¿Quién fue Sara en la Biblia?
Estudio bíblico sobre Sara, esposa de Abraham
Sara es la esposa de Abraham, se convirtió en madre de naciones, y de ella salieron reyes. ¿Quién fue esta singular mujer de fe y qué podemos aprender de la vida de Sara en la Biblia?
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Sara significado bíblico, (Primero la llamaron Saraí)
Sara en la Biblia es la única mujer en las Escrituras cuyo nombre fue cambiado por Dios. Primero la llamaron Saraí, que significa “mi princesa”, pero Dios cambió su nombre a Sara, que significa “princesa” para todos (Comentario de Soncino, comentarios sobre Génesis 17:15).
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¿Por qué se produjo este cambio de nombre de Saraí a Sara? Dios revela esa respuesta en el versículo 16 de Génesis 17: “Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella”.
Sara en la Biblia, una princesa
Sara fue bendecida por Dios
Sara fue bendecida por Dios para convertirse en princesa real. Ella sería una madre de las naciones venideras. También sería madre de reyes de pueblos. Los linajes reales vendrían de ella. Sara sería la madre del linaje real del Rey David de donde vendría el Salvador.
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A Sara se le prometió un hijo, y con él vendría una gran descendencia
A Sara se le prometió un hijo, y su nombre sería Isaac (versículo 19). Dios establecería Su pacto con él (como lo hizo con Abraham), un pacto eterno, y Dios también establecería Su pacto con los descendientes de Isaac.
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Note lo que Dios le dijo a Isaac en Génesis 26:3-4: “Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente”. ¡Esa Simiente prometida era Jesucristo!
La fe de Sara en las promesas de Dios
Sara era estéril, no podía tener hijos
Sara no había podido tener hijos durante muchos años. Sara decidió dar a su sierva Agar a su marido para obtener hijos de ella. Fue un error del cual aprendieron a confiar más plenamente en Dios. Una vez que Agar tuvo a Ismael, el primer hijo de Abraham, Agar despreció a Sara. A cambio, Sara trató duramente a su sierva.
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Ismael creció y tuvo una relación con su padre. Y aun así Sara permaneció sin hijos. Finalmente, cuando cumplió 90 años, Dios le volvió a prometer un hijo. ¡Al principio, a Sara le dio risa! Dios le dijo a Abraham: “De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él” (Génesis 18:10).
A pesar de la risa, Sara llego a tener fe en la promesa de Dios
Note los versículos 12-13: «Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?». La siguiente oración es más profunda: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”.
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¡Dios puede hacer cualquier cosa! Dios no se ve obstaculizado por límites físicos. Él trasciende todas las cosas, y por eso declaró: “Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo” (versículo 14). A pesar de la risa inicial, Sara llegó a creer verdaderamente que Dios podía y haría lo que decía.
Sara en la Biblia, una mujer de fe
“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar” (Hebreos 11:11-12).
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Un acto de fe de una mujer creyente puede tener ramificaciones duraderas: De Isaac, el hijo de Sara, vinieron innumerables multitudes, naciones y reyes.
Sara, un símbolo de la Nueva Alianza
A Sara en la Biblia se le menciona como la mujer libre
El apóstol Pablo se refiere a Sara como la “mujer libre” en Gálatas 4. ¿Qué quiso decir con eso?. En los primeros años de la vida de Isaac, Ismael, el hijo de Agar, se burló de él. Entonces Sara “dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo” (Génesis 21:10). Dios le dijo a Abraham que escuchara a Sara (versículo 12). Pablo usó esta situación como símbolo de la herencia espiritual que Dios ofrece.
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La promesa de Dios no se cumplió con los esfuerzos de Abraham y Sara ni con su plan de tener un hijo a través de Agar. Por un milagro, Dios le dio a Abraham su heredero prometido a través de Sara.
Una alegoría
Las palabras proféticas de Sara fueron citadas nuevamente por Pablo para enseñar una lección importante sobre el Nuevo Pacto:
“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre” (Gálatas 4:22-26).
