De lo vil y menospreciado del mundo escogió Dios

Bosquejo de prédica escrita: De lo más Vil y Menospreciado

En 1 Corintios 1:26-31, el apóstol Pablo nos invita a reflexionar sobre la elección divina. Este pasaje nos confronta con una verdad desconcertante: Dios elige lo que el mundo considera más vil, débil y menospreciado para llevar a cabo Su propósito glorioso. En este artículo, exploraremos cómo esta elección redefine nuestro entendimiento de valor, fuerza y sabiduría, y cómo debemos responder como creyentes.

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I. La elección de Dios: De lo más vil y menospreciado

A. Lo Necio para Avergonzar a los Sabios

Pablo comienza diciendo: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles” (v. 26). El apóstol nos desafía a observar nuestra condición antes de ser llamados por Dios. La mayoría de nosotros no tenía influencia, prestigio ni poder a los ojos del mundo. Sin embargo, Dios en Su soberanía escogió “lo necio del mundo” para avergonzar a los sabios (v. 27).

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La sabiduría que el mundo exalta se basa en logros humanos, intelecto y habilidades. Pero Dios, al elegir lo que el mundo considera insignificante, revela la futilidad de esta sabiduría. En la economía de Dios, la dependencia de Su gracia reemplaza la autosuficiencia humana.

Esta elección no es al azar; es intencional y apunta a glorificar a Aquel que da la sabiduría verdadera. Al hacerlo, Dios despoja a los orgullosos de su gloria y magnifica Su poder.

B. Lo Débil para Avergonzar a los Fuertes

El texto también enfatiza que “lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (v. 27). Esta declaración subraya el contraste entre la fortaleza humana y el poder divino.

La fortaleza humana, ya sea física, financiera o social, no tiene valor en el reino de Dios cuando se compara con Su poder soberano. La cruz misma es el ejemplo supremo de este principio: lo que parece una derrota total —la muerte de Cristo— se convierte en la mayor demostración de victoria y poder redentor.

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La elección de lo débil también tiene un efecto pedagógico. Nos enseña a depender totalmente de Dios, reconociendo que Su fortaleza se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9).

C. Lo vil del mundo y Menospreciado escogió Dios para Deshacer lo que Es

En el versículo 28, Pablo menciona que Dios elige “lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”. Esta frase refleja la naturaleza radical del plan perfecto de Dios.

La expresión “lo que no es” subraya cómo el mundo desprecia a aquellos que considera insignificantes. Sin embargo, estas mismas personas son las que Dios llama y usa para manifestar Su gloria. Esta elección desafía los valores y sistemas de este mundo, mostrando que la verdadera grandeza no se encuentra en el estatus, sino en la relación con el Creador.

El propósito de Dios al deshacer “lo que es” es eliminar cualquier posibilidad de jactancia humana. Todo lo que somos y tenemos proviene de Él, de manera que “nadie se jacte en su presencia” (v. 29).

II. Implicaciones para nuestra vida

A. Reconocer Nuestra Condición

La elección de Dios nos lleva a una evaluación honesta de nosotros mismos. Como creyentes, debemos aceptar que no fuimos llamados por nuestras cualidades, sino por la gracia inmerecida de Dios. Esta verdad nos libera de la arrogancia y nos llama a vivir con humildad.

B. Vivir como Escogidos

Pablo reprocha a los creyentes de Corinto porque, aunque eran escogidos, no vivían como tales. Continuaban actuando según los valores del mundo, buscando sabiduría, fuerza y prestigio terrenales.

El llamado para nosotros es diferente: debemos vivir como aquellos que han sido separados por Dios, reflejando Su carácter en nuestras acciones diarias. Esto implica reconocer que nuestro valor no está en lo que el mundo celebra, sino en nuestra identidad como hijos de Dios.

C. Glorificar a Dios en Todo

El único propósito de nuestra elección es que Dios sea glorificado. En el versículo 31, Pablo cita: “El que se gloría, gloríe en el Señor”. Nuestra vida debe ser un reflejo constante de Su gloria. Esto se logra cuando dependemos de Su poder y vivimos en obediencia a Su palabra.

III. Aplicación práctica

  1. Abrazar la Humildad: Reconozcamos que somos necios, débiles y viles o innobles según los estándares del mundo, pero gloriosamente escogidos por Dios. Esto nos lleva a una actitud de gratitud y humildad.
  2. Confiar en el Poder de Dios: En lugar de depender de nuestras habilidades, pongamos nuestra confianza en el poder y la sabiduría de Dios. Permitamos que nuestras debilidades sean una oportunidad para que Su fuerza se manifieste.
  3. Servir a Otros: Siguiendo el ejemplo de Cristo, debemos servir a los demás con amor y humildad, reconociendo que todos somos iguales ante Dios.
  4. Proclamar el Evangelio: La elección de Dios nos recuerda que no hay nadie tan insignificante que no pueda ser alcanzado por Su gracia. Compartamos este mensaje con aquellos que se sienten menospreciados o excluidos.

Conclusión: De lo vil y menospreciado del mundo escogió Dios

El pasaje de 1 Corintios 1:26-31 nos confronta con la paradoja del evangelio: Dios elige lo vil y menospreciado para avergonzar a los sabios y fuertes. Esta verdad no solo redefine cómo debemos vernos a nosotros mismos, sino también cómo debemos vivir.

Dios nos llama a una vida de humildad, dependencia y servicio, recordándonos que toda la gloria es para Él. Vivamos cada día conscientes de que, aunque el mundo pueda considerarnos “necios”, somos parte del glorioso plan redentor del Creador.

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