El tabernáculo de Moisés

Estudio bíblico sobre el tabernáculo de Moisés

El tabernáculo de Moisés es uno de los símbolos más poderosos y reveladores de la presencia de Dios en medio de su pueblo. No fue simplemente una tienda de reunión en el desierto, sino un modelo divino que apuntaba a realidades espirituales más profundas y eternas. Cada detalle, cada medida y cada material fueron ordenados por Dios con un propósito, revelando su carácter santo y su deseo de habitar entre los hombres.

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Para nosotros, los creyentes del Nuevo Pacto, estudiar el tabernáculo no es un simple repaso histórico, sino un viaje espiritual que nos enseña acerca de Cristo, la Iglesia y la comunión con el Espíritu Santo.

¿Cómo era el tabernáculo de Moisés y sus partes?

El tabernáculo, también llamado “Mishkán” en hebreo, significa literalmente “morada” o “habitación”, porque era allí donde el Dios Todopoderoso hacía descender su gloria para manifestarse en medio de Israel. Fue levantado en el desierto conforme al modelo que Dios le mostró a Moisés en el monte Sinaí (Éxodo 25:8-9).

Este santuario portátil estaba compuesto por tres secciones principales:

  1. El atrio exterior, donde se encontraba el altar de bronce para los sacrificios y la fuente de bronce para la purificación.
  2. El Lugar Santo, donde estaba la mesa de los panes de la proposición, el candelero de oro y el altar de incienso.
  3. El Lugar Santísimo, separado por un velo, donde se hallaba el arca del pacto y la gloria de Dios se manifestaba sobre el propiciatorio.

El relato en el Éxodo

El tabernáculo aparece en el contexto del gran relato de redención. En el libro de Éxodo, Israel pasa de la esclavitud en Egipto a la libertad en el desierto para servir a Dios. Al final de Génesis, Jacob lleva a su familia a Egipto, donde José, su hijo, ocupa un lugar de honra. Pero con el tiempo, “se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo 1:8), y el pueblo de Dios cayó en opresión.

En medio de esa esclavitud nace Moisés, escogido por Dios como instrumento de liberación. Tras una serie de plagas y juicios divinos sobre Egipto, Moisés guía a Israel fuera de la tierra de esclavitud. El clímax de este acto poderoso ocurre en el cruce del Mar Rojo, donde Dios abre las aguas para que su pueblo pase en seco, y luego las cierra para destruir al ejército del faraón.

Fue después de esta gran liberación que Dios ordenó la construcción del tabernáculo. Esto nos enseña una verdad espiritual profunda: la redención precede a la adoración. Dios primero saca a su pueblo de Egipto y luego les da el privilegio de levantarle una morada donde Él habitaría en medio de ellos.

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Datación del Éxodo y la construcción del tabernáculo 

Hablar de la datación del Éxodo y la construcción del Tabernáculo es entrar en uno de los temas más debatidos dentro de la arqueología y la teología bíblica. Eruditos y arqueólogos no llegan a un consenso absoluto, y por eso existen dos posturas principales que intentan ubicar este acontecimiento tan trascendental.

Por un lado, está la llamada “fecha temprana” o “alta”, que sitúa los eventos en un tiempo más antiguo. Por el otro, la “fecha tardía” o “baja”, que los ubica más cerca de la época del Imperio Egipcio en su esplendor.

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Dos propuestas principales sobre las fechas

De acuerdo a estudios como la Rose Guide to the Tabernacle, la fecha alta sugiere el nacimiento de Moisés alrededor del 1525 a. C., mientras que la fecha baja lo coloca hacia el 1369 a. C..

Esto nos lleva a que el Éxodo se ubique en dos posibilidades:

  • 1446 a. C. (fecha alta)
  • 1290 a. C. (fecha baja, 156 años después)

Siguiendo este mismo razonamiento, el episodio de Moisés en el Monte Sinaí con las tablas de la Ley probablemente ocurrió entre 1446-1445 a. C. (fecha alta) o 1290-1289 a. C. (fecha baja). La misma guía sugiere además el 1440 a. C. como el posible año de la construcción del Tabernáculo.

