LA FALTA DE PERDÓN TRAE CONSECUENCIAS

Por: Rigoberto Gómez

EL PERDÓN SEGÚN LA BIBLIA, PREDICACIÓN CRISTIANA ESCRITA

Perdonar a los demás según la Biblia, significado

“Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:15)

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El perdón en la Biblia

Sabemos que el hombre fue puesto en el huerto del Edén en estado de pureza, pero con el pecado de Adán y Eva la raza humana se hundió en el pecado. Esto trajo como consecuencia la muerte, tanto espiritual como física, “porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). 

La ley mosaica nos dio a conocer el pecado y el castigo por ese pecado, pero la ley no resolvió ese problema en el ser humano pues el pecado abundó. Jesucristo vino durante el tiempo de la ley a cumplirla pues la misma escritura dice: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4).

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Al venir Jesucristo a cumplir la ley, también trajo consigo el remedio para el pecado de la humanidad; por lo tanto, al morir en la cruz del calvario y derramar su sangre, llegamos a obtener el perdón de los pecados.

Por el sacrificio y resurrección de Jesucristo, nos hemos convertidos en los receptores de su perdón, siempre y cuando hayamos nacido de nuevo del agua y del Espíritu (Juan 3:5), siendo bautizados en el nombre de Jesús según Hechos 2:38 y participando del bautismo del Espíritu Santo, tal como sucedió en Hechos 2:1-4) 

Perdonar a los demás según la Biblia, así como también hemos sido perdonados

Jesús “…entró una vez para siempre en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención” (Hebreos 9:12), pero al mismo tiempo Colosenses 2:13 dice “…os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados”, es decir, que Jesucristo perdonó todas nuestras ofensas; por tal razón, debemos perdonar a los que nos ofenden, es decir, perdonar así como también hemos sido perdonados por Dios. 

La falta de perdón según la Biblia

La falta de un espíritu perdonador puede traer consecuencias para nuestra vida por lo que se hace necesario hacer del perdón parte de nuestra vida cristiana, pues a pesar de que no somos obligados a perdonar, también sabemos que es nuestra decisión hacerlo o no, y recibiremos las consecuencias de dicha decisión. 

JESÚS DIJO: “…MAS SI NO PERDONÁIS…” ESTO IMPLICA CONSECUENCIAS 

Si no aprendemos a perdonar a los demás según la Biblia nos traerá consecuencias

En nuestro libre albedrío tenemos la posibilidad de escoger si perdonamos o no perdonamos, pero al mismo tiempo debemos estar conscientes tanto de las bendiciones de perdonar como también de las consecuencias de no “…perdonar a los hombres sus ofensas” 

La falta de perdón en la Biblia

La falta de perdón trae consecuencias a nuestra vida, pero según Jesucristo, podemos perdonar o retener ese perdón, es decir, retenemos una deuda y es como si exigiéramos el pago. La deuda es la falta o pecado que se debe pagar. Esto nos lo reflejan versículos como el de Mateo 6:12 el cual dice: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” 

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Muchas ofensas pueden cometerse contra nosotros, aún de nuestros propios hermanos en la fe, por lo que ellos podrían ser también nuestros deudores ya que podríamos decir que nos deben una disculpa. 

Satanás se aprovecha de este tipo de cosas para que pensemos cosas contra ellos a tal punto que lleguemos a sentir algo en contra. Esto puede provocar problemas dentro de la iglesia, resentimientos y romper la comunión entre hermanos en la fe. 

LAS CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE PERDÓN EN LA BIBLIA

Consecuencias de no perdonar según la Biblia

Jesucristo nos dijo que debemos perdonar. Haciendo del perdón una obligación y responsabilidad nuestra como cristianos; sin embargo, tenemos la opción de no hacerlo y evitarlo, pero debemos estar conscientes de las consecuencias de la falta de perdón. 

