EL JUICIO DE DIOS, EXPLICACIÓN, JUZGAR CON JUSTO JUICO
Texto de Estudio: Juan 5:30-47; Texto a memorizar: Juan 5:39: «Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí»
Juzgar con justo juicio
Para cualquier hombre es difícil juzgar con justicia a otro hombre, si meditamos con honestidad y sinceridad observaremos que hay muchos aspectos que afectan nuestro juicio, y que este se fundamento sobre una serie de cosas.
(También te puede interesar: Sacar la Viga de Nuestro Ojo para Sacar la Paja del Otro)
Nuestro dictamen puede ser incorrecto porque nos sentimos heridos en nuestro orgullo, podemos convertirnos en ciegos y deshonestos debido a los prejuicios que nos formamos de determinada persona, podemos ser severos y dañados por la envidia, por la arrogancia, por el desprecio.
Como también se puede convertir en un individuo difícil por la intolerancia, la vanidad y lleno de todos estos males no se puede actuar con justicia, en cambio Jesús manifiesta que su juicio es justo y perfecto.
Si juzgamos a alguien debemos juzgar con justo juicio
Estimados hermanos (as) esperamos que esta meditación nos ayude a reflexionar que cuando juzgamos a alguien, debemos valorar ¿Con qué actitud lo hacemos? Si es conforme a la palabra de Dios o lo hacemos movidos por nuestros impulsos. ¡Adelante en el nombre del Señor Jesús!
EL JUSTO JUICIO DE DIOS ES PERFECTO
Dios puede juzgar con justo juicio, porque el juicio de Dios es perfecto
Concepto de juicio: El verbo griego «krino» puede significar «una forma de opinión» (Lucas 7:43) pero normalmente en el nuevo testamento describe el paso de una sentencia a otra en un tribunal (Mateo 5:40) o metafóricamente la palabra está en relación al juicio Divino (Mateo 7:1-2; Juan 5:22-30).
(Quizás te pueda interesar:
El juicio es el proceso por el cual Dios pide cuentas al pueblo de su conducta y dará su pago conforme haya sido su obra. Estudio Bíblico Confianza en Dios)
En el capítulo 5 verso 10 observamos que los judíos cuestionan al paralítico que no le es lícito cargar con su cama en el día de reposo, pero él responde: «el que me sanó, también me dio la orden de hacerlo». En el versículo 16 señala que por esa causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarlo porque hacía estas cosas en el día de reposo.
El prejuicio de los judíos aparentemente es porque Jesús quebrantaba el día de reposo, es por esa razón que lo acusaban y consideran que es necesario juzgarlo, Jesús reclama el derecho y que como hombre no buscaba su propia voluntad o vanagloria, sino que estaba haciendo la voluntad del que lo envió.
Jesús demuestra que el justo juicio de Dios es perfecto
El Señor Jesús les demuestra a los judíos que el juicio de Dios es perfecto. Solo Dios tiene conocimiento perfecto y, por lo tanto, su juicio es perfecto, porque tiene en cuenta todas las circunstancias.
Jesús les refiere que su derecho de juzgar está basado en el hecho de que en él está la perfecta mente de Dios, él no juzga movido por las emociones, sino que lo hace con la perfecta santidad, con el perfecto amor y la perfecta misericordia de Dios.
LOS VERDADEROS TESTIGOS QUE ACUSAN O JUZGAN A LOS JUDÍOS
Para juzgar con justo juicio se necesita el testimonio de dos o tres testigos
Según en Deuteronomio 19:15 señala que «solo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación«. Observamos a Jesús en los textos antes mencionados, contestando las acusaciones que le hacen los judíos.
(También te invito a leer: Dejando las Heridas del Pasado)
Jesús empieza por admitir el principio universal de que la evidencia de una persona acerca de sí misma no se puede aceptar como prueba, refiriéndose al testimonio que él venía presentando, pero le señala que hay otros testigos que sirven de evidencia y que comprueban que su testimonio es verdadero.
