Por: Steven Ritchie
CLEMENTE DE ROMA
La evidencia histórica, prueba que Clemente de Roma fue un anciano líder de la iglesia del primer siglo en Roma, mucho antes de convertirse en el obispo principal de la ciudad. La palabra “obispo” simplemente significa “superintendente”.
(Te puede interesar: El Padre es el Espíritu Santo)
La literatura cristiana primitiva existente, dice que Clemente conoció personalmente tanto a Pedro como a Pablo antes de convertirse en el obispo de la ciudad de Roma. De hecho, la literatura cristiana más antigua, reconoció unánimemente que Clemente fue el reputado autor de 1ª y 2ª epístola de Clemente durante el primer siglo.
PRIMERA EPÍSTOLA DE CLEMENTE
¿Exactamente, Cuándo Fue Escrita la primera epístola de Clemente?
1ª Clemente capítulo 41:1-3, prueba que la Primera Epístola de Clemente, fue escrita antes de la destrucción del templo en Jerusalén.
“Hermanos, los sacrificios diarios continuos no son ofrecidos en cualquier lugar, o las ofrendas voluntarias, o las ofrendas por el pecado y las faltas, sino que son ofrecidos sólo en Jerusalén. E incluso allí, la ofrenda no es presentada en cualquier lugar, sino ante el santuario en el patio del altar; y esto además por medio del sumo sacerdote y los ministros mencionados, después que la víctima a ofrecer ha sido inspeccionada por si tiene algún defecto. Los que hacen algo contrario a la ordenanza debida, dada por su voluntad, reciben como castigo la muerte”. (1ª Clemente 41:1-3. Fuente: Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE. http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente1.htm).
(También puedes leer: La unicidad de Dios)
¿Por qué escribiría Clemente: “los sacrificios diarios continuos no son ofrecidos en cualquier lugar” y que “por medio del sumo sacerdote… la víctima a ofrecer ha sido inspeccionada”, si el templo en Jerusalén ya había sido destruido? Si el templo en Jerusalén ya hubiera sido destruido cuando Clemente escribió su epístola, entonces él debería haber escrito que los sacrificios diarios “fueron” ofrecidos y que esas ofrendas “fueron” primero inspeccionadas por el sumo sacerdote en un tiempo pasado, en lugar de declarar que esos sacrificios y esas ofrendas son ofrecidas en el tiempo presente. Este es un fuerte argumento a favor de que primera de Clemente fue escrita en algún momento antes de la destrucción del Templo en el año 70 d.C.
Los historiadores y los eruditos que sostienen que primera de Clemente fue escrita antes del año 70 d.C., hacen referencia a las citas que Clemente hace del Evangelio de Mateo, como una prueba de que dicho Evangelio fue escrito antes del 70 d.C. (Según E. Massaux, Clemente de Roma cita frecuentemente a Mateo en esta epístola (EM 35)). Entonces, si aceptamos que esta epístola fue escrita antes del 70, se confirma nuevamente la composición temprana del Evangelio de Mateo.
Jacob J. Prahlow (PhD), escribió que Clemente y otros escritores cristianos primitivos, a menudo citaban las Escrituras de memoria con alguna “modificación retórica”, en lugar de citar a cada porción de la Escritura con un rollo en la mano.
“Para Clemente, la información sobre citas específicas (direcciones, autores, oradores) no importaba tanto, pero sí que aquellos que hablaban hubieran sido inspirados por el Espíritu de Dios para pronunciar la verdad. Incluso entonces, el contenido de lo que citaba no estaba más allá del estilo de la modificación retórica o la citación de memoria. Como se señaló anteriormente, estas prácticas colocan a Clemente muy en línea con otros escritores de este periodo…
(Te puede interesar: La unicidad de Dios en la Historia de la iglesia)
La práctica de la composición de citas por parte de Clemente, arroja luz sobre las concepciones post-apostólicas de las Escrituras, mostrando un método de citación literaria y apuntando hacia lo que realmente les importó a los cristianos durante este periodo.
