A los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, reflexión

Por: Rigoberto Gómez López 

A los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, obran para bien, pero habrá siempre sufrimiento (Reflexión) 

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, versículo (Todas las cosas obran para bien)

El versículo donde se nos dice que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien es en Romanos 8:28, el cual dice lo siguiente: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados” 

(También te puede interesar: Perseverando en Medio de los Padecimientos).

Todas las cosas obran para bien

Este versículo de Romanos, no implica que dejaremos de padecer ciertas cosas en la vida. Muchos mal interpretan este texto pensando que no vamos a sufrir, pero el mismo Jesucristo nos dijo “…en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33); sin embargo, a pesar de esto, a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien.

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien

1 Pedro 5:9 nos dice que “…Los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”, así que, es imposible que no tengamos tribulaciones, padecimientos, problemas, situaciones adversas; sin embargo, en medio de estas situaciones difíciles la Biblia nos declara que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, a aquellos que aman a Dios y sirven a Dios en medio de estos padecimientos.

Aun en medio de aflicciones, sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, obran para bien

El apóstol Pablo menciona que “…Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18), con esto, se nos da a entender que tendremos aflicciones, pero al mismo tiempo, dentro del mismo capítulo se nos dice que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, pues Dios siempre cumplirá sus propósitos con cada uno de nosotros. 

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, a los que conforme a su propósito son llamados 

A los llamados… a los que aman a Dios 

El apóstol Pablo nos menciona que “a los que aman a Dios” y lo reafirma diciendo “a los que conforme a su propósito son llamados”, es decir, que este texto no está dirigido a todas las personas sino solamente a aquellos llamados que han llegado a amar a Dios. 

(Te puede interesar: Tiempos de prueba)

Todas las cosas obran para bien, a los llamados que aman a Dios

Los llamados son aquellos que han creído en Jesucristo como Dios y salvador de su alma. También se nos menciona que “…no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1), por lo tanto, a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, o mejor dicho les ayudan a bien. 

Los que continúan en las obras de la carne y no son guiados por el Espíritu de Dios, no pueden aplicar esta promesa de Dios a su vida, pero a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien. 

A los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, pero a los que han obedecido el llamado de Dios para servirle

Algunos pueden pensar que la promesa es para todos sin excepción, pero en realidad son para aquellos que han oído el llamado de Dios y han dado un paso para servirle.Aquellos que se han despojado de todo aquello que no agrada a Dios y se han entregado con todo su corazón a servir por amor a nuestro Dios. 

A los que aman a Dios todas las cosas obran para bien

El capítulo termina diciendo que “¿Quién nos separará del amor de Cristo?…” ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? El apóstol Pablo dice “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37). 

(También puedes leer: Muchas son las aflicciones del justo)

Lo anterior, nos da a entender que aun con aflicciones nada nos puede separar del amor de Dios y que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, siempre que estemos de la mano de Dios, porque somos más que vencedores en Cristo Jesús. 

AUNQUE PAREZCAN NEGATIVAS 

En medio de las circunstancias adversas, a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien

Un ejemplo de esto es la historia de José, quien fue aborrecido por sus hermanos e incluso se burlaban de él diciéndole el soñador. Sus propios hermanos lo echaron en una cisterna. Luego lo vendieron a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia (Génesis 37 al capítulo 39). 

A pesar de todo lo que le sucedió a José, la escritura dice que “…Jehová estaba con José…” (Génesis 39:2), pero una vez más tuvo problemas al ser acusado injustamente de intentar abusar de la esposa de Potifar. Esto provocó que José fuera a la cárcel (Génesis 39) 

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, porque Dios tiene un propósito

Aparentemente para José la situación era cada vez más difícil, sin embargo, Dios tenía un propósito con él. Dios durante esos años preparó a José para ser gobernador en Egipto sin que José se lo imaginara, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien.

Aquello que había sido aparentemente un mal para José se iba a tornar en un bien para él y su familia (Padre y hermanos)

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, aunque no lo entendamos en el momento, ayudan a bien

José reconoce el propósito de Dios al decir “…Para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:5), es decir, que todas las situaciones difíciles que pudo enfrentar le ayudó para bien y preservar la vida de su familia. 

