I. La salvación: Demanda primaria de cada individuo
A) Introducción: Salvación, fe y obras
La salvación, el regalo más precioso que el ser humano puede recibir, es la demanda primordial de cada individuo. Jesús nos llama a buscar primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33), estableciendo que no hay mayor estado en la vida que ser libre de la esclavitud del pecado. A través de las Escrituras, encontramos que este regalo divino no se obtiene por obras humanas, sino por la gracia de Dios mediante la fe (Efesios 2:8-9). Sin embargo, esta fe verdadera no puede separarse de una vida de obediencia que produce frutos para la gloria de Dios. En este artículo, exploraremos el equilibrio bíblico entre la fe y las obras, entendiendo cómo se complementan en el maravilloso plan de salvación que Dios ha diseñado para la humanidad.
B) Jesucristo vino a buscar y salvar al perdido
Jesucristo fue manifestado en carne con el propósito expreso de buscar y salvar al perdido (Lucas 19:10). Hoy la iglesia que es su cuerpo tiene como su misión salvar la humanidad perdida. Lo mejor del cielo ha sido y ha estado siendo dado ahora para aquellos que necesitan la salvación.
II. La salvación está disponible para todos
Cómo ser salvo se perfila claramente en la Escritura, se entiende fácilmente, y está disponible a todos. Buscar y encontrar la salvación para nuestras almas debe ser un deseo que nos consuma. Cuando nosotros la encontramos, debemos acariciarla y guardarla sobre todas las otras posesiones en la vida.
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A) Obtenemos la salvación por la gracia, a través de la fe
Cuando obtenemos la salvación, por la gracia a través de la fe (Efesios 2:5,8-9), hemos recibido lo que Pablo llamó «este tesoro en vasos de barro» (2 Corintios 4:7) Cuando recibimos la salvación, varias cosas acompañan la experiencia del nuevo nacimiento (Juan 3:1-8)
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9)
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Hebreos usa una ilustración de Dios bendiciendo la tierra con la lluvia para producir vegetación. No solo las cosas buenas fueron producidas sino también se produjeron espinas y cardos. Dios pronunció una maldición en esas espinas y cardos; no solo eran improductivos, ellos eran un detrimento a las plantas frutales (Hebreos 6:7-9). Tiempo y vida producirán a las personas que entrarán en una de estas dos categorías; sin embargo, el escritor fue persuadido que los cristianos hebreos producirían la fruta en lugar de las espinas y cardos. Cosas que acompañan la salvación, cuando permitimos controlar nuestras vidas, van a producir cualidades y carácter que agradan a Dios.
A continuación vamos a reflexionar sobre lo que dice la Biblia sobre la salvación y las obras.
III. Lo que dice la Biblia sobre la salvación y las obras
A) Una profesión de fe sola o de obras exclusivamente es insuficiente para la salvación
Dos enseñanzas contrastantes rodean este tema; las dos son extremas y anti-bíblicas. Algunos enseñan que una profesión de fe sola es necesaria para la salvación sin la obediencia, el esfuerzo, el cambio de estilo de vida, o pautas para el creyente.
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Otros ponen su énfasis en las obras, creyendo que el trabajo puede salvar a una persona. Estos conceptos contradicen las verdades bíblicas y confunden al oyente.
Una profesión de fe sola o de obras exclusivamente es insuficiente. Debemos encontrar la verdadera perspectiva bíblica si queremos agradar a Dios. La escritura guardada en el contexto es importante mientras ve el asunto entero de salvación.
III. Aspectos a considerar sobre la fe y las obras en la salvación
Considere lo siguiente:
1) La salvación viene por la gracia a través de la fe (Efesios 2:5,8). «Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres» (Tito2:11).
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2) La salvación no puede obtenerse por las obras aparte de la fe (Hebreos 11:6) «Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra» (Romanos 11:6).
3) Las buenas morales, la autodisciplina, y ni siquiera los actos virtuosos producen la salvación (Hechos 10:1-48; Juan 3:1-8; Hechos 8:27-40)
4) Aquellos que recibieron la salvación en el Nuevo Testamento se comprometieron en el arrepentimiento, bautismo, oración, entre otros (Hechos 1:12-14; 2:1-4,38,41-47; 10:1-48; 19:1-6;22:16)
5) La fe de Abraham se muestra por las obras, le trajo justificación (Romanos 4:1-21; Santiago 2:21-24)
6) La fe acoplada con la obediencia (El arrepentimiento, bautismo, oración, entre otros) trae la salvación (Hechos 1:12-14; 2:1-4,38,41-47). Éstos no son hechos de justicia propia de esfuerzo humano; son actos de obediencia a la palabra de Dios.
El esfuerzo humano sin obediencia a la Biblia nunca nos salvará; sin embargo, fe obediente de nuestra parte, como es enseñado en la Escritura, traerá a Dios a nosotros en la salvación.
7) Una profesión de fe sola, sin obras, no puede llevar a la salvación a una persona (Santiago 2:14,17-18;1:22). Las obras tampoco pueden dar salvación a un hombre. Debemos tener una fe obediente, el tipo de fe que produce la fruta para ser salvo (Estudiar Romanos 4:1-21; Santiago 2:14-26).
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Los hechos sociales, esfuerzo humanitario, y las obras buenas no nos salvarán. Los actos de obediencia (Que alguien llama obras), como expresión de fe, traerán la gracia redentora y el poder de Dios a nosotros.
La salvación del pecado producirá una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17), uno que camina en novedad de vida y obediencia a la palabra de Dios. Los actos virtuosos, el cambio de carácter, y la vida santa se manifiesta en las vidas de aquellos que son salvos.
IV. Nuestras obras virtuosas son producto de nuestra salvación
Cuando nosotros vivimos una vida santa y piadosa de acuerdo con la Escritura, nunca debemos permitir a cualquiera intimidarnos con la idea errónea de que estamos tratando de ser salvos por las obras. Nuestros obras virtuosas son productos de la salvación por gracia mediante la fe. Ellas no produjeron nuestra salvación, la salvación las produjo a ellas. La obediencia a la Escritura y el esfuerzo humano vano, o justicia propia, están separadas de polo a polo.
Sin cambio, comprometidos, llamados cristianos son un estorbo al reino de Dios. Jesús lo dijo mejor; «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos» (Mateo 5:16).
V. Conclusión sobre la salvación por fe y no por obras
A) Las obras no son la causa de salvación sino su evidencia
La salvación es el fundamento de una vida transformada por el poder de Dios. Como hemos visto, ni una profesión de fe sin frutos ni un esfuerzo humano vacío pueden salvarnos. Es la gracia de Dios, recibida mediante una fe obediente, la que produce en nosotros una nueva criatura en Cristo, capaz de caminar en novedad de vida (2 Corintios 5:17).
Nuestras buenas obras no son la causa de nuestra salvación, sino su evidencia, un reflejo de la obra redentora de Dios en nuestras vidas. Que nuestra luz alumbre siempre, para que otros puedan ver nuestras buenas obras y glorificar a nuestro Padre celestial (Mateo 5:16).