La práctica de la composición de citas —de ninguna manera limitaba a Clemente, sino que al ser ciertamente muy evidente en su carta— indica que el significado más que la forma, fue el ímpetu principal para la citación de las fuentes durante este periodo.
Nuestros estándares de copyright y atribución, simplemente no existían en el mundo antiguo, y la práctica de la composición de citas es una consecuencia de este hecho. Además, debemos reconocer cómo las motivaciones afectaron los enfoques de aquellos escritos. Clemente estuvo principalmente interesado en resolver un cisma en la iglesia de Corinto, apelando a la autoridad de Cristo pero no tratando de crear el canon del Nuevo Testamento. Si bien su uso de las Escrituras puede proporcionar evidencia para su amplia teología de las Escrituras, estas preocupaciones siempre deben considerarse a la luz de los asuntos teológicos prácticos que se abordan en los primeros escritos cristianos”. (Jacob J. Prahlow, PhD. https://pursuingveritas.com/2016/10/03/scripture-in-1-clement-composite-implications).
1ª Clemente 23, cita además el Evangelio de los Egipcios, lo que demostraría que este evangelio perdido también fue escrito antes de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C. Dado que Clemente citó frecuentemente la Escritura del Nuevo Testamento (Clemente citó al Evangelio de los Egipcios como “la Escritura”), tenemos evidencia del primer siglo confirmando que el Evangelio de Mateo y el Evangelio de los Egipcios fueron escritos antes del año 70 d.C. Por lo tanto, podemos ver cuán importante es el estudio de la literatura cristiana más antigua.
¿CLEMENTE ESCRIBIÓ COMO EL OBISPO UNIVERSAL SOBRE TODAS LAS IGLESIAS?
La primera epístola de Clemente a los Corintios
La Epístola de 1ª Clemente a los Corintios, no nos da ninguna razón para creer que un solo obispo romano gobernó sobre la Iglesia universal de Dios, como lo proclama ahora la Iglesia Católica Romana. Clemente fue un líder del primer siglo en la Iglesia de Roma, mucho antes de que fuera nombrado su obispo principal.
(También te puede interesar: Doctrina Trinitaria ¿Es Dios tres personas?)
Eusebio registró que “Clemente de Roma escribió en nombre de la iglesia de los romanos (EH 3:38,1)”. Eusebio nunca afirmó que Clemente escribió como el obispo principal de Roma. Los datos históricos nos informan que el apóstol Pedro había ordenado a Lino, Cleto y Clemente como supervisores de la Iglesia de Dios en Roma.
Lino sucedió a Pedro en el año 67 d.C., por lo que Clemente habría actuado como obispo asistente mucho antes de convertirse en el principal obispo de la ciudad de Roma en la última parte del primer siglo.
Las primeras palabras de la Primera Epístola de Clemente a los Corintios, no dicen nada acerca de que Clemente fuera el obispo principal de la Iglesia Romana. Clemente abrió su Epístola a los Corintios diciendo:
(Te puede interesar: Doble naturaleza de Cristo)
“La Iglesia de Dios que reside en Roma a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que son llamados y santificados por la voluntad de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Gracia a vosotros y paz del Dios Todopoderoso os sea multiplicada por medio de Jesucristo. Por causa de las calamidades y reveses, súbitos y repetidos, que nos han acaecido, hermanos, consideramos que hemos sido algo tardos en dedicar atención a las cuestiones en disputa que han surgido entre vosotros (los corintios)…”. (1ª Clemente. Fuente: Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE. http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente1.htm).
