La depresión: Consuelo y esperanza
La depresión es una de las dolencias más comunes en nuestra sociedad. Incluso aquellos individuos que no llegan a enfermar de ella, sufren a menudo oscilaciones cíclicas de ánimo y cambios de carácter similar a los síntomas depresivos.
Consuelo y esperanza para los deprimidos
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El contenido semántico del vocablo depresión es amplio, se usa como sinónimo de melancolía, tristeza, estrés, desaliento, desilusión que son de por sí, estados de ánimo integrantes en la normalidad. Se atribuyen al Dr. Sigmud Freud la descripción de los principios psicodinámicos de la depresión (en su libro “Duelo y Melancolía”).
Causas de la depresión
No se puede concebir la depresión como el resultado de una causa única, siendo su origen multifactorial. Factores biológicos, genéticos y psico-sociales, determina las diferentes formas clínicas de la predominancia de uno u otro factor. Se relacionan a los neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos) y a trastornos endocrinos (hormonales) con la depresión en innumerables publicaciones médicas.
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El origen psico-social, tales como la privación social, acontecimientos vitales, vulnerabilidad, etc., fueron analizados por Freud y sistematizados por Kraepelin.
Los aspectos fisiológicos y físicos también han sido relacionados con la depresión. Casi todo el mundo conoce la relación entre las funciones corporales y los problemas humanos. Ejemplo: el ama de casa, quizás cree que sus dolores de cabeza son el resultado de no dormir bien, del exceso de trabajo, o de alguna otra dolencia física que no comprende ni entiende.
Por otra parte, quizás no tome en cuenta el hecho de que sus dolores de cabeza pueden provenir de conflictos emocionales no resueltos. Por consiguiente, todo consejero cristiano debe considerar seriamente las posibles causas fisiológicas de los problemas y cuando sea lo apropiado, enviar los clientes a los doctores de medicina.
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En años recientes; los psicólogos, psiquiatras, ministros cristiano,s y otros que se interesan en problemas humanos, han presentado muchas pruebas relativas a las bases emocionales que causan depresión. Hechos psicológicos que hace unos cuantos años eran poco conocidos, hoy van siendo aceptados en los hogares. Lo primero que debemos definir, como parte del vivir y del sentir, es la forma en que expresamos nuestros sentimientos, nuestra alegría y tristeza.
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El hombre es un ser espiritual, y por lo tanto es importante considerar los aspectos espirituales del ajuste humano. En realidad, el orientador profesional debería considerar seriamente los aspectos espirituales cuando trate de ayudar a los individuos en la solución de sus problemas.
La vida, por tanto, es un proceso de desarrollo y mantenimiento de un adecuado nivel de ajuste en el área física, emocional y espiritual. Cada día se pasa por experiencias que pueden amenazar el bienestar de la persona, en cada uno de estos aspectos. El señor Jesús está buscando hoy auténticos consejeros espirituales que pueden atender a las necesidades del hombre moderno. Por eso, es muy importante educarse a fin de obtener un mejor resultado en la consejería.
· HAY QUE ENTENDER
· HAY QUE TENER CONOCIMIENTO
· HAY QUE TENER AMOR
· HAY QUE TENER MISERICORDIA
Como Jesús la tuvo con la humanidad.
Síntomas de la depresión
La persona deprimida se lamenta de un indescriptible malestar. El tiempo parece detenerse, el futuro parece estar cerrado, sin sentido, vacío y repleto de amenazas. Vive con el temor de que le pueda ocurrir un suceso terrible. Presenta irritabilidad como reacción excesiva e injustificada ante diferentes estímulos. Excesiva preocupación de su tristeza, indiferencia hacia las personas o actividades.
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El pensamiento del deprimido es de tonalidad negativa y pesimista. Integración de la ideación, pérdida de la capacidad para concentrarse y trastornos de la memoria. Pero en muchas ocasiones además se manifiestan síntomas somáticos: ritmo actividad-descanso perturbado, los peores momentos del día a primera hora aliviándose esta apatía durante el transcurrir del día. Insomnio o hipersomnia, dolor de cabeza, trastornos digestivos (gases), alteraciones del apetito por defecto o exceso (bulimia), sequedad de boca, egoísmo.
El no asumir y reconocer mis problemas o errores dan lugar a que el enemigo gane ventaja, tomando esta actitud para hacernos esclavos de los pensamientos egoístas. El campo de batalla donde se libra la mayor lucha para llevarnos a la depresión, está en la mente. Somos esclavos de nuestros pensamientos, y cuando esto sucede nacen resentimientos. HAY QUE TENER MUCHO CUIDADO CON ESTOS SÍNTOMAS.
Estadísticas de personas depresivas
En 2003 existían aproximadamente 150 millones de personas depresivas según las estadísticas. Muchas veces la depresión empieza desde la niñez. En años recientes se ha dado mucha atención a los trastornos emocionales de los niños. Psicólogos, educadores, psiquiatras infantiles y otros especialistas han dedicado tiempo al estudio de niños y jóvenes víctimas de diversos desequilibrios de la personalidad.
En realidad un niño deprimido puede parecer activo e interesado en algunas actividades, y sin embargo, mostrar otros indicios de perturbadora depresión. Puede ser incapaz de concentrarse en los estudios. Hay maltratos que marcan a los niños de por vida. Tales como el trauma, la violación, el maltrato físico, maltrato emocional, maltrato mental. Algunos traumas marcan la vida de un niño. Los niños y jóvenes, damas, caballeros y ancianos pueden ser afectados por la depresión.
Consuelo para los que experimentan depresión
Hay consuelo para aquellos que están deprimidos, hay esperanza y un mejor camino. Ese camino es Dios, ábrele tu corazón, y dile todas tus penas y todo tu pesar, que él te escuchará y te comprenderá lo que tu alma y tu espíritu hoy siente. Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas, él conoce tus circunstancias y tus preocupaciones, cuando creas que estás solo, reconoce que él contigo está.
Nuestro amoroso padre celestial, no solo ve nuestros pecados y errores, él sabe que hay circunstancias atenuantes, él está enterado de nuestro curso de vida y nuestros motivos e intensiones. Él también sabe que hemos heredado el pecado, la enfermedad y la muerte, y por eso tenemos grandes limitaciones. Dios se conduele de todo lo que nos pasa, de nuestras situaciones deplorables y, en despliegue de compasión, toma en cuenta que somos débiles.
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Dios es misericordioso y benévolo, tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones. Él conoce bien la forma de nuestro espíritu y de nuestra alma y se acuerda que somos polvo.
Verdaderamente nuestro Dios es un Dios misericordioso y nos extiende una invitación, de arrojar nuestras cargas y nuestros pesares sobre él. Sin duda el puede revivificar el corazón de los que sufren, por eso debemos pedirle a Dios en forma de oración ya que, por medio de la oración, le podemos pedir por nuestras penas y pesares, darle todas nuestras inquietudes, porque él se interesa por nosotros como sus hijos.
Mediante la oración las personas pueden acercarse a Dios y disfrutar de la paz que solo él sabe dar, y que supera todos los pensamientos y sentimientos. El deprimido puede hallar consuelo y esperanza en la lectura de la palabra de Dios, que nos dará esperanza segura de que se eliminará permanentemente todas las enfermedades humanas del alma y del corazón. Dios nos promete limpiar todas las lágrimas de nuestros ojos, solo hay que abrirle nuestro corazón y dejarlo entrar, para así encontrar su amor y su paz.
Autor Anónimo
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