo que nos impide hacerlo
Los Israelitas tenían otros dioses y estaban claudicando entre dos pensamientos, Josué los instó a quitarlos y deshacerse de ellos al decir: “Quitad, pues AHORA los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel” (Josué 24:23); la respuesta de Israel fue positiva: “A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz OBEDECEREMOS” (V 24).
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Cuando hay verdadera gratitud vamos a buscar quitar lo que nos está estorbando para servirle a Dios tal como él quiere. Muchas veces decimos mañana, pero Josué dijo AHORA porque el agradecido no espera que pasen los días, meses y años sino que A LA VOZ DE DIOS OBEDECE.
1. La verdadera gratitud provoca ser agradecidos con Dios y nos empuja a servirle
Estimado lector, se podría hacer una lista más larga de lo que provoca la verdadera gratitud; sin embargo estás dos son suficientes para hacernos meditar un poco en todo lo que Dios ha hecho por nosotros (¿De dónde nos sacó? ¿Cuántas veces nos ha guardado?, nos ha sanado, librado de problemas, etc.) y que el que está realmente agradecido con Dios tiene también el deseo de servirle. Además, deja lo que sea que esté estorbando para obedecerle.
IV. El poder de ser agradecidos con Dios
A) Versículos: Textos bíblicos sobre el agradecimiento a Dios
1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
Salmo 107:1 nos dice: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”.
Salmo 29:1-2: “Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”
Salmo 34:1: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca”
1. Ser agradecidos porque la palabra del Señor nos lo dice
La Palabra de Dios nos manda a DAR GRACIAS A DIOS por todo lo que hace en nuestras vidas. Dios espera que lo apreciemos y le agradezcamos por sus tiernas misericordias y su bondad inmerecida. Se espera que siempre exhibimos la ACTITUD DE GRATITUD.
B) El poder del agradecimiento a Dios
Nunca podemos ser mal agradecidos con Dios por sus buenas obras en nuestras vidas. Efesios 5:20 dice: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
1. Ser agradecidos con Dios abre puerta a su presencia
El poder de ser agradecidos con Dios se hace manifiesto porque la gratitud abre la puerta a la presencia de Dios. Salmo 100:4 dice: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre».
2. Agradecer al Señor es un protocolo espiritual que se debe observar
La gratitud es un protocolo espiritual que debemos observar. Dios no espera un 10 por ciento de gratitud. Él desea nuestro 100 por ciento de aprecio y gratitud.
Isaías 58: 14 “Entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado». Como se puede apreciar en este versículo de Isaías, esa gratitud hacia Dios te lleva a un nivel superior.
Para que migres a los lugares altos de la vida, la gratitud es una fuerza que te impulsará allí. La ingratitud engendra estancamiento y frustración. Los israelitas, que SE QUEJARON en el desierto, también SE DESMORONARON y murieron en el desierto. La ingratitud es muy mortal.
C) El poder del agradecimiento a Dios cuando lo magnificamos y apreciamos
Cuanto más magnifiquemos y apreciemos a Dios, más Su Poder estará disponible para levantarnos. Nunca seas un ingrato, que se niega a agradecer a Dios por todo lo que ya has recibido. Las personas agradecidas siempre están llenas de Gracia. Sé AGRADECIDO y tu TANQUE se llenará de más bendiciones. El SEÑOR es BUENO PARA TODOS y Sus tiernas misericordias son sobre todo Sus obras (Salmo 145:9).
El Señor obviamente es muy bueno contigo. Él te ha mantenido con vida y te ha dado lo que el dinero puede comprar y lo que el dinero no puede comprar. Eres un producto de Su desenfrenada benevolencia y magnanimidad.
1. Lo que provoca la gratitud (Agradecer a Dios por todo)
Recordemos que Dios tiene una expectativa de nosotros y él espera que tu gratitud sea el comienzo para grandes cosas al ponerte al servicio de Dios y hacer a un lado todo aquello que te pueda detener, pero no esperes el mañana porque Dios te está esperando AHORA.
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D) Cómo practicar la gratitud en la vida diaria
La gratitud a Dios no debe quedarse únicamente en palabras pronunciadas durante la oración o en un culto, sino que ha de convertirse en un estilo de vida diario. La Biblia enseña que “todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17). Esto nos recuerda que la gratitud se expresa en cada aspecto de nuestra existencia.
1) Algunas formas prácticas de cultivar y vivir la gratitud:
- Ser agradecidos en la oración
Cada vez que nos acerquemos a Dios, debemos recordar lo que Él ha hecho por nosotros. Antes de pedir, aprendamos a agradecer. Pablo escribió: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6). - Mostrar gratitud en el trato con otros
La gratitud hacia Dios también se refleja en cómo tratamos a las personas. Ser corteses, honrar a quienes nos han bendecido, y reconocer a los que nos ayudan es una forma de adorar a Dios. La ingratitud hacia las personas puede convertirse en una sombra de ingratitud hacia el mismo Señor. - Mantener un diario de gratitud
Una práctica sencilla y transformadora es anotar diariamente al menos tres cosas por las cuales dar gracias. Esto cambia nuestra perspectiva y nos ayuda a ver la mano de Dios aun en los detalles más pequeños de la vida. - Testificar públicamente de lo que Dios ha hecho
Así como el salmista declaró: “En la congregación alabaré al Señor” (Salmo 35:18), cada creyente está llamado a contar las maravillas de Dios. Compartir un testimonio de lo que Él ha hecho no solo honra a Dios, sino que también fortalece la fe de quienes nos escuchan. - Vivir en obediencia como fruto de la gratitud
La mejor forma de mostrar gratitud es vivir en obediencia a la Palabra. Cuando servimos, amamos y obedecemos, estamos respondiendo al favor recibido. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
En conclusión, la gratitud verdadera se convierte en acción. Un corazón agradecido ora con fe, trata a otros con amor, recuerda las bendiciones recibidas, testifica sin temor y obedece con gozo. Esta es la manera práctica en que el creyente glorifica a Dios día tras día.