Un símbolo de la Jerusalén celestial
Agar, la sierva de Sara, era una esclava y simbolizaba a Jerusalén “que ahora es, y está en servidumbre con sus hijos”. Sara, por otro lado, era “la mujer libre”, la verdadera esposa de Abraham, y ella era un símbolo de la Jerusalén celestial en lo alto. La Jerusalén de arriba es la madre de todos los nacidos de Dios, hijos de la fe y de la promesa.
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Esto se explica más detalladamente en los versículos 28-31: “Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Mas ¿Qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre”.
Abraham y Saraa, nuestros antepasados en la fe
Somos hijos de la promesa como lo fue Isaac. Abraham y Sara ahora son contados como nuestros antepasados en la fe, si tenemos fe. Serán contados como los padres de muchas naciones creyentes. “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29).
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Por medio de la fe, Sara recibió el milagro de poder concebir un hijo en su vejez, y dio a luz a Abraham un hijo de la promesa, Isaac. Sara se convirtió en la madre de muchas naciones y la madre de una línea real de reyes. Sara en la Biblia se convirtió en un tipo simbólico de la Jerusalén de arriba. Sara era una mujer libre, madre simbólica del hijo de la promesa, madre de herederos de las promesas dadas por Dios a Abraham, y madre de hijos que entrarían en el Nuevo Pacto con Dios.
Sara en la Biblia es ejemplo para las mujeres cristianas de hoy
Ejemplo como esposa y madre
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza” (1 Pedro 3:3-6).
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Una mujer sujeta a su marido
Las santas mujeres de Dios se adornaron con un espíritu manso y apacible, y fueron sumisas a sus maridos, como Sara obedeció y respetó a Abraham con honor. El énfasis de este ejemplo es que las mujeres de Dios deben honrar a sus esposos. Como hijos de la fe, todos somos hijos de Abraham y Sara; y como ellos lo hicieron, debemos estar sujetos unos a otros en el temor de Dios (Efesios 5:21).
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El profeta Isaías se inspiró para escribir lo siguiente: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué” (Isaías 51:1-2).
Aprendamos de Abraham y Sara
En primer lugar, miramos a Jesucristo como nuestro ejemplo. Pero también podemos aprender de las vidas de Abraham y Sara en la Biblia. ¿En qué estaban enfocadas sus mentes? ¿Cómo vivieron sus vidas en la fe? ¿Cuál fue su visión?
Hombres y mujeres de fe como Abraham y Sara
Sara vivió conforme a la fe
Hebreos 11:13-16: “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”.
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Una vida de fe como la de Sara
Debemos vivir toda nuestra vida en la fe, esperando ansiosamente la ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén será preparada para nosotros y vendrá a la tierra (Apocalipsis 21:1-4). Debemos seguir en la fe que tuvieron Abraham y Sara en la Biblia. Necesitamos ser “imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12).
El legado de Sara como una mujer de fe
Sara en la Biblia, un ejemplo de mujer de fe
Sara en la Biblia una vez se rió cuando le dijeron que tendría un hijo. Pero la risa de Sara en la Biblia se convirtió en una risa de asombro, triunfo y alegría cuando nació Isaac: “Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez” (Génesis 21:5-7).
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Sara en la Biblia y su risa del triunfo de la fe
¿Quién le hubiera dicho a Abraham que su esposa tendría un hijo a una edad avanzada? Solo Dios podría haberlo dicho y también haberlo hecho realidad. Y todos los hijos de Sara escucharán su historia y se reirán con ella a través de todas las edades, una risa del triunfo de la fe en el gran poder de Dios.
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Sara en la Biblia, conclusión
Sara en la Biblia es verdaderamente una de las mujeres de fe. Sara llegó a saber que ningún obstáculo es demasiado difícil de vencer para Dios. Nada es demasiado difícil de lograr para Dios. Esa es la fe de Sara en la Biblia. ¿Es esa la fe que tu tienes?