Observe que Clemente no escribió su epístola como el obispo principal de Roma, sino como un representante de la iglesia romana diciendo: “consideramos” y “hemos”. Dado que Pedro ordenó a Lino como el obispo principal, y a Cleto y Clemente como obispos asistentes, tiene sentido creer que Clemente escribió su epístola a los corintios como uno de los ancianos de la iglesia de Dios en Roma, en lugar de como su obispo principal. Por lo tanto, es muy poco probable que Clemente escribiera su primera epístola como el obispo principal de Roma.
Denis Barton escribió: “Clemente no afirma estar escribiendo como el obispo de Roma, sino en nombre de la comunidad romana. Eusebio registró que ‘Clemente de Roma escribió en nombre de la iglesia de los romanos’ (EH 3:38,1). Él no dijo que Clemente escribió como el singular obispo de Roma.
Pedro había ordenado a Lino, Cleto y Clemente como obispos. Lino sucedió a Pedro en el año 67 d.C., por lo que Clemente habría actuado como un obispo asistente durante al menos tres años antes de la destrucción del Templo en el año 70 d.C. Por lo tanto, durante este periodo escribiría en el tiempo presente acerca de Jerusalén”. (La Tradición del Evangelio Clementino – Los autores de los Evangelios, por Dennis Barton. www.churchinhistory.org).
(También puedes visitar la sección de Cristología)
El Pastor de Hermas, dice que Clemente sirvió como un contemporáneo de Hermas, en la dignidad de uno de los líderes prominentes de la vasta Iglesia Romana.
“Por tanto, tú escribirás dos libritos, y enviarás uno a Clemente, y uno a Grapte. Y Clemente lo enviará a las ciudades extranjeras, porque éste es su deber; en tanto que Grapte lo enseñará a las viudas y huérfanos. Pero tú leerás (el libro) a esta ciudad junto con los ancianos que presiden sobre la Iglesia”. (Pastor de Hermas II.4. Fuente: Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE. http://escrituras.tripod.com/Textos/Hermas.htm).
Dennis Barton, escribió: “Así que aprendemos que era deber de una persona llamada Clemente relacionarse con las ciudades extranjeras. Lightfoot lo llamó: ‘el secretario de los asuntos exteriores de la iglesia romana’ (JATR 321), y Robinson lo describió como: ‘el corresponsal de las relaciones externas de la Iglesia Romana’. Edmundson, en su prestigiosa Conferencia Bampton de 1913, señaló que Clemente era: ‘solo el servidor, no el jefe de la Iglesia actuando por su propia iniciativa’.” (JATR 333). (Dennis Barton, “La Tradición Evangélica Clementina” – Los Autores de los Evangelios. www.churchinhistory.org).
No fue sino hasta el 88-97 d.C., que Clemente sirvió como el obispo principal de Roma en la sucesión apostólica de Pedro. Clemente es listado en la Epístola a los Filipenses como un colaborador en el ministerio del apóstol Pablo (Filipenses 4:3). Por lo tanto, es muy poco probable que la teología de Clemente hubiera sido diferente a la de los apóstoles del primer siglo.
LA TEOLOGÍA DE CLEMENTE EN SU PRIMERA EPÍSTOLA
El obispo romano del primer siglo, escribió en 1ª Clemente, capítulo dos:
“…Contentos con las provisiones que Dios os proveía. Y prestando atención a SUS PALABRAS, las depositabais diligentemente en vuestros corazones, y teníais SUS SUFRIMIENTOS delante de los ojos”. (1ª Clemente 2).
Alrededor del año 200 d.C., en su polémica Contra Práxeas, Tertuliano denunció la idea de que Dios podría sufrir. Sin embargo, Clemente, que estaba familiarizado con las enseñanzas de los apóstoles del primer siglo, enseñó que DIOS SUFRIÓ como Jesucristo (como un hombre en la carne) cien años antes de la época de Práxeas y Tertuliano.
Por lo tanto, podemos ver claramente que Clemente enseñó que Dios (el único Dios verdadero el Padre – Juan 17:3) sufrió como el hombre Cristo Jesús, tal como Práxeas y los modalistas lo enseñaron un siglo más tarde.