(Te puede interesar: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece)

Jefté fue rechazado y expulsado de su casa; pero todas las cosas, a los que aman a Dios, ayudan a bien, obran para bien, cuando hay propósitos de Dios

Jefté, hijo de una ramera, expulsado de su casa por sus hermanos, aborrecido por los ancianos de Israel. Se fue y habitó en tierra de Tob y se juntó con hombres ociosos y se hizo el líder de ellos. Esto al final ayudó a Jefté a ser el líder o caudillo de estos hombres en la tierra de Tob. 

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas la cosas obran para bien cuando hay propósito de Dios, ayudan a bien

Aparentemente le fue muy mal a Jefté, pero cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los mismos ancianos que lo habían aborrecido, lo fueron a buscar diciendo “…Ven, y serás nuestro jefe…y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad” (Jueces 11:6-8).

Al final no importó el pasado de Jefté, ni lo que le hicieron, ni lo que fue para sus hermanos. Solamente importó que el propósito de Dios se cumplió en él al derrotar a los enemigos de Israel y convertirse en su caudillo, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien

Y SABEMOS QUE A LOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS NOS AYUDAN A BIEN, INCLUSO EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES 

A los que aman a Dios en momentos difíciles

Momentos como los que pasaron Sadrac, Mesac y Abed-Nego, quienes al resistirse a inclinarse ante una estatua del rey Nabucodonosor fueron lanzados a un horno; pero fueron librados por Dios para no ser quemados. Esto nos enseña que aún en momentos como estos al ver las maravillas de Dios nos ayudan a crecer en fe y confianza en Dios (Daniel 3:17-18;23-25).

En momentos difíciles crecemos en fe y confianza, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien

Esta fe y confianza mencionada anteriormente, es la misma que sentía Daniel cuando fue lanzado al foso de los leones en donde Dios hizo cerrar la boca de estos leones para que no le hicieran daño a Daniel y de esta forma Dios lo librara de la muerte (Daniel 6:14-16;20-22; 26-28) 

La Biblia dice que el rey Nabucodonosor engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-Nego (Daniel 3:30) y Daniel también prosperó después de salir del foso de los leones (Daniel 6:28).

Cuando Noemí despidió a Rut, recibió como respuesta “…No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. Estas palabras las puso en práctica sirviendo también a Dios. 

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas obran para bien, ayudan a bien 

Como resultado de esta decisión de Rut, vemos en el capítulo 4:21-22 que “Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David”, es decir, que esta mujer llamada Rut por su decisión alcanzó la bendición de ser la madre de Obed de donde vendría Isaí, padre de David, de quien vendría el Mesías prometido. 

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, obran para bien, incluso la debilidad de Pablo le ayudó para bien 

En medio de nuestras debilidades

Pablo dijo: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” (2 Corintios 12:7-9) 

(Puedes visitar Sermones Cristianos)

Estas palabras nos dan a entender como algo que aparentemente está afectando a Pablo, una enfermedad o algo parecido, vino a ser un bien para su alma, de tal forma que evitara su exaltación a causa de sus revelaciones, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien.

En medio de nuestros padecimientos

Esto lleva a Pablo a meditar y decir que “…de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10). Que bendición esta reflexión, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, aun en medio de nuestra debilidad el poder de Dios se perfecciona. 

Que bueno es saber que a pesar de que hay cosas que no entendemos, Dios aunque no comprendamos, algo está haciendo con nosotros. Job declaró “…Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía…De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:3,5) 

Que maravillo es que Job no entendía, pero al final lo que solo había oído ahora podía verlo, porque en su momento más difícil logró acercarse más a Dios para conocerlo mejor. Así es Dios con los que le aman. 

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9). Como dice el final de este texto cosas que Dios ha preparado para los que le aman.

Recuerda que a los que aman a Dios todas las cosas obran para bien

No sé que situación estás atravesando, si es una dificultad económica, una enfermedad como la de Pablo o Job, una situación como la de Jefté o la de Rut. Quizás una prueba como la de Sadrac, Mesac y Abed-Nego, o te sientas en el foso de los Leones como Daniel. También puedes atravesar un largo proceso como José, pero sea cual sea tu situación recuerda «A los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien». Bendiciones. 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.   
Privacidad