El Tabernáculo: Centro de la vida de Israel

Más allá de la exactitud de las fechas, lo que no se puede negar es el papel central del Tabernáculo en la vida del antiguo Israel. No fue simplemente una tienda de reunión; se convirtió en el lugar donde Dios mismo manifestó Su presencia, y alrededor de él giraba toda la cultura, la adoración y la identidad espiritual del pueblo de Dios.

Por eso, comprender el Tabernáculo es comprender cómo Israel veía a su Dios como cercano, protector y guía en medio del desierto.

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El Tabernáculo: Dirección, protección y presencia divina

El Tabernáculo fue edificado en el desierto, en un contexto de prueba y dependencia absoluta de Dios. Allí, la gloria de Jehová se manifestaba en la nube y en la columna de fuego, dirigiendo y protegiendo a Israel en su caminar.

Este lugar santo se convirtió en el punto focal de la adoración hasta que siglos más tarde el rey Salomón edificó el Primer Templo en Jerusalén.

Pero surge entonces la pregunta:

  • ¿Qué era realmente el Tabernáculo de Moisés?
  • ¿Cuál fue su propósito en el plan de Dios?
  • ¿Cómo podía una simple tienda de reunión albergar la presencia del Altísimo?

El Tabernáculo es, sin duda, una pieza fascinante de la historia bíblica, pero sobre todo, es un ejemplo glorioso de cómo Dios quiso habitar en medio de su pueblo.

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El mandato divino de levantar el Tabernáculo

En Éxodo 25:1–40:38, Dios entrega a Moisés una instrucción solemne y detallada: construir un tabernáculo para que Él habite en medio de Su pueblo. La palabra “tabernáculo” significa literalmente “lugar de habitación”, y en este contexto describe una tienda portátil que sería la morada de la gloria divina en el desierto.

Este mandato no fue opcional ni secundario, sino parte esencial del pacto. El Tabernáculo debía ser el centro de la adoración, la comunión y la dirección espiritual de Israel durante su travesía por el desierto.

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Un diseño revelado desde el cielo

El mandato de Dios está claramente expresado en Éxodo 25:8-9:

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis”.

Este pasaje muestra que el Tabernáculo no fue fruto de la creatividad humana ni de tradiciones religiosas, sino un diseño divino revelado a Moisés en el monte Sinaí. Cada medida, cada material y cada utensilio tenían un propósito espiritual. La repetición de los detalles en los capítulos de Éxodo subraya que la obediencia exacta al modelo celestial era indispensable para que la presencia de Dios descendiera.

Santuario y tabernáculo: dos palabras, un mismo propósito

En Éxodo 25 aparecen dos términos para describir lo que Dios quería: “santuario” (Miqdash/Miqqedash) y “tabernáculo” (Mishkán).

  • Santuario (Miqdash): significa un lugar consagrado, apartado y santo. Curiosamente, esta palabra también se usaba para templos paganos, lo que indica que Moisés ya conocía el concepto de un lugar sagrado. Sin embargo, ahora debía aplicarlo al único Dios verdadero, lo que marcaría una diferencia radical con las prácticas de Egipto y otras naciones.
  • Tabernáculo (Mishkán): significa literalmente “morada” o “habitación”, y enfatiza que lo importante no era el objeto físico, sino el hecho de que Dios mismo habitaría allí entre su pueblo.

El corazón del Tabernáculo: el arca del pacto

Al hablar del Tabernáculo, debemos entender que su esencia no radicaba en las telas, maderas o utensilios, sino en el arca del pacto, ubicada en el Lugar Santísimo. Allí reposaba la presencia de Dios, manifestada sobre el propiciatorio entre los querubines.

El arca estaba protegida dentro de la tienda sagrada, y esta, a su vez, se encontraba dentro de un atrio cercado. Así, todo el diseño mostraba una progresión espiritual: del atrio al Lugar Santo, y de allí al Lugar Santísimo, donde se revelaba la gloria divina.

El Tabernáculo: un anticipo de algo mayor

Dios no solo mandó levantar una tienda, sino un santuario donde cielo y tierra se encontraban. El Tabernáculo fue el centro de la vida de Israel en el desierto, pero también una sombra profética de Cristo, quien más adelante sería el verdadero Tabernáculo (Juan 1:14: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”).

Este mandato, entonces, no fue un simple ritual, sino un acto de revelación divina que mostraba cómo Dios anhelaba habitar entre su pueblo y preparar el camino para la plenitud en Jesucristo.

