JESUCRISTO Y EL TRONO CELESTIAL

Por: José de la Cruz Ríos

JESUCRISTO EN SU TRONO

«Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta… Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros de oro, a uno semejante al Hijo del Hombre…» (Ap.1:10-13).

(También puedes visitar la sección de doctrina pentecostal)

«Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.» (Ap.4:1-2).

La palabra «supremacía», significa preeminencia, que es el grado supremo que se alcanza en cualquier línea de mando o jerarquía. De manera que, cuando hablamos de «supremacía», nos referimos a la superioridad en una jerarquía establecida, como en la familia: la «supremacía» del padre sobre el hijo, que es en comparación la posición más alta. 

Jesucristo en su trono: La Supremacía del Señor Jesucristo.

A partir de su sacrificio en la cruz del Calvario, el Señor Jesucristo fue exaltado «hasta lo sumo», y llegó a la supremacía en su manifestación como Hijo de Dios. Leemos así en la Biblia:

– «y él (Jesús) es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él (Jesús) que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia» (Col.1:18).

– «que (Jesús) fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos» (Rom.1:4).

– «Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él (Jesús) sea el primogénito entre muchos hermanos.» (Rom.8:29).

– «Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Heb.2:11).

– «Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre (Jesús) que es sobre todo nombre (incluidos los del Antiguo Testamento: Yahvé, Jehová, Elyón, Padre, etc.), para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos (seres angélicos: Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines), y en la tierra (los hombres y toda la creación), y debajo de la tierra (demonios y los muertos). (Filip.2:9-10).

Tenemos aquí al Cordero exaltado. Una vez consumado su Ministerio terrenal, Dios Mismo es glorificado y la Supremacía del Señor Jesucristo es establecida por la eternidad. Jesús, el Cordero de Dios, fue exaltado a lo máximo. Es lo que nos muestra Ap.4:12, al decirnos: «… El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.»

En Jesucristo, Dios cumplió su promesa de salvar –Él Mismo- a la humanidad (Is.52:10, «Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todas los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.») Ahora, Él es Supremo Rey de Reyes y Señor de Señores (Ap.19:16, «Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de Señores.»)

El Señor Jesucristo declaró su Supremacía y su gran Poder Divino, cuando dijo: «… Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.» (Mat.28:18)

El Señor Jesucristo es exaltado y hecho Supremo objeto de adoración por parte de todos los seres celestiales (Ap. 4, y 19:1-6). (También te puede interesar: La Unicidad de Dios)

También, Jesucristo es el Supremo Juez (Ap.20:11-15, «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 

Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.») 

Jesucristo en su trono: Un Solo Trono, Un Solo Rey.

El Trono es el lugar que ocupan los reyes, o la máxima autoridad de un reino. Se describe como un asiento –silla- con gradas y dosel – cubierta que corona el Trono- en el que se sientan los monarcas y otras personas de alta dignidad. 

También indica la dignidad de rey o soberano que se atribuye a alguien. Así, por ejemplo en Gén.41:38- 41, «Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 

Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.» Lo que Faraón hizo con José fue entronizarlo, lo cual significa colocar a alguien en el trono, o ensalzar a uno, o colocarle en alto estrado. Pero, en cualquier caso, siempre hay un solo Trono. No se levanta otro. Se mantiene el que ya está establecido.

Dios tiene Su Trono ya establecido

y así es como lo presenta la Palabra de Dios:

– 2ªCrón.18:18, «… Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda.» (También te invito a leer: Significado de Tomó el Libro de la Mano Derecha del que Estaba Sentado en el Trono)

– Sal.9:4, «… Te has sentado en el trono con justicia.»

– Sal.11:4, «Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono…»

– Sal.45:6, «Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre…»

– Sal.47:8, «Reinó Dios sobre las naciones; se sentó Dios sobre su santo trono.»

– Sal.93:1-2, «Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder: Afirmó también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces, tú eres eternamente.»

– Sal.97:1-2, «Jehová reina; regocíjese la tierra, alégrense las muchas costas. Nubes y oscuridad alrededor de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono.»

– Sal.103:19, «Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.»

– Is.63:1, «Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies…»

Como podemos ver, el Trono de Dios está establecido en los cielos (Sal.11:4. 103:19); constituye el centro de la eterna y verdadera justicia y juicio (Sal.9:4. 97:1-2); y, tenemos que añadir aquí que, el suyo es un Trono de Gracia Divina (Heb.4:16, «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.»)

La delegación de Soberanía Real, otorgada por Dios a sus siervos, está representada en la Teocracia de Israel. 

El Trono de David es representativo de la Justicia de Dios (1ªCrón.28:4-5, «Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió como caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mi para ponerme por rey sobre todo Israel. 

Y de entre todos mis hijos… eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.») Es pertinente señalar que con la venida del Mesías, el futuro Reino Celestial será establecido sobre la tierra, representado por un Trono y un Rey, que será el Señor Jesucristo, el Hijo de David (como por ejemplo en Mat.1:1. 9:27. 12:23), y el Hijo del Hombre (como por ejemplo en Mat.8:20. 9:6. 11:19).Ver: 2ªSam.7:12 con 1ªCrón.17:11.

Ver: Sal.89:3-4. 132:11. Hch.2:29-30. Mat.19:28. 25:31. Luc.1:30-33). Con el Juicio ante el Gran Trono Blanco se establece la perfecta y final Soberanía de Dios (Ap.20:11). (Quizás te pueda interesar: Cristología)

No hay dos Tronos

No creemos que en el cielo haya dos Tronos: el Trono del Padre y el Trono del Hijo, pues, el Padre y el Hijo son Uno y El Mismo, y Una Sola es Su Potestad (Mat.28:18). Lo que la Biblia nos dice es lo siguiente:

– Que hay Un Dios y por lo tanto Un Trono (Sal.11:4, «Jehová tiene en el cielo su trono»).

– Es como lo describe Isaías (Is.6:1, «Vi yo sentado al Señor en un trono alto y sublime»).

– Fue la visión de Daniel (Dan.7:9, «Estuve mirando, hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve… su trono llama de fuego»).

– Lucas lo aseveró (Luc.1:32, «Dios le dará el trono de David su Padre»).

– Juan también tuvo una revelación sobre esto mismo (Ap.4:2, «… y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado».

El Cordero está sentado en el Trono de Gloria: Ap.7:17, «porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará…» Es Dios, Quien está en el Trono: Ap.19:4, «Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono…»).

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