Clemente de Roma citó el mismo pasaje particular del perdido Evangelio de los Egipcios, tanto en 1ª Clemente 23 como en 2ª Clemente 11. Dado que a lo largo de 2ª Clemente, él citó regularmente el Evangelio de los Egipcios como “la palabra profética”, podemos ver que Clemente citó la misma cita del Evangelio de los Egipcios en 1ª y 2ª Clemente como Escritura.
¿Cómo podría Clemente haber citado la misma porción del Evangelio de los Egipcios en 1ª y 2ª de Clemente, si Clemente de Roma no hubiera sido el mismo autor de ambas epístolas?
Además, ¿Cómo podría el Evangelio de los Egipcios haber sido un documento del siglo segundo, cuando Clemente lo citó en el primer siglo dentro de su primera epístola? Dado que el Evangelio de los Egipcios es el único libro perdido de la Biblia que se citó en 2ª Clemente, la misteriosa cita bíblica que aparece tanto en 1ª como en 2ª Clemente, debe haberse originado del perdido Evangelio de los Egipcios.
Lo anterior, significaría que el Evangelio de los Egipcios fue escrito antes del año 70 d.C., mientras que los apóstoles originales todavía estaban vivos. El Evangelio de los Egipcios declaró claramente que Jesús es la misma Persona Divina que el Espíritu Santo del Padre.
Epifanio (340-403), escribió en Panarion 62, que el Evangelio de los Egipcios establece que Jesús “deja claro a los discípulos que Él mismo es el Padre, que Él mismo es el Hijo, y que Él mismo es el Espíritu Santo”. (Epifanio, Panarion, 62 – Contra los Sabelianos, 2,4-2,5. Fuente: Traducción de Frank Williams. El Panarion de Epifanio de Salamina, Libros II y III De la Fe. Segunda Edición Revisada. Copyright 2013 por Koninklijke Brill NV, Leiden, The Netherlands. Página 124).
Si el obispo romano del primer siglo hubiera sido trinitario, ¿Por qué habría de citar al manifiestamente modalista Evangelio de los Egipcios como Escritura inspirada? El Evangelio de los Egipcios establece claramente que Jesús “deja claro a los discípulos que Él mismo es el Padre, que Él mismo es el Hijo, y que Él mismo es el Espíritu Santo”. (Epifanio, Panarion 62 – Contra los Sabelianos;2,4-2,5). Por lo tanto, tenemos evidencia histórica clara para probar que Clemente de Roma era un obispo monarquiano modalista o unicitario dentro del primer siglo.
Los eruditos Roberts y Donaldson, no incluyeron el último pasaje interpolado en la versión de Leo en 1056 sobre 1ª Clemente, capítulo 58, porque el pasaje no se encuentra en el primer manuscrito existente del cual parecen haberse hecho las copias posteriores. J. B. Lightfoot había traducido el manuscrito del Códice H [o Hierosolimitano] escrito por Leo en 1056, que contiene una aparente adición interpolada a 1ª Clemente que no aparece en el anterior Códice Alejandrino del siglo V. Por lo tanto, 1ª Clemente 58 es probablemente una adición interpolada posterior.
La adición del siglo XI a 1ª Clemente (capítulo 58), dice: “Porque tal como Dios vive, y vive el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo…”. Los trinitarios citan a menudo este último pasaje del manuscrito de Leo del siglo XI, que no aparece en el manuscrito más confiable del siglo V que se encontró adjunto a las Escrituras del Nuevo Testamento en el Códice Alejandrino. Como los eruditos creen que el manuscrito de Leo del siglo XI fue compuesto desde el manuscrito alejandrino del siglo V como su fuente, es probable que Leo interpolara el pasaje en 1ª Clemente 58, ya que no aparece en el antiguo manuscrito de 1ª Clemente del siglo V.
