Por: Thomas W. Drost
EL SONIDO DEL ESPÍRITU SANTO
Juan 3:7-8 “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”.
La conversación que tuvo Jesucristo con Nicodemo es muy interesante, puesto que le habla de cosas que no se mencionan en otra parte de la Biblia. Es el único lugar donde habla acerca de “nacer de nuevo” y, es allí mismo donde nos dice que hay que nacer de nuevo: del agua y del Espíritu.
Siendo que Nicodemo era un «principal» entre los fariseos, conocedor de las Escrituras, un hombre intelectual, Jesús le habla de cosas profundas, que al momento Nicodemo no las entendió. En especial el v.8 lo dejó perplejo, porque sigue diciendo: “¿Cómo puede hacerse esto?” v.9. Nicodemo tendría que esperar hasta después del Día de Pentecostés para tener la respuesta, porque Jesús estaba hablando acerca de un fenómeno, o una experiencia que no se había visto antes – el bautismo del Espíritu Santo.
De que Jesucristo claramente está hablando del bautismo del Espíritu Santo queda claro al decir: «así es todo aquel que es nacido del Espíritu«. (v. 8)
LA EVIDENCIA DEL NACIMIENTO EN EL ESPÍRITU:
Un sonido y algo que se siente como evidencia del Espíritu
Hablando con Nicodemo, Jesucristo presenta cuál es la evidencia del nacimiento en el Espíritu: (1) un sonido y (2) algo que se siente.
HAY MUCHO QUE NO SABEMOS del Espíritu porque es una dimensión diferente. Eclesiastés. 11:5 dice: “Como tú no sabes cuál es el camino del viento o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas”.
La palabra viento también puede traducirse «Espíritu«. Tanto en el idioma hebreo como el idioma griego (los idiomas en los que se escribió originalmente la Biblia) se usa la misma palabra para espíritu como para viento. En el hebreo es la palabra «rwach;» y en el griego es la palabra “pneuma.»
Algunos dicen que la evidencia es el fruto del Espíritu
Algunos dicen que el Fruto del Espíritu debe ser la evidencia de la presencia del Espíritu de Dios en la vida de alguien, ¡PERO EL FRUTO SE VE! Y, Jesús nos dice, que es algo que no se ve. Además fruto solo era usado para reconocer profetas, y no como evidencia del Espíritu:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero que dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso de recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” Mateo 7:15,16.
La manifestación del Espíritu se compara con el viento
Note cómo Jesucristo compara la manifestación del Espíritu al viento. Luego, en el Día de Pentecostés hubo viento. El viento no se ve, sin embargo si hay cosas que evidencian su presencia. Uno sabe cuando hay una brisa porque: se nota, se siente y se oye; pero no se ve.
Pero, si hay ciertas cosas que evidencian la presencia invisible del Espíritu – así lo está señalando el Señor Jesucristo en el TEXTO.
1) NO SE VE, PERO SE NOTA. Uno puede ver ciertas cosas que evidencian de que el viento está soplando – nota el movimiento en los árboles, etc. O sea que, deja rastro. Uno no ve el viento en sí, pero si ve el efecto del viento sobre las cosas que toca, por donde pasa.
2) Y SE SIENTE. Pero también, uno puede sentir el movimiento del viento: en su piel, en su cabello, rozando el rostro, zumbando por los oídos.
3) PERO SI SE OYE. También, uno lo puede oír, tiene su sonido. Sin que uno vea nada, como puede ser de noche, pero se puede oír el pasar del viento: por las hojas de los árboles, moviendo otras cosas, aún sólo la fricción del aire sobre la piel, sobre objetos, etc.
“Así es todo aquel que es nacido del Espíritu” No hay algo visible, pero si hay algo que se siente y hay algo se oye – ¡se debe oír!
¿CUÁL ES EL SONIDO DEL ESPÍRITU?
¿Tendrá un sonido distintivo el Espíritu?
Cuando recibían el Espíritu Santo en la Iglesia Primitiva ¿Había algo que se oía? Sí había algo que se oía que establecía su autenticidad: Hechos 10:48 dice: «Les oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios«. Incluso, para los judíos que fueron con Pedro, con sólo oír que hablaban en lenguas, se convencieron que los gentiles sí habían recibido el Espíritu Santo.
También Hechos 2:4 dice: «Y fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron ha hablar en lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
El sonido del Espíritu son lenguas
Cada vez que alguien recibía el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento era acompañado de hablar en lenguas. Esta es la evidencia que allí está soplando el Espíritu Santo, y así lo consideraban los discípulos de la Iglesia Primitiva.
Pedro lo reportó diciendo: “Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio” (Hechos 11:15). En los Hechos siempre se oían lenguas cuando alguien nacía del Espíritu.
Además de lo que siente el individuo. No ves el Espíritu, pero si lo oyes y lo sientes – ¡Y vas a hablar en lenguas!
Jesús también lo llamó “nacer de nuevo” cuando hablaba con Nicodemo, en el mismo capítulo de donde leímos al principio: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios… 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Juan. 3:3,5.
Ahora, ¿Qué es lo que hace que todos se den cuenta que nació un bebé? ¡Cuando grita! ¡Cuando toma aire y grita! Así también, al recibir el Espíritu Santo ¡HAY UN SONIDO! ¡Ese sonido es hablar en lenguas!
¿Se ha oído el sonido del Espíritu en ti? Si no, no ha pasado por allí el Espíritu Santo.