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La casa de Dios entre su pueblo: Un santuario santo

Dios quería que Moisés construyera un santuario santo, una morada consagrada donde Él pudiera habitar en medio de Su pueblo en la tierra. Este santuario no era solo un lugar físico, sino un espacio apartado y sagrado, destinado a reflejar la gloria, la santidad y la presencia de Dios.

Éxodo 25:9 nos ayuda a comprender esto con mayor claridad al usar la palabra “tabernáculo”, traducida del hebreo Mishkan, que expresa mucho más que una simple tienda: es la residencia divina en medio de Israel.

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Mishkan: la residencia de la gloria de Dios

El término Mishkan tiene un alcance amplio: puede referirse a una cabaña de pastor, una guarida de animales o incluso una tumba, pero en el contexto del Éxodo describe el lugar donde la presencia de Dios habita. Posteriormente, este mismo término se aplicaría al Templo de Jerusalén, evidenciando la continuidad de la morada divina entre su pueblo.

Mishkan se deriva de la palabra hebrea Shakan, que significa residir, permanecer o habitar permanentemente. Este verbo transmite la idea de permanencia, estabilidad y cercanía, lo cual revela la intención de Dios: no habitar temporalmente, sino establecer Su presencia en el centro de la vida de Israel.

El arca del pacto: corazón del Tabernáculo

En el centro de este santuario se encontraba el arca del pacto, la habitación sagrada donde la gloria de Dios residiría. Dios no solo quería ser recordado desde lejos; Él moraría con Su pueblo, guiándolo, protegiéndolo y siendo el centro de su campamento.

Esta disposición tenía también un significado estratégico y simbólico: así como en los ejércitos antiguos el rey acampaba en el centro del campamento, Dios situaba Su presencia en el corazón de Israel, representando que Él debía estar en el centro de sus vidas y corazones.

El tabernáculo era más que una tienda: era la morada sagrada de Dios, guardando el arca del pacto, y su construcción obedecía al diseño divino, reflejando la santidad, el orden y la dirección que Dios quería impartir a Su pueblo.

Conforme al modelo que Dios le mostró: Un santuario divinamente diseñado

El tabernáculo nació en el monte Sinaí, en un momento en que Moisés se encontró cara a cara con Dios. Este encuentro reveló un propósito profundo: Dios no era un dios local ni limitado a un territorio, sino el Dios universal que guiaría a Israel a través del desierto hasta la Tierra Prometida. Nahum M. Sarna describe el tabernáculo como un “santuario móvil” (Ancient Israel, 46), una manifestación tangible de la presencia de Dios entre Su pueblo, capaz de acompañarlos y protegerlos en cada paso del viaje.

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Una tienda-santuario de origen desértico

El erudito John Bright se refiere al tabernáculo como “una tienda-santuario de origen desértico” (A History of Israel, 146). Su diseño es comparable a otras estructuras religiosas antiguas, como las anfictionías griegas en Delfos, o ciertos santuarios romanos. Israel iba a ser un pueblo nómada, por lo que su santuario debía ser móvil, capaz de acompañar a la comunidad mientras Dios los conducía del desierto hacia la tierra prometida a Abraham.

Estas estructuras portátiles no eran únicas: tradiciones egipcias, ugaríticas, islámicas e incluso preislámicas mencionan santuarios móviles dedicados a deidades específicas, y los hallazgos arqueológicos en Timna confirman la existencia de tiendas-santuario madianitas. La narrativa bíblica sobre el tabernáculo se ajusta perfectamente al contexto cultural y arqueológico de la época, reforzando su autenticidad histórica.

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Materiales del desierto: la madera de acacia

Un elemento clave del tabernáculo fue la madera de acacia, un recurso abundante en el árido desierto del Sinaí. Esta madera se utilizó en la construcción de la tienda, del Arca del Pacto y de muchos objetos sagrados, lo que muestra la sabiduría de Dios al usar materiales disponibles localmente, garantizando así la durabilidad y practicidad de la estructura en un entorno desértico.