La segunda Epístola de Clemente, también aparece con 1ª Clemente en el Códice Alejandrino con las palabras, “La Segunda Epístola de Clemente” en el manuscrito. Asimismo, cada manuscrito de 1ª Clemente, siempre ha sido encontrado con 2ª Clemente adjunto a él, con las palabras: “La Segunda Epístola de Clemente” escritas dentro del manuscrito.
Desde los primeros días de la historia cristiana, Clemente siempre fue conocido como el autor original de Primera y Segunda de Clemente. Por lo tanto, es absurdo negar la autoría clementina de ambos manuscritos, o que el mismo autor haya sostenido consistentemente la misma teología en ambas epístolas.
El obispo romano del primer siglo, nunca escribió nada sobre un supuesto “Dios el Hijo” pre-encarnado, distinto de Dios el Padre. Incluso, los historiadores trinitarios han notado que Orígenes fue el primero que enseñó la idea de un Hijo eterno a principios del siglo III, y que los oponentes de los modalistas eran semiarrianos en su teología, y entre estos semiarrianos estuvieron Tertuliano, Hipólito y Orígenes (Johannes Quasten, Patrología, Volumen II: Págs. 78, 200, 326-327 – Jaroslav Pelikan, El Surgimiento de la Tradición Católica, Vol I, pg. 191 – Jaroslav Pelikan, Princiipis 4:4:1), antes de que la doctrina de la trinidad estuviera completamente desarrollada. Por lo tanto, los modalistas / unicitarios fueron los primeros cristianos que creyeron en la deidad completa de Cristo, antes de que la doctrina trinitaria fuera desarrollada más tarde.
LA TEOLOGÍA DE CLEMENTE EN LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE CLEMENTE
El Códice Alejandrino, es un códice o libro encuadernado del quinto siglo, que incluye toda la Escritura del Nuevo Testamento junto con las dos Epístolas de Clemente. Wikipedia dice que el Códice Alejandrino, “…contiene todos los libros del Nuevo Testamento (aunque las páginas que contenían a Mateo 1:1-25:5 no existen). Además, el códice contiene a 1. Clemente (falta 57:7-63) y la homilía conocida como 2. Clemente (hasta 12:5a)”.
Como tanto 1ª y 2ª de Clemente se encontraron adheridas al Códice Alejandrino que contiene todos los libros del Nuevo Testamento, es difícil imaginar que los primeros cristianos no creyeran que el obispo romano del primer siglo fuera el autor de ambos documentos. ¿Por cuál otra razón, tanto 1ª y 2ª de Clemente fueron unidas al final del Nuevo Testamento, si los primeros cristianos no creyeron que tanto la 1ª y la 2ª Epístolas de Clemente fueron escritas en el siglo primero? Por lo tanto, 2ª Clemente también debe haber sido escrita en el primer siglo por el mismo obispo romano, es decir, Clemente.
El Obispo Clemente, escribió en 2ª Clemente, capítulo 1:
“HERMANOS, tendríamos que pensar en Jesucristo como Dios y como Juez de los vivos y los muertos. Y no deberíamos pensar cosas mediocres de la salvación; porque, cuando pensamos cosas mediocres, esperamos también recibir cosas mediocres. Y los que escuchan como si se tratara de cosas mediocres hacen mal; y nosotros también hacemos mal no sabiendo de dónde y por quién y para qué lugar somos llamados, y cuántas cosas ha sufrido JESUCRISTO por causa nuestra. ¿Qué recompensa, pues, le daremos?, o ¿Qué fruto digno de su don hacia nosotros? ¡Y cuántas misericordias le debemos! Porque Él nos ha concedido la luz; nos ha hablado como un PADRE a sus hijos; nos ha salvado cuando perecíamos. [Observe que no hay nada en el texto que indique que el tema ha cambiado de Jesucristo a Dios el Padre, por lo que Clemente de Roma identificó a Jesucristo como el Padre]. ¿Qué alabanza le rendiremos?, o ¿Qué pago de recompensa por las cosas que hemos recibido nosotros, que éramos ciegos en nuestro entendimiento, y rendíamos culto a palos y piedras y oro y plata y bronce, obras de los hombres; y toda nuestra vida no era otra cosa que muerte?….” (2ª Clemente. Fuente: Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE. http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente2.htm).