SI NO PERDONAMOS TAMPOCO DIOS NOS PERDONARÁ NUESTROS PECADOS 

Tenemos la necesidad del perdón de Dios pues es imposible que no pequemos, pero si no perdonamos a los demás sus ofensas, tampoco Dios nos perdonará (Mateo 6:15). La Biblia dice “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados” (Lucas 6:37) 

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El no perdonar tiene serias consecuencias para nosotros ya que para alcanzar nuestro perdón necesitamos también perdonar a los demás, de lo contrario, Dios tampoco nos perdonará nuestros pecados. 

LA FALTA DE PERDÓN PROVOCA QUE NUESTROS PECADOS SEAN RETENIDOS 

Las escrituras nos declaran que “…Cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas” (Marcos 11:25-26) 

Si no perdonamos entonces son retenidas nuestras faltas, ofensas, pecados ya que no podemos perdonar y por lo tanto será un obstáculo para recibir el perdón de Dios. Los resentimientos, rencores, entre otras cosas, provocará que nuestros pecados estén retenidos y para que sean perdonados y ser libres debemos perdonar. 

LA FALTA DE PERDÓN AFECTA NUESTRAS ORACIONES 

En el modelo de oración del Padre nuestro se dice “…perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” Mateo 6:12, es decir, que la oración implica tanto el perdón de Dios como también que debemos perdonar,de lo contrario nuestra oración en la cual pedimos perdón será afectada por no practicar dicho perdón con los demás

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Jesús fue claro al decir que “…cuando estéis orando, perdonad…” (Marcos 11:25), es importante sentirnos libres de todo lo que nos perjudica en nuestra oración y clamor a nuestro Dios. Debemos sentirnos libres en nuestra oración. 

Aún en nuestra relación con los miembros de la familia como esposa e hijos es importante que podamos practicar el perdón. 1 Pedro 3:7 dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. 

Como podemos leer al final del versículo anterior, nuestras oraciones pueden tener estorbo por la falta de perdón entre los matrimonios, y no solamente entre los matrimonios, sino en los diferentes miembros de la familia y también dentro de la iglesia. 

NO PERDONAR PUEDE DESTRUIR NUESTRA COMUNIÓN CON LOS DEMÁS 

1 Juan 2:9 declara: “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas”. La falta de perdón nos puede llevar a aborrecer a nuestros hermanos y conducirnos a un camino de tinieblas y lo peor de todo podemos pensar que aun con esto seguimos en la luz. 

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Se necesita amor para perdonar a nuestros hermanos, “…y sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a nuestros hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte” (1 Juan 3:14). No solamente afecta nuestra relación con nuestros hermanos sino que nos trae la muerte y la falta de comunión con nuestro Dios. 

No podemos dejar que la falta de perdón destruya nuestra comunión o relación con nuestros hermanos. “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32) 

Igualmente Colosenses 3:13 nos dice: “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Que importante es saber que para soportarnos unos a otros debemos perdonarnos.

Lucas 17:4, hablando de un hermano que viene arrepentido por lo que hizo, dice: “Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”, es necesario aprender a perdonar. 

Para José fue muy difícil perdonar, pues tuvo que llorar tres veces (Génesis 42:24; Génesis 43:30; Génesis 45:3) hasta que logró darse a conocer a sus hermanos y perdonarlos por todo lo que le hicieron. Quizás sea un proceso difícil pero con la ayuda de Dios debemos aprender a perdonar.

LA FALTA DE PERDÓN HACE RECORDAR LA DEUDA QUE TENÍAMOS CON DIOS 

La Biblia nos habla de un rey que perdonó una deuda de diez mil talentos a su siervo, pero este siervo no pudo perdonar a otro de sus consiervos cien denarios que le debía, echándole en la cárcel hasta que pagara la deuda. 

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Entonces el rey, al darse cuenta, le dijo: “¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su Señor enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que debía” (Mateo 18:33) 

Lo anterior culmina con la siguiente reflexión: “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (Mateo 18:35). Es interesante meditar en esto, pues se nos recuerda que fuimos perdonados y que hicieron misericordia con nosotros y que si no hacemos lo mismo se recordará nuestra deuda. 