La preparación para la construcción: Éxodo 25:1-7

La construcción comenzó con la recolección de materiales. Dios instruyó a Moisés a reunir oro, plata, bronce, telas finas de azul, escarlata y púrpura, lino fino, aceite, especias, incienso y piedras preciosas. Esta cantidad y calidad de materiales ha llevado a muchos a preguntarse: ¿cómo un pueblo errante podría disponer de tales recursos?

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Los israelitas despojaron a los egipcios: un acto providencial

La Biblia da la respuesta en Éxodo 12:33-36. Los egipcios, aterrados por las plagas, apremiaban al pueblo a salir rápidamente y, por la gracia de Dios, entregaron voluntariamente oro, plata y vestiduras a los israelitas. Spiros Zodhiates explica que estos obsequios no fueron robados, sino parte de una tradición cultural de despedida y generosidad. Así, Dios proveyó de manera soberana todos los materiales necesarios para construir un tabernáculo digno de Su presencia.

Un santuario según el modelo divino

Todo el proceso refleja la planificación y la dirección de Dios. Cada material, cada instrucción y cada detalle obedecían a un patrón revelado directamente por Dios a Moisés. Este santuario no solo serviría como lugar de adoración; sería un centro de guía, protección y presencia divina, asegurando que Israel supiera que Dios estaba en medio de ellos, caminando con ellos y dirigiendo cada paso hacia la Tierra Prometida.

El tabernáculo del Sinaí es, por tanto, un ejemplo perfecto de cómo Dios obra en la historia: ordenando, guiando y proveyendo de manera sobrenatural para que Su pueblo pueda experimentar Su santidad, presencia y liderazgo constante.

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Compuesto de tres partes: Patio, Lugar Santo y Lugar Santísimo

El tabernáculo de Moisés estaba diseñado con un propósito divino y funcional, compuesto de tres áreas principales: el Patio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, donde se encontraba el Arca del Pacto. Cada sección tenía un significado espiritual profundo y cumplía una función específica en la relación de Dios con Su pueblo.

El patio: el espacio de encuentro y adoración

El Patio del tabernáculo no era simplemente un espacio físico; era un lugar sagrado de encuentro entre Dios y Su pueblo, un área donde la obediencia, la preparación y la santidad se hacían evidentes. Estaba cercado con postes de madera de 7.5 pies de altura, unidos por bases sólidas y cubiertos con pantallas de lino fino, lo que creaba un espacio apartado y separado de lo profano. Esta separación visual y física recordaba a los israelitas que la presencia de Dios requiere reverencia y pureza, y que acercarse a Él no era un acto trivial.

Aunque el interior del patio estaba oculto a la vista del pueblo, la mitad superior de la estructura del tabernáculo sobresalía por encima de la cerca, mostrando a todos que Dios estaba en medio de ellos, guiando y protegiendo a Israel. Esta combinación de ocultamiento y visibilidad simboliza la relación entre lo divino y lo humano: Dios es santo y glorioso, pero a la vez desea habitar en medio de Su pueblo y manifestar Su presencia.

El acceso al patio era a través de una puerta ubicada en el extremo oriental, orientada hacia la salida del sol, lo que puede simbolizar la luz de Dios entrando en la vida del pueblo. Frente a esta puerta se encontraban objetos sagrados esenciales, comenzando con el Altar de Bronce, donde los sacerdotes ofrecían sacrificios de animales, un recordatorio constante del precio del pecado y la necesidad de expiación. Más adentro, se hallaba la fuente de bronce, utilizada para la purificación ritual de los sacerdotes antes de ingresar al Tabernáculo. Este detalle subraya un principio espiritual profundo: todo encuentro con Dios requiere preparación, limpieza y santidad.

Las medidas del tabernáculo: precisión divina y orden celestial

El tabernáculo no era un espacio improvisado; cada medida y cada disposición obedecían a un diseño divinamente inspirado. Dios instruyó a Moisés a construirlo “conforme al modelo que te fue mostrado en el monte” (Éxodo 26:10), asegurando que la estructura reflejara orden, armonía y perfección, características del reino de Dios.

El recinto del patio tenía dimensiones específicas y exactas:

  • Lados norte y sur: 100 codos (150 pies o 46 metros), sostenidos por 20 columnas reforzadas con bases de bronce.
  • Lados este y oeste: 50 codos (75 pies o 23 metros), con 10 columnas cada uno.
  • Altura de la cerca: 7.5 pies, lo suficiente para separar lo santo de lo profano y delimitar la morada de Dios.