Observe que Clemente identifica a Jesucristo “como Dios y como Juez de los vivos y los muertos”. Luego Clemente continúa identificando a Jesucristo como el que “nos ha concedido la luz; nos ha hablado como un PADRE a sus hijos”.
Si la teología de Clemente hubiera sido trinitaria, entonces él no habría llamado a Jesucristo “un Padre a sus hijos”. De acuerdo con la posterior teología trinitaria, Clemente debería haber llamado a Jesucristo “Dios el Hijo”, en lugar de identificarlo como el Dios Padre de su pueblo, que nos ha llamado sus hijos.
2ª Clemente 9:5-6: “Si Cristo el Señor que nos salvó, siendo primero Espíritu, luego se hizo carne, y en ella nos llamó, de la misma manera también nosotros recibiremos nuestra recompensa en esta carne”. (2ª Clemente. Fuente: Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE. http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente2.htm).
Note que Clemente nunca habló de “Cristo el Señor” como “Dios el Hijo” que “se hizo carne”. Según Clemente, “Cristo el Señor que nos salvó” fue “primero Espíritu”. En el capítulo ocho, Clemente parece decir que Cristo fue primero el Espíritu, o sea “el Espíritu Santo”; pero en el capítulo 14:3-4 no dejó lugar a dudas de que se estaba dirigiendo a Cristo como el Espíritu Santo.
“…el Espíritu Santo… Guardad la carne para que podáis participar del Espíritu. Pero si decimos que la carne es la Iglesia y el Espíritu es Cristo, entonces el que haya obrado de modo inexcusable con la carne ha obrado de modo inexcusable con la Iglesia. Este, pues, no participará del Espíritu, que es Cristo”.
2ª Clemente afirma claramente que el Espíritu Santo es el Espíritu que es Cristo.
Los trinitarios suponen la creencia de que “el Hijo no es el Espíritu Santo” y que “el Espíritu Santo no es el Hijo”. Sin embargo, Clemente escribió que “el Espíritu Santo… es Cristo”.
Por otra parte, Clemente citó con frecuencia el ahora no existente Evangelio de los Egipcios, que contiene expresamente un contenido monarquiano modalista. Segunda de Clemente cita repetidamente textos del Evangelio de los Egipcios, al que consideraba como Escritura. Esto presenta un problema para los eruditos trinitarios, porque los datos históricos prueban que el Evangelio de los Egipcios fue considerado como Escritura Sagrada por los primeros monarquianos modalistas.
Epifanio (340-403), escribió que el Evangelio de los Egipcios afirma que Jesús “deja claro a los discípulos que Él mismo es el Padre, que Él mismo es el Hijo, y que Él mismo es el Espíritu Santo”. (Epifanio, Panarion 62 – Contra los Sabelianos; 2,4-2,5).
Si Clemente no creía que Jesús era el Padre y el Espíritu Santo, ¿Por qué habría de citar repetidamente al Evangelio de los Egipcios como Escritura inspirada autoritativa? Es aparente que la enseñanza modalista de Clemente de que Jesús sea llamado el Padre, y que el Espíritu Santo sea llamado Cristo, es la verdadera razón por la cual la mayoría de los eruditos trinitarios rechazan el aceptar a 2ª Clemente como un documento escrito por el obispo romano del siglo primero.
La teología trinitaria supone la creencia de que el Padre y el Espíritu Santo no son el Hijo. ¡Por lo tanto, los trinitarios no pueden reclamar la “sucesión apostólica” a través de los obispos romanos, porque los obispos romanos del primer siglo fueron modalistas!