DEBEMOS PERDONAR PARA QUE NO TENGAMOS MALAS CONSECUENCIAS 

Hombres como José escogieron perdonar antes de llenar su alma de rencor, resentimientos, amargura, odio contra sus propios hermanos. El mismo Esteban escogió perdonar a quienes lo apedreaban, pues “…puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” (Hechos 7:60) 

Que mayor ejemplo que el de nuestro Señor Jesucristo en la cruz al decir: “…Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…” (Lucas 23:34). Jesús no merecía morir en la cruz y estaba pagando por una deuda que era nuestro, sin embargo, supo perdonar. 

Todos necesitamos el perdón, pero también perdonar. Los que no perdonan traen graves consecuencias a su vida espiritual y sus relaciones con los demás, afectando tanto en su vida familiar como su comunión en la iglesia; por lo tanto, debemos aprender a perdonar para evitar las consecuencias de la falta de perdón.

Ejemplos de perdón en la Biblia

Hay tantas historias bíblicas que destacan el perdón en la Biblia. A continuación están algunos ejemplos de perdón en la Biblia que espero te sean de utilidad para complementar un poco este artículo.

Ejemplos de Perdón en la Biblia en el Antiguo Testamento

1. Jacob y Esaú

Esaú perdona a Jacob por robarle su primogenitura en Génesis 33. Estos hermanos tenían una relación con mucha dificultad y el perdón de Esaú es una forma en que Dios bendice a Jacob.

2. Historia de José y sus hermanos

En mi opinión, esta es la historia de perdón más poderosa del Antiguo Testamento. Los hermanos de José intentan asesinarlo y venderlo como esclavo. Años después (después de muchos altibajos en otro país) los hermanos quedan a su merced.

Sorprendentemente, José los perdona y les muestra bondad y amor. Trae a toda su familia a Egipto para que pueda seguir manteniéndolos.

3. Dios perdonando a Israel en el desierto

Una y otra vez en el viaje por el desierto (Relatado principalmente en el libro del Éxodo), el pueblo de Israel desobedece y se queja, y una y otra vez Dios los perdona. El gran amor y la paciencia de Dios se muestran una y otra vez cuando Él los perdona.

4. El perdón de David después de un adulterio y asesinato

David fue llamado un hombre conforme al corazón de Dios, pero aun así pecó mucho cuando tuvo relaciones sexuales con Betsabé y luego miente al respecto y mata a su esposo para encubrirlo.

Cuando el profeta Natán lo confronta sobre su pecado, David dice: “He pecado contra el Señor”. Y Natán dijo a David: “También el Señor ha quitado tu pecado; no morirás.”

Todavía hubo consecuencias del pecado de David (como Dios a menudo nos permite experimentar también), pero Dios lo perdonó.

5. Dios perdona a Nínive

El perdón de Dios cuando Nínive se arrepiente contrasta con la actitud resentida de Jonás. Que hermoso y tierno es Dios con esta ciudad malvada dándoles un mensaje de perdón después de su arrepentimiento.

Ejemplos de perdón en la Biblia en el Nuevo Testamento

1. La mujer sorprendida en adulterio

Esta historia que se encuentra en Juan 8:1-11 es un hermoso ejemplo del perdón y la misericordia de Dios. Según la ley del Antiguo Testamento, esta mujer debería haber muerto, pero Jesús misteriosamente comienza a escribir en el suelo.

Escriba lo que escriba, mueve a todos sus acusadores a irse, desde el más viejo hasta el más joven. Entonces Jesús simplemente le dice: “Ni yo te condeno, vete y no peques más”.

2. Jesús y el paralítico

En esta historia que se encuentra en Lucas 5:17-26, Jesús está enseñando en una casa con una gran multitud a su alrededor. 4 amigos traen a un hombre que no puede caminar sobre una estera para ser sanado por Jesús y cuando no pueden pasar por la puerta, suben al techo y rompen el techo para bajar a su amigo frente a Jesús.

