La Gloria Postrera Será Mayor Que la Primera
Introducción: La gloria postrera de esta casa, será mayor que la primera
¡Qué poderoso es el mensaje contenido en Hageo 2:9! Este versículo ha sido fuente de esperanza, inspiración, reflexión y estudio bíblico a través de las generaciones: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, dice Jehová de los ejércitos, y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”. Estas palabras resonaron en un contexto histórico específico y, al mismo tiempo, se proyectan hacia el cumplimiento de un propósito eterno de Dios. Pero, ¿Qué significa realmente la “gloria postrera” y cómo se aplica a nosotros hoy?.
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Contexto Histórico de Hageo 2:9
El libro de Hageo fue escrito en un periodo crucial de la historia de Israel, cuando el pueblo regresó del exilio en Babilonia y enfrentó la tarea de reconstruir el templo en Jerusalén. Este templo, conocido como el Segundo Templo, no tenía el esplendor físico del primero construido por Salomón, lo que causaba desánimo entre aquellos que habían visto la gloria del primer templo.
Dios, sin embargo, da una promesa asombrosa a través de Hageo: la gloria postrera de esta casa sería mayor que la primera. Este mensaje no solo fue una declaración de esperanza para los israelitas, sino también una profecía sobre el cumplimiento de la voluntad de Dios en la historia.
Sacudimiento de las Naciones
En los versículos anteriores (Hageo 2:6-7), Dios promete sacudir los cielos, la tierra y las naciones antes de llenar la casa con Su gloria. Este sacudimiento simboliza un tiempo de transformación y preparación divina, tanto en el ámbito espiritual como en el físico. Este proceso precede la manifestación de una gloria mayor.
La gloria postrera
La Gloria Postrera y Cristo
Aunque el cumplimiento inmediato de esta promesa se relaciona con el Segundo Templo, su pleno cumplimiento apunta a Jesucristo, quien es la encarnación de la gloria de Dios. Cuando Jesús caminó por el templo, se reveló como el cumplimiento de esta profecía, trayendo una gloria espiritual mucho mayor que cualquier esplendor terrenal.
En el Nuevo Testamento, encontramos referencias que nos ayudan a entender este concepto más profundamente. Por ejemplo, en Colosenses 1:27, Pablo escribe: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Esto nos lleva a comprender que la gloria postrera no es un edificio físico, sino la presencia misma de Dios morando en Su pueblo por medio del Espíritu Santo.
Nosotros Como Templo de Dios
El apóstol Pablo también afirma en Efesios 2:19-22 que los creyentes son edificados como un templo santo para el Señor. Dice: “Vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”. Este templo espiritual, formado por todos los redimidos en Cristo, es la “gloria postrera” que será mayor que la primera.
Esta verdad también está presente en la oración de Jesús en Juan 17:22: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”. La gloria que recibimos en Cristo nos une como Su cuerpo, Su novia, Su iglesia.
La Gloria Postrera en el Futuro
Aunque ya vivimos en la realidad de la gloria de Dios morando en nosotros, también hay un cumplimiento futuro que esperamos. El libro de Hebreos (12:26-29) describe un tiempo cuando Dios sacudirá nuevamente los cielos y la tierra, eliminando lo temporal para establecer lo eterno. Este sacudimiento prepara el camino para la manifestación final de la gloria de Dios.
El Apocalipsis también describe un momento cuando la Nueva Jerusalén descenderá del cielo y Dios habitará permanentemente con Su pueblo (Apocalipsis 21:3). En ese tiempo, no habrá necesidad de un templo físico, porque “El Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo de ella” (Apocalipsis 21:22).
Aplicaciones para Hoy
La promesa de la gloria postrera, la cual será mayor que la primera, no es solo para el futuro; tiene implicaciones prácticas para nuestra vida diaria como creyentes.
1. Ser Portadores de Su Gloria
Somos llamados a ser vasos de la gloria de Dios. Como creyentes, llevamos la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Esto significa que nuestras vidas deben reflejar Su carácter, Su amor y Su poder en el mundo.
2. Vivir con Esperanza
La promesa de la gloria postrera nos da esperanza en medio de los desafíos. Aunque enfrentemos tiempos de sacudimiento, podemos confiar en que Dios está obrando para manifestar Su gloria en nuestras vidas y en el mundo.
3. Orar por la unidad en la Iglesia
Jesús oró para que Su iglesia fuera una (Juan 17:21). Nuestra unidad como cuerpo de Cristo es una forma poderosa de manifestar Su gloria al mundo.
4. Prepararnos para Su Venida
El cumplimiento final de la gloria postrera se dará cuando Cristo regrese. Mientras tanto, somos llamados a vivir vidas santas y a compartir el Evangelio con aquellos que aún no conocen a Jesús.
Conclusión: La gloria postrera será mayor que la primera
La gloria postrera de la que habla Hageo 2:9 es mucho más que un templo reconstruido o un avivamiento pasajero. Es la presencia misma de Dios manifestándose en Su pueblo, tanto ahora como en el futuro glorioso que esperamos. Como creyentes, somos parte de este plan eterno, llamados a reflejar Su gloria en un mundo que necesita desesperadamente de Su luz.
¡Que estas verdades profundicen nuestra fe, nos llenen de esperanza y nos impulsen a vivir para Su gloria! Como dice Efesios 3:20-21: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén”.
Espero que este breve estudio bíblico sobre «la gloria postrera será mayor que la primera», te sirva para seguir profundizando en el tema. Bendiciones en el nombre de Jesús.