¿Qué significa mejor es un día en tus atrios?
Mejor es un día en la casa de Dios
“Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.” (Salmo 84:10). Vamos a meditar un poco en este versículo, el cual nos transmite que mejor es un día en la casa de Dios.
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Pasión por la casa de Dios
Mejor es un día en tus atrios, expresa el anhelo por su presencia
El salmo 84 expresa el gozo del peregrino que asciende a Jerusalén y entra en el templo para celebrar sus fiestas. Es por esto que en el versículo 2 leemos: “Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”. El alma del peregrino desea los atrios de Dios. Como lo dice el texto inicial «mejor es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos» (Salmo 84:10).
Este anhelo expresado es un deseo intenso, un interés o apetencia a algo. Es un deseo vehemente, con ímpetu con pasión. La palabra ardiente expresa esta pasión o entusiasmo por los atrios o la casa de Dios.
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Cuando tenemos este anhelo, este ardiente deseo o pasión, venimos con la expectativa de que al estar en la casa de Dios experimentaremos la presencia de Dios. Por esto el salmista expresa “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos” (Salmo 122:1).
Para los que hemos experimentado la presencia de Dios en la casa de oración, no hay duda de que mejor es un día en la casa de Dios.
Mejor es un día en su presencia, sus atrios
Debe haber gozo, pasión, entusiasmo por venir al templo, en sus atrios vamos a encontrar su presencia y, por lo tanto, vamos a experimentar las maravillas de Dios en nuestras vidas. Esta debe ser nuestra expectativa y ardiente deseo.
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Cuando Salomón le construyó casa a Dios fue para que la presencia de Dios habitara en ella. Salomón introdujo el arca del pacto, el tabernáculo de reunión, los utensilios del santuario, sacrificaron ovejas y bueyes; pero la expectativa era que en los atrios de la casa de Dios se pudiera sentir su presencia.
Mejor es un día en la casa de Dios en la cual se puede sentir su presencia
Una nube llenó toda la casa que Salomón había construido. La gloria de Jehová llenó la casa porque un hombre tenía la expectativa y la pasión de que en los atrios de la casa de Dios se podía sentir la presencia del Señor..
¿Cuál es nuestra expectativa? ¿Con qué pensamiento venimos al templo? ¿Sentimos el mismo deseo, la misma pasión? ¿Podemos decir que mejor es un día en la casa de Dios?. Que importante es anhelar la presencia de Dios. No hay nada mas hermoso que sentir la gloria de Dios moviéndose en nuestras vidas. Por eso mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Anhelando la casa de Dios
Esto es tener sed de Dios
Este anhelo o pasión que sentimos por la presencia de Dios se puede resumir en tener sed de Dios. Salmo 42:1 nos da un ejemplo de sed o pasión por la presencia de Dios: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”.
Si tenemos sed de Dios y nuestra alma brama por las corrientes de las aguas, también exclamaremos que mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Vamos a buscar la presencia de Dios como el siervo brama por las aguas.
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El deseo de estar en la casa de Dios
El salmo continúa diciendo: “Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta (Salmo 42: 4). Se puede notar como el recuerdo de ir a la casa de Dios, la multitud, las alabanzas, traen esa pasión, ese deseo intenso por estar en sus atrios, sí, mejor es un día en la casa de Dios.
Israel en cautiverio anhelaba los atrios
Si hemos dejado de sentir este deseo hemos perdido la pasión y la sed de Dios. Israel aun estando en cautiverio anhelaba la casa de Dios. Por eso en salmos 137: 1 leemos: “Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion”.
Esdras 3:12 dice que “…muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras otros daban grandes gritos de alegría”. Que maravilloso es que nosotros tenemos el privilegio de estar en la casa de Dios y adorar con toda libertad.
Si no sentimos nada en la casa de Dios, algo está pasando
Si no sentimos su presencia algo anda mal
A veces se nos hace costumbre venir a la casa de Dios solo a conversar, nos salimos del templo cuando no ha terminado el servicio de adoración a Dios, no prestamos atención a la predicación, ni siquiera levantamos nuestras manos en adoración a Dios, no abrimos nuestra boca para cantar a Dios, todo se ha vuelto una rutina; sin embargo, no hay mejor lugar que la casa de oración, ni nada mejor que sentir su presencia. Cuando ya no lo sentimos, algo no anda bien.
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El objetivo de estar en sus atrios
Pablo escribió en Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. Este es el objetivo de presentarnos en la casa de Dios, debemos procurar no perder esa pasión y anhelo por la casa de Dios; pues mejor es un día en la casa de Dios.
Salomón ofreció sacrificio, oró, descendió fuego, consumió el sacrificio y la gloria de Dios descendió y lleno toda la casa. La Biblia dice también que “los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17). Mejor es un día en la casa de Dios, porque nos deleitaremos en su presencia.
Así que cuando adoramos, alabamos y buscamos a Dios en sus atrios, su presencia se hace sentir. Por tal razón Salmo 84:10 dice que “mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos”
conclusión
Por todo lo antes expuesto, podemos concluir que decir que mejor es un día en la casa de Dios expresa pasión por estar en los atrios de la casa de Dios, el anhelo por estar en su presencia, la sed de Dios de aquel que le busca con todo el corazón. Ahora entendemos lo que significa que mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.