Jesús en lugar de curarlo inmediatamente, le dice “tus pecados te son perdonados”. Luego, después de algunos murmullos de la multitud, le dice al hombre paralítico «levántate, toma tu cama y vete a casa». Al perdonar primero sus pecados, Jesús enfatiza la importancia del perdón y la sanidad espiritual sobre la sanidad física del cuerpo de este hombre.

3. Parábola del Siervo Despiadado

En esta historia que se encuentra en Mateo 18:21-35, Jesús ilustra su mandato de perdonar “setenta veces siete” con la historia de un rey y dos siervos. El primer sirviente tiene una enorme deuda con el rey y el rey ordena venderlo junto con su familia y todas sus posesiones. El sirviente cae de rodillas y ruega por más tiempo para pagar la deuda.

El rey se conmueve y perdona su enorme deuda. Inmediatamente el siervo sale y encuentra a otro consiervo que le debe una cantidad muy pequeña de dinero. Lo agarra y lo asfixia diciéndole que le pague lo que le debe.

En lugar de mostrarle el mismo perdón que acaba de extenderle, el primer sirviente encarcela al otro sirviente hasta que pueda pagar su pequeña deuda.

La noticia de esta interacción llega al rey y llama al sirviente despiadado y le da el mismo castigo que le otorgó al sirviente que le debía dinero. Jesús termina la historia con una amonestación a perdonar de corazón.

4. Parábola de los dos hijos o conocida como el hijo pródigo

Esto a menudo se llama la historia del Hijo Pródigo, pero Jesús en ella realmente está comparando a dos hijos perdidos, uno perdido en pecados y otro perdido en la falta de perdón en esta historia que encontramos en Lucas 15:11-32.

Un joven pide heredar la riqueza de su padre antes de tiempo y desperdicia toda su herencia viviendo perdidamente. Se encuentra tocando fondo comiendo excremento de cerdo y decide volver con su padre y pedirle perdón.

Cuando se acerca a la casa familiar, su padre lo ve y corre hacia él, lo abraza con los brazos abiertos y lo eleva de nuevo a su mismo estatus en la familia.

Cuando el hijo mayor se entera de la fiesta que su padre ha organizado para su hermano, se enfada y se muestra resentido. El padre le recuerda su posición “siempre estás conmigo y todo lo que tengo es tuyo” y lo invita a la celebración.

La historia termina a propósito sin que sepamos si el hijo mayor abrazó el perdón o la amargura, dejando el final como un desafío para el oyente.

5. El perdón de Pedro

El apóstol Pedro negó conocer a Jesús tres veces la noche en que Jesús fue juzgado y crucificado. En Juan 21:15 vemos a Jesús perdonando a Pedro y restableciéndolo en el ministerio.

6. Apóstol Pablo

Pablo habló a menudo sobre las buenas nuevas del perdón de Dios y él mismo había experimentado el poder transformador del perdón. La historia de conversión y perdón de Pablo se encuentra en Hechos 8 y 9.

Después de odiar a los cristianos y perseguirlos, Pablo tuvo un encuentro con Jesús en el camino a Damasco y ¡cambió su vida!

7. Filemón y Onésimo

Onésimo era el esclavo de Filemón, un hombre cristiano y se escapó de su amo, posiblemente robándole también. Más tarde conoció a Pablo y se convirtió en un seguidor de Cristo perdonado. Pablo lo animó a buscar el perdón de su antiguo maestro y mientras lo devolvía a Filemón le pide su libertad para continuar ministrando el evangelio con Pablo.

Aunque el breve libro de Filemón no revela si Onésimo permaneció libre o no, la tradición cristiana indica que Onésimo se convirtió en el obispo (líder de la iglesia) de Éfeso y Filemón se convirtió en el líder de la iglesia en Colosas: dos hermanos perdonados y perdonadores que trabajan codo con codo por Cristo.

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