TESTIGO 1: LA PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA
Los judíos habían enviado mensajero para investigar su actuar, pero Juan les dio testimonio de Jesús (Juan 1:26-27; 30-34). Entonces Jesús exalta a Juan y de esta manera desautoriza a las autoridades judías, manifestando que Juan era una lámpara que ardía e iluminaba, le manifiesta que la función del bautista como lámpara era brillar y que de esta forma llevaba a la gente al arrepentimiento y hacia Dios.
Según la naturaleza era necesario que esta lámpara se agotara como es el caso de Juan, él iba disminuyendo mientras Jesús iba creciendo y les demuestra que el verdadero testigo se consume por la obra de Dios.
De esta forma Jesús acusa a los judíos manifestando que estuvieron dispuestos a complacerse con Juan por cierto tiempo, pero nunca su predicación la formaron en serio, estaban pronto a escucharles mientras dijera algo que ellos esperaban; para abandonarle cuando dijera algo que no les convenía.
TESTIGO 2: LAS SEÑALES QUE JESÚS REALIZABA
Los milagros de Jesús eran señales que debieron haber producido fe, eran muchos, eran maravillosos, no los hacía a oscuras o en un lugar escondido más bien los hacía públicamente que cualquiera podía examinarlos, eran obras nobles de amor y de misericordia.
(También puedes visitar la Sección de Sermones Pentecostales)
Las obras de Jesús no eran sus milagros, sino que todo lo que hacía era para cumplir con su propósito como el mesías y salvador del mundo. En el versículo 36 les recuerda que «las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el padre me ha enviado».
Jesús cita ahora sus obras, no para atraer la atención de alguien hacia sí mismo y aclara que Dios obraba en él y por medio de él y que Dios en su verdadero testigo, en el capítulo 8:39-49 Jesús acusa a los judíos diciéndoles que «si fuesen hijos de Abraham, harían las obras de Abraham» y remarca que de Dios salió; pero que ellos, los judíos, son hijos del diablo y por esa razón no pueden escuchar su palabra ni pueden reconocer sus milagros porque están ciegos.
TESTIGO 3: LAS SAGRADAS ESCRITURAS (V39)
Según en Deuteronomio 4:12 manifiesta lo siguiente: «Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de su palabra, más a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis» en realidad el pueblo de Israel sí había oído la voz de Dios, pero no en el sentido más profundo como lo es por medio de las «escrituras»
Es posible que los judíos habían leído las escrituras, pero la ceguera que había en ellos no les permitía reconocer que Cristo era el Mesías, el Hijo de Dios, es por esa razón que el Señor Jesús acusa a los judíos y les invita que escudriñen las escrituras, ya que ellas son las que dan testimonio de quién es él, pues en ella apeló de una manera enérgica a las conciencias de sus enemigos y les refuta «no queréis venir a mí para tener vida».
TESTIGO 4: MOISÉS (V 5-47)
El Señor en su defensa les dice a los acusadores «O pensáis que yo voy a acusaros delante del padre; hay quien os acusa, Moisés en quien tenéis vuestra esperanza«. Lo que le refiere el Señor es que al no creerle a él, equivalía a no creer en Moisés.
Además los confronta diciendo «Si hubierais leído esos libros como es debido, os habríais dado cuenta de que todos me señalaron a mí, vosotros creéis que, porque tenéis a Moisés como mediador, estáis a salvo, pero Moisés es el que os condenará porque él escribió acerca de mí»
CONCLUSIÓN SOBRE EL JUSTO JUICIO DE DIOS
Dios es quien puede juzgar con justo juicio
Estimados hermanos (as) los juicios que emiten los hombres son deficientes, pero los juicios que hace el Señor Jesucristo son justos y verdaderos, es por esa razón que el Señor Jesús acusa a las autoridades de Israel manifestando que hay cuatro testigos que los acusan a ellos como es:
1) La predicación de Juan el Bautista
2) Las señales que Jesús realizaba
3) Las sagradas escrituras
4) Los escritos de Moisés
Todos estos testigos dan fe de quién es Jesucristo, lamentablemente como estaban cegados no pudieron comprender.