Confianza en Dios, estudio bíblico

Estudio bíblico sobre la confianza en Dios, reflexión

Confiar en Dios en todo

Uno de los significados de la palabra confiar que suministra la Real Academia de la Lengua Española (RAE), es “esperar con firmeza y seguridad”. La palabra confianza tiene como significado “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”. En este estudio bíblico sobre la confianza en Dios vamos a profundizar un poco en el tema. Espero te sirva para enseñar, reflexionar o predicar; pues la predicación o estudio sobre confiar en Dios es de gran bendición para la iglesia del Señor.

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Significado bíblico sobre confianza a Dios

Al hablar de confianza en el Señor, debemos saber que entre los diferentes términos hebreos podemos mencionar Chacah (kha-so’) la cual significa “huir para protección, confiar en, tener esperanza, hacer refugio

También el hebreo Yacal (ya-chal) cuyo significado es esperar, ser paciente, esperanza, tardar, quedarse. Hay más palabras hebreas para confianza, sin embargo con estas es suficiente para tener una idea de su significado y que nos ayuda en nuestro tema «la confianza en Dios».

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En griego, también se puede mencionar algunos términos para la palabra confianza. La palabra Elpizo (el-pi’-zo) con el significado de “esperar o confiar”, el griego pisteuo (pis-tyu’-o) que significa “tener fe, confiar, creer, comprometer, poner la confianza en”

Confianza en en medio de nuestras diferentes situaciones

Por lo que se plantea anteriormente, sobre la palabra confianza, podemos decir que debe ser una de las características espirituales que debemos adquirir en nuestra vida cristiana ya que debemos aprender a tener confianza en Dios en medio de las diferentes situaciones o circunstancias de nuestra vida

Debemos aprender a confiar en Dios 

Confiar en Dios

Se nos insta a tener confianza en Dios, pero el ser humano tiene la tendencia a desconfiar. Recordemos que en el huerto del Edén el ser humano fue engañado por satanás, pues este enemigo de nuestra alma no quiere que confiemos en Dios

Dios había dicho “…más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17), sin embargo, satanás le dijo a Eva “…No moriréis…seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal…” (Génesis 3:4-5), y de esta forma engañó al ser humano. 

El ser humano debe aprender a tener confianza en Dios

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El ser humano debe aprender a confiar en Dios y no prestar oído a la voz de satanás, quien siempre tratará de crear desconfianza mediante el engaño. Debemos confiar en la palabra de nuestro Dios y hacerlo parte de nuestra vida como cristianos.

Fuentes principales para adquirir confianza 

1. La palabra de Dios nos ayuda a adquirirla

Sin duda alguna la palabra de Dios debe ser una fuente de confianza. En ella se nos enseña en quien confiar y nos da las instrucciones y ejemplos necesarios para aprender a confiar. La escritura nos orienta a inclinar nuestro oído y oír las palabras de los sabios, pero también a aplicarla en el corazón (Proverbios 22:17). 

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Nuestra confianza está en Dios

En el mismo capítulo 22 de proverbios se nos dice “para que tu confianza sea en Jehová, te las he hecho saber hoy a ti también” (v19). Oír la instrucción de la palabra de Dios trae fe a nuestra vida, pues “…La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Esta fe es la que traerá confianza a nuestra vida. Sin oír no puede haber fe y sin fe no puede existir confianza.

Para llegar a tener confianza se necesita en proceso. Se podría decir que este proceso consiste en inclinar nuestro oído a la palabra de Dios, escucharla, creerla y aplicarla a nuestra vida y de esta forma aprender a confiar en Dios. Jamás podríamos decir que tenemos confianza en Dios si no confiamos en su palabra. 

2. La experiencia que hemos adquirido

Nuestra experiencia adquirida en el camino como cristianos sin duda alguna será una fuente importante para poner nuestra confianza en el Señor. En medio de las pruebas que atravesamos, las circunstancias en tiempos difíciles, heridas, y cosas semejantes producirán en nosotros que depositemos nuestra confianza en Él. 

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En Dios confiaré

David expresó: “Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste”. David podía decir con toda seguridad que podía confiar en Dios como su escudo, pues su experiencia le había hecho ver cómo Dios lo había librado de violencia. 