Estas medidas no solo garantizaban funcionalidad, sino que también tenían un significado simbólico: el orden y la precisión del Tabernáculo reflejaban la perfección de Dios, y la disposición geométrica permitía que Su presencia se centrara en el corazón del campamento israelita.

Dentro del patio se encontraba la estructura de la tienda, con aproximadamente 45 pies de largo, 15 pies de ancho y 15 pies de alto, sostenida por tablas de madera de acacia, resistente y abundante en el desierto del Sinaí. La tienda estaba cubierta con múltiples capas de telas finas y materiales preciosos, como lino azul, púrpura y escarlata, representando la riqueza espiritual y la gloria de Dios. La ubicación de la tienda, al fondo del patio, reflejaba que la presencia de Dios era el centro de todo el campamento, recordando a Israel que Su guía y protección debían ocupar el primer lugar en sus vidas.

Además, la disposición permitía un flujo espiritual: el pueblo se acercaba desde la puerta oriental, se preparaba mediante sacrificios y purificación, y luego contemplaba la majestad de Dios en la tienda, aunque solo podían percibir parcialmente Su morada desde afuera. Este diseño enseñaba que Dios es accesible, pero también santo y digno de respeto profundo.

El velo: separación, santidad y acercamiento a Dios

El velo del tabernáculo, tal como se describe en Éxodo 26:31-37, no era un simple adorno o división física; representaba un principio espiritual profundo: la santidad de Dios y la separación entre lo divino y lo humano. Este velo, hecho de lino fino entretejido con hilos de azul, púrpura y escarlata, servía para dividir la estructura en dos espacios esenciales:

  1. Lugar Santo: Con una longitud de 30 pies, era la primera cámara interior del tabernáculo. Aquí se encontraban los objetos sagrados, incluyendo el altar del incienso, el candelabro de siete brazos y la mesa de los panes de la proposición, dispuestos a ambos lados. Este lugar estaba accesible únicamente a los sacerdotes consagrados, quienes debían cumplir estrictas normas de pureza y preparación ritual antes de ingresar. La disposición y función del Lugar Santo enseñaban a Israel que la santidad requiere disciplina, obediencia y dedicación.
  2. Lugar Santísimo: Esta cámara interior, de 15 pies de largo, ancho y alto, albergaba los elementos más sagrados: el Arca del Pacto, donde reposaba la presencia de Dios sobre el propiciatorio, junto con el maná y la vara de Aarón. Era el corazón espiritual del campamento israelita, el punto donde Dios manifestaba Su gloria, autoridad y cercanía. Solo el Sumo Sacerdote podía ingresar una vez al año, en el Día de la Expiación, simbolizando que el acceso pleno a Dios requiere preparación, humildad y obediencia total.

Un principio eterno: Niveles de acercamiento a Su santidad

El velo, por tanto, no solo separaba físicamente, sino que enseñaba un principio eterno: Dios establece niveles de acercamiento a Su santidad. El pueblo podía adorar y ofrecer sacrificios en el patio y el Lugar Santo, pero el acceso directo a la presencia divina estaba reservado para los que cumplían con Su voluntad. Este diseño subraya que la pureza, la obediencia y el respeto son requisitos para experimentar Su presencia de manera plena.

La función integral del tabernáculo: un patrón divino para la vida del pueblo

El término “tabernáculo” tiene un significado amplio: puede referirse tanto a la estructura interna (Lugar Santo y Lugar Santísimo) como a todo el complejo del campamento israelita, incluyendo el patio, la cerca, la puerta y los objetos sagrados. Cada elemento, desde la ubicación exacta de los objetos hasta las medidas precisas de las cortinas y pilares, reflejaba un patrón divinamente inspirado, mostrando cómo Dios quiere morar entre Su pueblo, guiarlos y protegerlos.

