JESUCRISTO ES LA LUZ DEL MUNDO, PRÉDICA ESCRITA
Yo soy la luz del mundo, explicación, prédica (Tema la luz del mundo)
Texto de estudio: Juan 8:12-20, Jesús es la luz del mundo.
Texto a memorizar: Juan 8:12 «Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida»
Jesús es la luz del mundo, él dijo: «Yo soy la luz del mundo»
Procuremos reflexionar en Jesús como luz, pues Jesús es la luz del mundo, debemos valorar la forma en que podemos dar testimonio como luz en la vida cotidiana. Nosotros como miembros de la iglesia reafirmamos que solo presentando un buen testimonio podemos ser luz en medio de las tinieblas. Jesucristo dijo «Yo soy la luz del mundo», pero también dijo «vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14)
LA AUTO-DECLARACIÓN DE JESÚS: «YO SOY LA LUZ DEL MUNDO»
Yo soy la luz del mundo, Juan 8:12… Jesús es la luz del mundo
«Yo soy la luz del mundo» (Juan 8:12, Jesús es la luz del mundo), es otro de los textos donde Jesús dice «Yo soy»; otros son Juan 6:35 «Yo soy el pan de vida», Juan 10:9 «Yo soy la puerta», Juan 10:11 «Yo soy el buen pastor», Juan 11:25 «Yo soy la resurrección y la vida» (También 1 Juan 5:20), Juan 14:6 «Yo soy el camino, la verdad y la vida», Juan 15:5 «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos»; y por último mencionamos Juan 8:12: «Yo soy la luz del mundo».
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Jesús reafirmó diciendo Yo soy la luz del mundo
Si algún hombre, un mero hombre hablara de esta manera, todos se darían cuenta de que está loco, sin embargo, Jesús repetidas veces demostró que su testimonio era verdadero. Él reafirmó que era la luz del mundo (Jesús es la luz del mundo) diciendo «Yo soy la luz del mundo» «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!» (Juan 7:46), y podemos agregar que jamás hombre alguno ha tenido la pureza moral, y la profunda sabiduría que demostró ante los que le seguían.
JESÚS AFIRMÓ SER LA LUZ DEL MUNDO.. JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO
Jesús es la luz del mundo porque en Él estaba la naturaleza Divina, Jesús es la luz del mundo, la manifestación de Dios mismo, Dios es luz y Jesucristo dijo yo soy la luz del mundo. La fuente de toda luz, física y espiritual es Dios. Él «habita en luz inaccesible» como se ve en Éxodo 24:17: «Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, y a los ojos de los hijos de Israel». Nosotros ni siquiera podemos mirar el sol.
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«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación» (Santiago 1:17). Jesucristo es el padre de las luces, Él dijo Yo soy la luz del mundo (Jesús es la luz del mundo).
La palabra tinieblas se refiere a toda maldad, ignorancia, superstición y los problemas y aflicciones que son el fruto de estas cosas. El profeta Isaías dijo que «tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad a las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria» (Isaías 60:2)
Jesús es la luz del mundo
Al hablar del siervo de Jehová (Jesús es la luz del mundo, Isaías 42:6) dice «te pondré…por luz de las naciones«. Isaías 49:6 «también te di por luz de las naciones, para que seáis mi salvación hasta lo postrero de la tierra». La iglesia, por fe, cree en Jesús y da testimonio siendo la luz del mundo, porque Cristo nos alumbró y él brilla en nuestras vidas, por eso dijo «yo soy la luz del mundo»
Jesús es la luz del mundo, Cristo es la fuente de toda luz, por lo tanto dijo Yo soy la luz del mundo
Como el sol que Él creó es la fuente de luz, fuerza y energía del mundo físico, así también Cristo es la fuente de toda luz, Jesús es la luz del mundo, fuerza y energía espiritual, por lo cual dijo Yo soy la luz del mundo. Jesús es nuestro salvador y mediador, nuestro ejemplo a seguir; el perfecto maestro para alumbrar el camino para que no andemos en tinieblas (ignorancia, pecado).
Jesús es la luz del mundo, «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo». Alumbra a todo hombre, porque Él es «el resplandor de la gloria de Dios» (Hebreos 1:3), sin duda alguna, Jesús es la luz del mundo, Él mismo lo dijo «Yo soy la luz del mundo» (Juan 8:12)
Jesús es la luz del mundo, pero ¿Cómo alumbra Cristo nuestro camino? Él dijo «Yo soy la luz del mundo»
Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo, pero ¿Cómo alumbra nuestro camino?
Jesús es la luz del mundo, Cristo es la luz, Él dijo «yo soy la luz del mundo», pero ¿Cómo alumbra nuestro camino? «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino» (Salmo 119:105). Con esta luz no tomaremos el camino equivocado, evitaremos las desviaciones y obstáculos.