V. El peligro de la ingratitud
Así como la gratitud abre puertas a la presencia y a las bendiciones de Dios, la ingratitud, por el contrario, trae consecuencias negativas que endurecen el corazón y apartan al ser humano del propósito divino. La Biblia nos muestra varios ejemplos de lo que ocurre cuando el hombre olvida dar gracias al Señor:
- Israel en el desierto
A pesar de haber visto milagros tan grandes como la apertura del Mar Rojo, el maná del cielo y el agua de la roca, el pueblo de Israel se quejó repetidamente en lugar de agradecer. Esa actitud de ingratitud provocó que muchos murieran en el desierto y no entraran en la tierra prometida (Números 14:27-30). La queja constante cerró la puerta a la plenitud del plan de Dios. - Nabucodonosor y su orgullo
El rey Nabucodonosor fue engrandecido por Dios, pero en lugar de agradecer y reconocer que el Altísimo le había dado su reino, se llenó de orgullo y autosuficiencia. Por su falta de gratitud, fue humillado y vivió como una bestia en el campo hasta que levantó los ojos al cielo y reconoció al Señor (Daniel 4:30-34). La ingratitud le llevó a la ruina momentánea. - El joven rico que se fue triste
Cuando Jesús le ofreció la oportunidad de seguirle, el joven rico no fue capaz de agradecer ni reconocer el valor de estar frente al Hijo de Dios. En lugar de mostrar gratitud y entrega, se aferró a sus riquezas y se fue con tristeza (Mateo 19:21-22). Su ingratitud le impidió experimentar la plenitud de la vida eterna.
A) La ingratitud es un veneno espiritual
Estos ejemplos nos recuerdan que la ingratitud es un veneno espiritual que produce estancamiento, orgullo, queja y pérdida de bendiciones. La persona que se olvida de agradecer se enfoca en lo que cree que le falta y deja de ver lo mucho que Dios ya le ha dado.
Por eso, la Escritura advierte: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21). La ingratitud es el inicio del endurecimiento del corazón.
La lección es clara: ser agradecidos nos acerca a Dios, pero ser ingratos nos aparta de Él y nos roba las bendiciones de su presencia.
VI. Conclusión del bosquejo para predicar sobre el agradecimiento a Dios
Ser agradecidos con Dios es más que un acto ocasional; es una forma de vida que revela nuestra dependencia y amor por Él. Cuando agradecemos a Dios, respondemos a su bondad y a las incontables bendiciones que nos ha otorgado. Ser agradecidos nos desafía a servirle con fidelidad y a desechar todo lo que obstaculiza nuestra relación con Él.
No pospongas este llamado; Dios espera tu gratitud y tu entrega ahora mismo. Que la gratitud a Dios sea la fuerza que te lleve a caminar en obediencia y experimentar su presencia de manera poderosa. ¡Jesús te bendiga!
Desafío práctico
El agradecimiento no debe quedarse en un sermón ni en un momento especial, sino convertirse en un estilo de vida. Por eso, te invito a un compromiso personal:
- Durante los próximos 7 días, escribe cada noche al menos 5 cosas por las cuales agradeces a Dios.
- Incluye tanto bendiciones grandes (salud, provisión, familia) como pequeños detalles (un día de paz, una respuesta en oración, la compañía de un hermano en la fe).
- Después de escribir, dedica unos minutos a orar y agradecerle de manera específica por cada punto.
Verás cómo este hábito transformará tu manera de pensar, aumentará tu fe y te llevará a vivir con un espíritu más alegre y confiado en el Señor.
También te comparto más versículos de agradecimiento a Dios:
Versículos sobre agradecimiento a Dios
Oración de gratitud
“Señor amado, hoy me acerco a Ti con un corazón lleno de gratitud. Reconozco que todo lo que tengo y todo lo que soy proviene de tu mano bondadosa. Gracias por la vida, por la salvación en Cristo Jesús, por la familia, por la iglesia y por cada bendición, grande o pequeña, que a diario derramas sobre mí. Perdóname por las veces que he olvidado agradecerte y permíteme vivir cada día con un espíritu agradecido. Hoy decido servirte con amor, obedecer tu voz y quitar de mi vida todo lo que me aleja de Ti. Recibe mi gratitud y mi vida como ofrenda agradable delante de tu presencia. En el nombre de Jesús, amén.”
Espero que este bosquejo para predicar de agradecimiento te sea de bendición. Jesús te bendiga.