El tabernáculo no era solo un lugar físico, sino un símbolo profundo de la relación entre Dios y Su pueblo. Enseñaba principios que trascienden el tiempo y la cultura:

  • Dios como centro de la vida del creyente: Su presencia estaba en el corazón del campamento, recordando que la vida espiritual debe centrarse en Él.
  • Santidad y obediencia: Cada detalle, desde el altar hasta el velo, recordaba al pueblo que la cercanía con Dios requiere pureza y disciplina.
  • Guía y protección divina: La disposición del tabernáculo permitía que Dios guiara a Israel a través del desierto, mostrando Su cuidado constante.
  • Preparación para el encuentro con Dios: El movimiento desde el patio, pasando por el Lugar Santo hasta el Lugar Santísimo, representaba un camino espiritual de acercamiento progresivo a la presencia de Dios, aplicable a la vida de todo creyente.

Por lo tanto, el tabernáculo es mucho más que una estructura antigua; es un modelo espiritual vivo que enseña a los creyentes de hoy sobre adoración, santidad, obediencia y la centralidad de Dios en la vida diaria. Su diseño, significado y propósito siguen inspirando a quienes buscan una relación auténtica y profunda con Dios, recordándonos que acercarnos a Él requiere reverencia, preparación y corazón dispuesto.

Nombres del Tabernáculo de Moisés: Significado y Función Espiritual

El tabernáculo de Moisés no se designa con un solo nombre en la narrativa del Antiguo Testamento; más bien, recibe múltiples denominaciones, cada una reflejando un aspecto diferente de su propósito, función y santidad.

Santuario y tabernáculo: la morada de Dios entre Su pueblo

El primer nombre que encontramos está en Éxodo 25:8, donde se llama santuario, indicando que es un lugar apartado y consagrado para la presencia de Dios. En Éxodo 25:9, Dios instruye a Moisés: «Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo y de todos sus muebles, así lo haréis«. Esta instrucción subraya que cada objeto dentro del tabernáculo tiene un propósito sagrado, reflejando la relación íntima entre Dios e Israel.

A lo largo de Éxodo 26, la narrativa utiliza la palabra tabernáculo, destacando tanto la estructura física como la naturaleza móvil de este santuario. En Éxodo 26:36, se le describe como una tienda, enfatizando su portabilidad y el hecho de que Dios iba a morar entre Su pueblo mientras viajaban por el desierto.

La tienda de reunión: un espacio de encuentro con Dios

En Éxodo 27:21, se introduce el término tabernáculo de reunión o tienda de reunión:

«En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones…»

La tienda de reunión es el lugar donde Dios se encontraba con Moisés, especialmente en el Lugar Santísimo, y donde los sacerdotes podían ministrar en obediencia a las leyes divinas. La separación entre el interior del velo y el exterior es un recordatorio de la santidad de Dios: solo los sacerdotes consagrados podían operar fuera del velo, mientras que el Sumo Sacerdote entraba una vez al año para encontrarse con la presencia de Dios.

El Arca del Pacto, también llamada el testimonio, contenía las tablas de los Diez Mandamientos, el maná y la vara de Aarón, representando el pacto y la fidelidad de Dios hacia Su pueblo. El Arca servía como un símbolo tangible de la promesa y presencia divina.

Otros nombres y referencias: tienda, tabernáculo y templo

  • Tienda: En Éxodo 33:7, se usa el término tienda para describir la estructura portátil, subrayando su movilidad y accesibilidad en el desierto.
  • Tabernáculo del testimonio: Éxodo 38:21 y Números 1:50 utilizan esta expresión, indicando que el tabernáculo es el lugar donde reside el testimonio divino, un lugar de revelación y guía para Israel.
  • Tienda de reunión: Éxodo 40:34 y Números 17:7-8 repiten este término, enfatizando su función ritual y administrativa dentro del campamento.
  • Manifestación de la presencia de Dios: Números 9:15 describe cómo «la nube cubría el tabernáculo sobre la tienda del testimonio«; a veces con apariencia de fuego, señalando la guía constante de Dios durante el viaje hacia la Tierra Prometida.

Con el tiempo, durante el reinado de David y Salomón, aparece la denominación templo del Señor (1 Samuel 3:3), pero todos estos nombres se refieren al mismo lugar sagrado: el tabernáculo portátil que albergaba la presencia de Dios, diseñado para enseñar, proteger y guiar a Su pueblo.