Por tal razón, nuestra experiencia en el transitar de la vida como cristianos, nos hará confiar más en nuestro Dios, pues nos daremos cuenta que esperar en Dios nos brinda una seguridad aun en medio de las dificultades y cuando sentimos que no hay respuesta, aun con todo seguimos esperando en Dios. 

3. La instrucción

Debemos aprender a escuchar y poner en práctica el consejo sabio. Tenemos padres, pastores, amigos, líderes, de los cuales podemos aprender y tomar orientación de acuerdo a las situaciones vividas por ellos mismos, situaciones de las cuales aprendieron lecciones y que nos pueden ser útiles para aprender a confiar en nuestro Dios. 

La fe y la confianza en Dios

Ten fe y confía en el Señor

Muchas veces confundimos la fe con la confianza en Dios. Podemos tener fe en Dios, pero al mismo tiempo no confiar completamente en Dios, pero no podemos decir que confiamos en Dios si tampoco tenemos fe. 

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La confianza es una extensión de la fe, podríamos creer y no confiar totalmente, por tal razón, cuando nuestra fe no nos saca automáticamente de la situación difícil que estamos pasando nos hundimos en la desesperación porque nos hace falta confiar en Dios para esperar en él en medio de las tormentas de la vida. 

Fe y confiar en Dios, un arma poderosa

Es decir, que nos mantenemos confiando en Dios a pesar de no haber recibido lo que hemos pedido, pero si ambas, fe y confianza, actúan en nosotros tendremos un arma poderosa que nos sostendrá en tiempos en los cuales la fe aun no nos libra de situaciones difíciles. 

Recordemos que la duda tarde o temprano va a desplazar la fe, pero la confianza provocará que nuestra fe se mantenga firme. La confianza se levanta como un muro para protegernos de la duda de tal forma que a pesar de que la fe no nos saque de las situaciones difíciles, confiar nos ayuda a aceptar las circunstancias de la vida y enfrentarlas teniendo la seguridad de que Dios está con nosotros. 

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La fe nos impulsa a confiar

La fe nos impulsará a tener confianza y confiar evitará todo tipo de amargura cuando no sean concedidas nuestras peticiones de tal forma que aceptemos la voluntad de Dios. Pablo rogó al Señor tres veces por el aguijón que decía tener en su carne, pero no recibió respuesta positiva; sin embargo, su confianza en Dios permaneció (2 Corintios 12:7-9) 

La fe es la que espera las cosas que no se ven, pero la confianza acepta las cosas. La fe producirá grandes cambios, pero la confianza se somete a aquellas circunstancias que no cambian. La fe alcanza lo que pedimos pero confiar las retiene. 

Confiar nos enseña a esperar

La fe da prisa a las cosas pero confiar nos enseña a esperar. La fe es creer y la confianza es saber. Confiar es una relación con Dios, pero con la fe mantenemos esa confianza. 

Sadrac, Mesac y Abed-nego tenían fe en Dios, y esa fe los empujó a decir “…Nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará” (Daniel 3:17), pero también decían “…Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses…”, es decir, que si su fe fallaba su confianza se mantenía en su Dios. 

Pablo decía que podemos estar “…atribulados en todo…” pero no nos angustiamos porque nuestra confianza está en Dios. Podemos estar en “…apuros, mas no desesperados…” porque esperamos en Dios. “Perseguidos, mas no desamparados…” porque nuestra confianza es que Dios está con nosotros

Confiemos en Dios, en Él esperaré

Pablo decía “…Derribados, pero no destruidos” porque confiar nos hace permanecer en pie de lucha porque a pesar de que nos derriben no nos rendimos, no nos damos por vencido y aun no estamos destruidos, pues Dios está con nosotros.  

