Lucha por lo que quieres

Reflexión Cristiana: Lucha por lo que quieres

En nuestra vida diaria, todos enfrentamos momentos en los que debemos luchar por lo que deseamos o necesitamos. Puede ser una meta personal, un sueño profesional o una victoria espiritual. Sin embargo, como cristianos, ¿Qué significa luchar por lo que quieres? ¿Es esta lucha compatible con nuestra fe? En esta reflexión, exploraremos cómo la Biblia nos enseña a luchar de manera piadosa, perseverante y con confianza en Dios.

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La lucha como parte del caminar cristiano

Desde el principio, la Biblia nos muestra que la vida cristiana no está exenta de luchas. En 1 Timoteo 6:12, el apóstol Pablo exhorta a Timoteo a “pelear la buena batalla de la fe”. Este versículo destaca que nuestras luchas no son solo físicas o materiales, sino también espirituales.

La palabra “lucha” en este contexto no implica una pelea agresiva, sino un esfuerzo continuo y decidido por alcanzar algo valioso. Esto incluye buscar a Dios en todo tiempo, resistir la tentación, superar nuestras debilidades y perseverar frente a las dificultades.

Ejemplos de fe y de perseverancia

Ejemplo de Jacob: Persistencia

Un ejemplo poderoso de lucha en la Biblia es el encuentro de Jacob con el ángel de Dios en Génesis 32:24-30. Jacob luchó toda la noche con un hombre, quien luego se revela como una manifestación divina. Jacob le dijo: “No te dejaré, si no me bendices” (Génesis 32:26).

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Jacob no solo luchó físicamente, sino también espiritualmente, mostrando su determinación de recibir una bendición de Dios. Esta historia nos enseña que Dios honra nuestra persistencia cuando luchamos con un corazón sincero y una fe genuina. A través de esta lucha, Jacob no solo recibió una bendición, sino también una nueva identidad: Israel, que significa “quien lucha con Dios”.

El papel de la fe en nuestras luchas

Hebreos 11, conocido como el “capítulo de la fe”, presenta una lista de héroes que lograron grandes cosas porque lucharon con fe. Por ejemplo, Noé construyó el arca a pesar de las burlas; Abraham salió de su tierra sin saber a dónde iba, confiando en la promesa de Dios; y Moisés lideró al pueblo de Israel fuera de Egipto a pesar de los obstáculos monumentales.

En cada caso, la fe fue el motor de sus luchas. Esto nos recuerda que nuestras luchas también deben estar fundamentadas en la fe. Sin fe, nuestras fuerzas humanas son limitadas, pero con fe en Dios, incluso lo imposible se vuelve posible (Marcos 9:23).

Luchas equivocadas vs. luchas correctas

Es importante distinguir entre las luchas que son de Dios y aquellas que no lo son. Santiago 4:1-3 nos advierte sobre luchar por deseos egoístas: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Luchar por lo que queremos no significa perseguir deseos egoístas o metas que nos alejen de Dios.

En contraste, Filipenses 4:13 nos recuerda que podemos “todo en Cristo que nos fortalece” cuando nuestras metas y deseos están alineados con Su voluntad. Por lo tanto, antes de luchar por algo, debemos examinar nuestro corazón y preguntarnos: ¿Esto glorifica a Dios? ¿Es parte de Su plan para mi vida?

Lucha por lo que quieres en oración y acción

El ejemplo de Nehemías

El libro de Nehemías ofrece un modelo práctico de cómo luchar de manera piadosa. Nehemías enfrentó la monumental tarea de reconstruir los muros de Jerusalén, enfrentando oposición externa e interna.

En Nehemías 4:9, leemos: “Entonces oramos a nuestro Dios y pusimos guardas contra ellos día y noche”. Nehemías no solo oró, sino que también tomó acción. Este equilibrio entre oración y trabajo arduo nos enseña que confiar en Dios no significa ser pasivos. Debemos hacer nuestra parte mientras dependemos de Su fortaleza y guía.

Perseverancia en la lucha por lo que quieres

La perseverancia es una de las claves para luchar de manera efectiva. Gálatas 6:9 nos anima: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.

En la lucha, habrá momentos de cansancio, desánimo e incluso fracaso. Sin embargo, la Biblia nos asegura que, si no desistimos, veremos los frutos de nuestro esfuerzo.

Ejemplo de Jesús: La lucha máxima por amor

El mayor ejemplo de lucha en la Biblia es el de Jesús en el Getsemaní y en la cruz. En Lucas 22:44, se nos dice que Jesús oraba con tal intensidad que su sudor era como gotas de sangre. En ese momento de agonía, luchó contra el temor y se sometió completamente a la voluntad del Padre, diciendo: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

En la cruz, Jesús luchó hasta el final para darnos salvación. Su ejemplo nos muestra que luchar por lo correcto, incluso cuando implica sacrificio, siempre vale la pena. Nos recuerda que nuestras luchas también pueden tener un propósito eterno cuando confiamos en Dios.

Aplicación práctica

  1. Evalúa tus luchas: Reflexiona sobre lo que estás persiguiendo. ¿Es algo que glorifica a Dios? ¿Está alineado con Su plan para ti? Si no estás seguro, busca consejo en la oración y en Su Palabra.
  2. Ora constantemente: Antes, durante y después de tus luchas, mantente en oración. Filipenses 4:6-7 nos recuerda que, cuando presentamos nuestras peticiones a Dios, Su paz guardará nuestro corazón y nuestra mente.
  3. Actúa con diligencia: Mientras confías en Dios, haz tu parte. Si buscas un trabajo, envía tu currículum. Si quieres crecer espiritualmente, dedica tiempo a la lectura bíblica y a la comunión con otros creyentes.
  4. No te rindas: Recuerda que las luchas no siempre se resuelven rápidamente. La perseverancia es clave, y Dios promete que Su gracia es suficiente (2 Corintios 12:9).

Conclusión

Luchar por lo que quieres como cristiano no se trata solo de esfuerzo humano, sino de una combinación de fe, persistencia y dependencia de Dios. Al seguir los ejemplos de Jacob, Nehemías, y sobre todo de Jesús, podemos aprender a enfrentar nuestras luchas con valentía y confianza.

Dios no nos llama a una vida sin luchas, pero Sí nos promete Su presencia en medio de ellas. Como dice Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Que esta verdad te inspire a luchar con fe por lo que realmente importa.

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