Un denominador común: la presencia de Dios en el centro del pueblo

A pesar de los múltiples nombres —santuario, tabernáculo, tienda, tabernáculo de reunión o templo— todos apuntan a un mismo propósito central:

  • Albergue de la presencia divina: donde Dios moraba en medio de Israel.
  • Centro espiritual del campamento: el tabernáculo estaba ubicado estratégicamente en el corazón del campamento, recordando que Dios debe ser el centro de la vida de Su pueblo.
  • Símbolo de santidad, obediencia y pacto: enseñando a los israelitas cómo acercarse a Dios, respetar Su santidad y vivir según Su voluntad.

En definitiva, los diversos nombres del tabernáculo reflejan su función multifacética: era morada de Dios, lugar de encuentro, centro de adoración, santuario portátil y testimonio del pacto divino, siempre recordando a Israel y a los creyentes de hoy que Dios desea morar en medio de Su pueblo, guiarlos y enseñarles Su santidad.

¿Qué más podemos decir del tabernáculo de Moisés?

El tabernáculo de Moisés no solo era una estructura física, sino un símbolo poderoso del propósito eterno de Dios con Su pueblo, diseñado para enseñar, guiar y revelar Su presencia y santidad.

¿A quién fue dado?

  1. A un pueblo escogido para un lugar especial
    Dios eligió a Israel como Su pueblo, separado y consagrado para un propósito divino único. Como declara Deuteronomio 7:6-8, Su elección no fue por mérito propio, sino por gracia y fidelidad a Su pacto. Esta elección se ve reflejada también en el Nuevo Testamento: Romanos 8:28 y 1 Pedro 2:9 afirman que los creyentes hoy son también un pueblo escogido para manifestar las obras de Dios.
  2. A un pueblo protegido por la sangre
    La protección divina se manifiesta a través de la sangre, primero en el Éxodo (Éxodo 12) y luego simbolizada en el Nuevo Testamento (Hebreos 9:19,22; 1 Pedro 1:18-19). La sangre es la garantía de redención, perdón y reconciliación con Dios.
  3. A un pueblo librado por poder
    Israel fue liberado por la mano poderosa de Dios (Éxodo 15:13; Deuteronomio 7:8), un acto que demuestra que la salvación y protección vienen únicamente de Él (Juan 1:12; Romanos 1:16).
  4. A un pueblo traído a Dios
    Todo el plan dado a Moisés se centra en un pueblo redimido y propiedad de Jehová (Éxodo 19:4), destinado a vivir bajo Su guía, aprender Su santidad y experimentar Su presencia.

¿Cuándo fue dado el tabernáculo de Moisés?

  1. Después del fracaso bajo el Pacto de Gracia
    El tabernáculo fue dado después de que Israel fallara en mantener el Pacto de Gracia hecho con sus padres (Génesis 15:17-18; Éxodo 32:13). Este pacto inicial era gracia pura, sin condiciones, y Dios prometió hacerlo todo por ellos (Éxodo 6:6-8).
  2. Introducción del Pacto de la Ley y Obras
    Tras el Pacto de Gracia, vino el Pacto de la Ley y Obras (Éxodo 19:5-8), que requería obediencia. Durante este período, Dios se retiró visiblemente, enseñando que la santidad y la obediencia son esenciales para acercarse a Él (Éxodo 20:21).
  3. Direcciones exactas dadas a Moisés
    Moisés recibió instrucciones detalladas sobre la construcción del tabernáculo (Éxodo 25-40), sin espacio para interpretaciones humanas. Cada elemento reflejaba la voluntad, santidad y perfección de Dios.

¿Por qué fue dado el tabernáculo?

