NUESTRO MUNDO NECESITA SENTIR EL PODER DEL DÍA DE PENTECOSTÉS
Cuando llegó el día de pentecostés
Texto: Hechos 2:1-4 «Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen»
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La palabra “pentecostés” significa cincuenta y se refiere a la festividad judía celebrada a 50 días de la pascua. Igualmente la fiesta se llamaba la fiesta de las semanas (Éxodo 34:22, Deuteronomio 16:10) o la fiesta de la siega (Éxodo 23:16).
LO QUE ERA EL DÍA DE PENTECOSTÉS
El día de pentecostés, un día de acción de gracias
El día de Pentecostés era un día de acción de gracias por la cosecha con la cual Dios había bendecido a su pueblo. En ese día el sacerdote se presentaba en el Templo y como señal de agradecimiento, mecía delante de Dios dos barras de pan de trigo nuevo y dos corderos de un año. Todo el pueblo venía a celebrar juntos la acción de gracias por la cosecha y las bendiciones de Dios.
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Jesús había estado con sus discípulos 40 días después de su resurrección y ascendió a la gloria diciéndole a sus discípulos que regresaran a Jerusalén porque en 10 días más serían investidos con poder desde lo alto. Esto fue el cumplimiento de lo dicho por los profetas Joel y Juan el Bautista:
“Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim” – Joel 3:18
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” – Mateo 3:11
En este día tan solemne, el día de pentecostés, dedicado para rendirle gracias a Dios por la cosecha que les había dado, Nuestro Señor inició lo es la cosecha de almas para su reino. Un día que marco por siempre la historia humana, el mundo nunca a sido igual…
I. EN EL DÍA DE PENTECOSTÉS, COSAS GRANDES SUCEDIERON
El día de pentecostés, un día memorable
En ese día memorable, el día de pentecostés, a poca distancia de donde el sacerdote estaba meciendo las barras de pan, dándole gracias a Dios por su milagrosa cosecha, de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba…
La señal inicial de la llenura del Espíritu Santo era hablar en otras lenguas. Era una promesa no solo para los judíos del primer siglo sino para todo aquel que cree… para los judíos (Hechos 2), para los Samaritanos (Hechos 8), Gentiles (Hechos 10) para lo discípulos de Juan el Bautista que estaban en Éfeso (Hechos 19).
El apóstol Pedro lo expresa de esta manera el propio día de pentecostés cuando se dio el derramamiento del Espíritu Santo: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare…” – Hechos 2:39
No podemos regresar en el tiempo y recrear ese día glorioso, el día del pentecostés, que hermoso hubiese sido oír el primer mensaje del apóstol Pedro ungido por el Espíritu Santo, no obstante si podemos duplicar las condiciones que se dieron y nuevamente tener un pentecostés en nuestra iglesia….
EL DÍA DE PENTECOSTÉS ESTABAN TODOS UNÁNIMES JUNTOS
El día de pentecostés, momento de unidad
Una de las características notables de la iglesia del libro de Hechos, es que en el día de Pentecostés estaban “unánimes juntos”. Ellos tenían una misma mentalidad, un mismo sentir, un mismo espíritu, y con ello buscaron el rostro de Dios.
La unidad era lo que los distinguía como pueblo de Dios y ese debe ser nuestra misma característica hoy. Si deseamos un mover del Espíritu de Dios como el día de pentecostés, si deseamos un avivamiento real y sostenido debemos tener una misma visión, un mismo sentir…. Veamos algunas formas:
I. El día de pentecostés: Unidos en propósito
El gran apóstol Pablo escribiendo a los Filipenses dice; “combatiendo unánimes por la fe del evangelio” – Filipenses 1:27 Debemos tener un vivo celo de la doctrina. Lo que cambiará nuestro mundo, es el mensaje del único Dios verdadero, proclamar en voz en cuello; “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” – Deuteronomio 6:4.
No es hora de rebajar a la doctrina, hoy más que nunca debemos proclamar con firmeza la verdad que salva…. “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” – Juan 8:32.
La manera que rescatas a aquel que se hunde en tierra moviliza, no es metiéndose en el hoyo con él, sino pararse firme en la roca y extenderle una mano y sacarlo del fango. Nunca podremos rescatar a los que se hunden en el pecado, queriendo ser como ellos, actuar como ellos, hablar como ellos…. La manera de rescatarlos es predicándoles la verdad… y para esto debemos estar como en el día de pentecostés: Unidos en propósito.
II. El día de pentecostés: Unidos en la alabanza
El día de pentecostés, el Espíritu Santo se derramó porque estaban orando, buscando la presencia de Dios. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” – II Corintios 3:17. Nuestra alabanza del Dios verdadero provoca que su presencia se manifieste y liberar al que está atado por el pecado. Dios busca adoradores que le adoren en el Espíritu y en Verdad. (Juan 4:24)
Nuestra alabanza crea un ambiente donde Dios se manifiesta y el necesitado tiene una encuentro con el que todo lo puede. El enfermo se encuentra con el Sanador, el pecador se encuentra con el Salvador, el errado se encuentra con la Verdad, el perdido se encuentra con el Camino, el rechazado se encuentra con el que el Todo Amor…
III. El día de pentecostés: Unidos en poder
La Biblia nos dice que el día de Pentecostés, fueron “TODOS LLENOS”. Esta es la verdadera dicha del evangelio, y es que Dios te llenará. El mundo te deja vacío, te deja insatisfecho, descontento, intranquilo…. Solo en Jesús podemos ser llenos de verdadera felicidad! La Escritura nos enseña que el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre…. (I Juan 2:17).
Solo Dios sabe llenar tu ser, solo Dios te hace vivir confiado, solo Dios hace de ti una criatura nueva, solo Dios te da razón de vivir… Este es el poder de Pentecostés, es que serás lleno de toda la plenitud de Dios…. igual que los que estaban el día de pentecostés.
IV. El día de pentecostés: Unidos en hechos
Dios no llama a nadie para que se siente en la banca haciendo nada (Efesios 2:10, Santiago 2:18). Él te ha llamado con propósito, Él tiene un plan para tu vida… Dios te llevará a niveles nuevos, horizontes nuevos, tal como lo hizo con los que estaban el día de pentecostés.
En el día de Pentecostés cambió a un grupo de personas tímidas en un ejercito de paz que trastornó el mundo entero… cambió perseguidores en predicadores, pescadores en misioneros, cobradores de impuestos en generosos, hijos de trueno en mensajeros de paz, traicioneros en apóstoles… !Quedarás sorprendido en lo que Dios puede hace de tu vida!
El día de pentecostés, conclusión
Las gotas solas son frágiles, pero juntas hacen el potente mar. Solos lograremos poco, pero juntos somos invencibles. Necesitamos que Pentecostés transforme nuestro ser y transformaremos nuestro mundo. Necesitamos vivir como el día de pentecostés.