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Yo soy la luz del mundo, porque su palabra nos alumbra
«La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los sencillos» (Salmo 119:130). «Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen» (Proverbios 6:23). Jesús dijo yo soy la luz del mundo, Él quiere alumbrar nuestra vida. Jesús es la luz del mundo.
Es necesario entender la palabra de Dios, pero también es necesario que esté «sobre tu corazón» (Deuteronomio 6:6-7). Los que no enseñan con toda diligencia a sus hijos, descuidan algo más importante que el alimento, la ropa y la salud física. Los niños y jóvenes que no han sido enseñados diligentemente andarán en tinieblas.
Los que andan en tinieblas sufren una vida de miseria, porque hacen malas decisiones, cometen muchos errores y, aun peor, pierden sus almas. Por ejemplo, los que no andan en luz tienen muchos problemas matrimoniales, se divorcian, se vuelven a casar, pelean sobre los hijos, y su vida es una miseria continua, pero recuerdo que Jesús dijo «Yo soy la luz del mundo», Jesús es la luz del mundo.
Cristo alumbra nuestro camino, porque Jesús es la luz del mundo
Jesús es la luz del mundo, pero también la iglesia fiel refleja esta luz (Mateo 5:13-16). «En otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. «Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad» (Efesios 5:8-9; 1 Tesalonicenses 5:1-8). Los siete candeleros de oro eran las siete iglesias de Asia (Apocalipsis 1:20) La iglesia es luz, porque tiene dentro al que dijo «Yo soy la luz del mundo», Jesús es la luz del mundo.
«Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pedro 2:9). Hermanos y hermanas, con nuestro buen testimonio las tinieblas no van a prevalecer jamás, nosotros somos la antorcha encendida. Pablo dice que somos como luminares en el mundo (Filipenses 2:15). Jesús dijo yo soy la luz del mundo y nos ha hecho brillar como luminares.
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Jesucristo alumbra nuestro camino, Él dijo Yo soy la luz del mundo
El evangelio de Cristo y la vida fiel de los santos (Filipenses 2:15; 1 Pedro 3:1-4), son los medios que Dios usa para esparcir esta luz (Jesús es la luz del mundo). La obra de la iglesia es, pues, alumbrar el camino de los hombres por medio de vidas ejemplares y la enseñanza de la palabra de Cristo.
«Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Corintios 4:3-4). Jesús dijo yo soy la luz del mundo y debe resplandecer en nosotros, porque Jesús es la luz del mundo.
¿CÓMO PODEMOS SER LA LUZ DEL MUNDO? (V 15-20)
Jesús dijo Yo soy la luz del mundo y no hay tinieblas en ÉL
«Dios es luz, y no hay ninguna tiniebla en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Juan 1:5-7). «El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo» (1 Juan 2:10)
En las tinieblas podemos tropezar, pero Jesús dijo Yo soy la luz del mundo y nos da seguridad
¿Quién puede andar en tinieblas (ignorancia, decepción, pecado) sin tropezar? En la luz hay seguridad (Salmo 119:105). Hay peligro en las tinieblas. Sin la luz son invisibles los hoyos, los obstáculos y las fieras.
Jesús dijo en Juan 5:31 «Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero», es decir, no sería verdadero si fuera independiente del testimonio del Padre. Aquí en Juan 8:14 dice que su testimonio es verdadero porque «no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre» (Juan 8:16).
Desde luego, el testimonio de Cristo siempre es verdadero, pero Él enfatiza su unidad con el Padre y que el Padre confirma el testimonio del Hijo, pero vosotros no sabéis de donde vengo, ni a donde voy. Por eso, ellos no eran capaces de juzgarle. Jesús, siendo la manifestación de Dios, podía testificar infaliblemente de las cosas de Dios.
«Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de Dios». Al rechazar a Cristo demostraban que no conocían a Dios.
Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, el lugar más público del templo, cerca del lugar donde se reunía el sanedrín. Esto demuestra la valentía del Señor. No se escondió de sus enemigos. «No se ha hecho esto en algún rincón» (Hechos 26:26)
Enseñando en el templo, nadie le reprendió, porque aún no había llegado su hora. Dice Juan 7:32 que «los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le reprendiesen». Dice Juan 7:45 que los alguaciles no lo trajeron, sino que dijeron «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!.
Aquí está Jesús en presencia de ellos, fácilmente podrían oír su enseñanza, pero ya no levantaron el dedo para prenderle.
Conclusión sobre Jesús es la luz del mundo
Debemos reconocer que Jesús nos ha alumbrado después de estar en tinieblas. Si hemos sido alumbrados por Cristo debemos asumir nuestra responsabilidad de ser hijos de luz para las demás personas que nos rodean a diario en las diferentes comunidades en donde vivimos y nos movemos.
Mis amados hermanos, Jesús es el verdadero testimonio. Él es la luz verdadera (Juan 1:9). Como tal, quita la oscuridad y endereza la senda de los rectos hacia Dios y, por ende, éstos alcanzarán la salvación (Juan 1:6-7)