  1. Para que Dios morara en medio de Su pueblo
    Éxodo 25:8 y 29:45 declaran que el propósito central del tabernáculo era que Dios habitara entre Israel, restaurando la comunión perdida por el pecado. Aunque la presencia de Dios fue limitada temporalmente, el propósito eterno es que Su dominio y gloria se establezcan plenamente en la tierra (Apocalipsis 21-22).
  2. Para mostrar unidad con Su pueblo
    La presencia de Dios enseñaba la necesidad de santidad y separación del pecado (Levítico 20:26; 21:8; Números 5:1-3). Hoy, esta enseñanza permanece vigente: la santidad no es solo por obediencia, sino porque el Espíritu de Dios mora en nosotros (1 Corintios 3:16-17; 6:19-20; 1 Pedro 1:14-16).
  3. Para enseñar la santidad de Dios frente a la condición pecaminosa del hombre
    El tabernáculo separaba al Santo de los pecadores: Dios dentro del Lugar Santísimo, Israel afuera. Esto simboliza la infinita santidad de Dios y la necesidad de reconciliación mediante Él.
  4. Para enseñar el camino del sacrificio
    Cada rito y sacrificio en el tabernáculo enseñaba que la relación con Dios requería mediación y sangre ofrecida por el Sumo Sacerdote, anticipando el sacrificio de Cristo.
  5. Para enseñar la centralidad de la sangre del Mesías
    La sangre del Mesías es la base de toda relación espiritual y la fuente de todas las bendiciones espirituales:
    • Redención: Hechos 20:28; Colosenses 1:14; 1 Pedro 1:18-19
    • Perdón de pecados: Mateo 26:28; Efesios 1:7; Hebreos 9:22
    • Justificación: Romanos 5:9
    • Santificación: Hebreos 13:12; 10:14
    • Limpieza: 1 Juan 1:7
    • Paz: Colosenses 1:20
    • Cercanía a Dios: Efesios 2:13; Hebreos 10:19
    • Victoria y herencia eterna: Apocalipsis 12:11; Hebreos 9:14-15
    Esta sangre se aplica hoy por el bautismo en el nombre de Jesucristo (Hechos 2:38; 1 Corintios 6:11; Hebreos 9:22), mostrando la continuidad entre el tabernáculo antiguo y la obra de Cristo.

Símbolo teológico profundo

El tabernáculo de Moisés es mucho más que una construcción antigua; es un símbolo teológico profundo, enseñando sobre la presencia de Dios, la santidad, el sacrificio, la redención y la unidad con Su pueblo. Cada elemento, desde el Patio hasta el Lugar Santísimo, y cada instrucción, desde los materiales hasta la disposición de los muebles, revela la perfección y sabiduría de Dios en Su plan eterno.

Al continuar con el estudio del tabernáculo, se puede profundizar aún más en los objetos sagrados, las ceremonias y su significado profético que apuntan directamente a Jesucristo y Su obra redentora.

Conclusión: El Tabernáculo de Moisés

Un símbolo eterno de la presencia y santidad de Dios

El Tabernáculo de Moisés no fue solo una estructura física erigida en el desierto, sino un símbolo profundo de la relación entre Dios y Su pueblo. Cada detalle, desde la disposición del Patio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, hasta los materiales empleados y los objetos sagrados, refleja la santidad, perfección y soberanía de Dios.

Fue dado a un pueblo escogido, redimido y protegido, para enseñarles que la comunión con Dios requiere santidad, obediencia y sacrificio. La separación entre el Lugar Santo y el Santísimo, y la necesidad de mediación a través del Sumo Sacerdote, nos muestran la seriedad de la santidad divina y el precio de acercarse a Él, anticipando de manera profética la obra de Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote eterno.

Asimismo, el tabernáculo enseña que la presencia de Dios siempre debe ocupar el centro de la vida del creyente. Así como Israel acampaba alrededor de Él en el desierto, nosotros estamos llamados a tener a Cristo como el corazón de nuestro hogar, nuestra iglesia y nuestra vida espiritual. La sangre del Mesías, aplicada en el bautismo en Su nombre, nos permite hoy acercarnos a Dios con confianza, cumpliendo plenamente el propósito que el tabernáculo simbolizaba: un Dios que habita con Su pueblo, que los guía, los protege y los transforma.

En definitiva, el Tabernáculo de Moisés es un recordatorio eterno de que Dios no solo quiere ser adorado desde lejos, sino que desea morar en medio de Su pueblo, estableciendo un lazo de santidad, redención y comunión continua que trasciende el tiempo y se cumple en Cristo Jesús.

El tabernáculo en el desierto

El tabernáculo de Moisés y sus partes

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Esta es una colección de estudios bíblicos sobre el tabernáculo con el propósito de que tengas material de estudio para tu crecimiento en el conocimiento de la palabra así como también te pueda ser de guía para la enseñanza en tu congregación. Espero te sea de utilidad.

Continuaremos publicando más artículos sobre el Tabernáculo en el desierto y estaremos actualizando esta sección. Bendiciones en el nombre de Jesucristo.

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