Muchos podrían confiar en las riquezas (Marcos 10:24); otros confían en los ídolos, pero “…serán vueltos atrás y en extremo confundidos…” (Isaías42:17); y a veces hasta llegamos a confiar en nosotros mismos pero Pablo nos dice que no confiemos en nosotros mismos “…sino en Dios que resucita a los muertos” (2 Corintios 1:9) 

Confiar en Dios nos ayuda a creer en medio de la crisis

Los milagros hacen que vengan multitud de seguidores, pero la confianza se mantiene sin que se haga un milagro. Tenemos confianza en medio de las tormentas de la vida y cuando parece que el mundo entero está contra nosotros, nuestra confianza en Dios no será afectada por las circunstancias en las cuales nos encontramos. 

Confianza en Dios en las pruebas

Confiar en momentos difíciles no es fácil

Confiar en Dios en las pruebas que atravesamos en nuestra vida no es fácil, especialmente para un nuevo creyente. A medida que atravesamos estos tiempos difíciles, al igual que los estamos experimentando ahora en el mundo, a veces nos hacemos la pregunta: ¿Dónde está Dios cuando duele?» ¿Está él ahí? ¿Él ve lo que estoy pasando?.

Confianza en Dios en tiempos de prueba

Necesitamos confiar en Dios en las pruebas, a veces cuestionamos a Dios y preguntamos ¿por qué me dejas pasar por estas dificultades? ¿Por qué te pido que me quites estos problemas o heridas y, sin embargo, continúan?’ Puede experimentar ira, dolor e incluso desilusión con Dios. No te preocupes… no eres el primero. Todos pasamos por esto en un momento u otro; pero también debemos confiar en Dios en las pruebas.

Aprendamos a tener confianza en Dios en las pruebas

Entonces, ¿Cómo empiezas a confiar? Hay algunos ejemplos bíblicos de tener confiar en Dios en las pruebas que muestran que quizás estemos buscando la respuesta equivocada. Puede que estemos buscando a Dios para que simplemente quite todas nuestras dificultades, pero Él nunca nos prometió eso. Cuando preguntamos «¿dónde está Dios?» Tenemos grandes ejemplos en las Escrituras que nos dicen cómo buscarlo en tiempos de prueba.

Recuerda que Daniel confió en Dios a pesar de que iba a ser echado en el foso de los leones, esto es confiar en Dios en las pruebas. También Sadrac, Mesac y Abednego confiaron en Dios aun cuando iban a ser lanzados en un horno de fuego, este es otro ejemplo de confianza en Dios en las pruebas. 

José siguió confiando en Dios a pesar de ser vendido por sus hermanos, ser acusado injustamente y estar en la cárcel. Esto es confiar, al final cado uno de ellos pudo ver la mano poderosa de Dios sacándolos de tal situación. De igual forma debemos esperar en Dios y tarde o temprano, si es la voluntad de Dios, también nos ayudará si tenemos confianza en el Señor en medio de la prueba.

En conclusión, la confianza crece en medio de la crisis, no se necesita milagro para que se haga presente en nosotros sino que se mantiene firme teniendo como base la fe. Podemos tener confianza en Dios en las pruebas. 

Ilustración bíblica de confianza en Dios

¿Hay alguien ahí arriba?, ilustración bíblica de confianza en Dios

Hay una vieja historia sobre un hombre que se cae de un precipicio. Se va a morir, pero extiende una mano y atrapa milagrosamente una rama:

“¿Hay alguien ahí arriba?”

«Sí.»

«¿Quién eres tú?»

“Yo soy Dios, y te voy a salvar”.

«Maravilloso. ¿Qué tengo que hacer?»

«Suelta la rama».

(Pausa.) “¿Hay alguien más ahí arriba?”

Tomado de John Ortberg, Love Beyond Reason (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998).

Confianza a Dios: Ilustración bíblica de confianza en Dios, lo que aprendemos de esto.

Muchas veces nos aferramos a cosas que aparentemente nos dan seguridad por el momento, como la rama en la cual estaba aferrado el hombre; sin embargo, tarde o temprano, no iba a seguir resistiendo ni el hombre ni la rama, así nos sucede muchas veces. 

Hay que tener confianza a Dios

Muchas veces debemos soltar aquello a lo que nos aferramos y que aparentemente es lo más seguro, porque cuando oímos la voz de Dios para soltarnos significa que hay algo mejor que Dios puede hacer por nosotros, solamente hay que tener confianza en Dios.

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