Jesús es Jehová

¿Quién es Jesús?: La pregunta más importante de la fe cristiana

Jesús es Jehová mismo manifestado en carne

A lo largo de los siglos, la humanidad ha intentado responder a una pregunta trascendental: ¿Quién es Jesús?. Algunos lo han considerado un profeta, otros un gran maestro, un líder religioso o un simple hombre bueno. Sin embargo, la Escritura nos revela algo mucho más profundo: Jesús es Jehová mismo manifestado en carne.

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Esta declaración no es simplemente una frase bonita para exaltar a Cristo, sino la verdad central del cristianismo apostólico. Creer que Jesús es Jehová significa reconocer que el Dios del Antiguo Testamento, el Creador, el Redentor y el único Salvador, se encarnó para habitar entre los hombres, morir en la cruz y resucitar glorioso para nuestra salvación.

En este extenso estudio, exploraremos cómo la Biblia presenta a Jesucristo como Jehová del Antiguo Testamento, comparando versículos, profundizando en su significado y mostrando la unidad absoluta de Dios.

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La unicidad de Dios: fundamento bíblico

Antes de entrar en las comparaciones, debemos recordar que la Biblia enseña la unicidad de Dios. No hay varios dioses, ni personas divinas independientes, sino un solo Dios que se ha manifestado de diferentes maneras a lo largo de la historia.

Deuteronomio 6:4: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
Isaías 44:6: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.”
1 Corintios 8:4: “Sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.”

Por lo tanto, cuando el Nuevo Testamento revela a Jesús como Salvador, Redentor, Creador, Pastor y Rey, no está hablando de una persona o dios diferente, sino del mismo Jehová revelado en carne.

Jesús es Jehová según las Escrituras

A continuación veremos una serie de comparaciones entre los atributos y obras de Jehová en el Antiguo Testamento y lo que se dice de Jesucristo en el Nuevo Testamento. Estas comparaciones demuestran claramente que Jesús no es un segundo Dios u otra persona, sino Jehová manifestado en carne.

La palabra de Jehová es eterna	La palabra de JESUCRISTO es eterna
Isaías 40:8 Sécase la hierba, marchítase la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.	San Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Jehová es el único Salvador	Jesús es el único Salvador
Salmo 37:39 Pero la salvación de los justos es de Jehová.	San Mateo 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
Salmo 68:20 Dios, Dios nuestro ha de salvarnos, y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.	San Lucas 2:10 Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Salmo 130:7 Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con Él; y Él redimirá a Israel de todos sus pecados.	San Juan 6:51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo, si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre…
Isaías 43:11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.	Hechos 4:11 Este JESÚS es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Isaías 45:21 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oir esto desde el principio y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo, Dios justo y Salvador; ningun otro fuera de mí.	Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Oseas 13:4 Más yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.
Jehová es Yo soy o el que vive por sí mismo	Jesús es Yo soy o el que vive por sí mismo
Éxodo 3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.	San Juan 8:58 Jesús le dijo:De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Jehová es Todopoderoso	Jesús es Todopoderoso
Génesis 17:1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso, anda delante de mí y sé perfecto.	Apocalipsis 11:17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
Éxodo 6:3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, más en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
Jehová es el primero y el último	Jesús es el principio y el fin
Isaías 44:6 Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.	Apocalipsis 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Jehová es el único creador	Jesús es el creador de todo
Génesis 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.	Colosenses 1:15 Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sena potestades, todo fue creado por medio de Él y para Él.
Jehová es nuestra luz	Jesús es nuestra luz
Salmo 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación ¿de quién temeré?	San Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló diciendo: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Jehová es mi pastor	Jesús es el buen pastor
Salmo 23 Jehová es mi pastor, nada me faltará.	San Juan 10:11 Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas.
Jehová es el esposo de su pueblo	Jesús es el esposo de su pueblo
Oseas 2:19 Y te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.	Apocalipsis 19:7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Jehová es el juez de toda la tierra	Jesús es el juez de todos
Salmo 9:7 Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud.	1 Corintios 5:10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Jehová es el Rey de toda la tierra	Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores
Salmo 47:7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra.	Apocalipsis 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES y SEÑOR DE SEÑORES.
Jehová es el Rey de gloria	Jesús es el Señor de gloria
Salmo 24:10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de gloria.	1 Corintios 2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Jehová es el Señor	Jesús es el Señor
Salmo 8:1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuan glorioso es tu nombre en toda la tierra!.	Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Ante Jehová toda rodilla se doblará	Toda rodilla se doblará ante Jesús
Isaías 45:23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.	Filipenses 2:10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Somos testigos de Jehová	Somos testigos de Jesús
Isaías 43:12 yo anuncié, y salvé, e hice oir, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.	Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Jehová es el dador del agua de la vida	Jesús es el dador del agua de la vida
Isaías 44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y rios sobre la tierra árida, mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.	San Juan 4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y el te daría agua viva.
Jehová es el Señor del día de reposo	El Hijo del Hombre es el Señor del día de reposo
Éxodo 31:15 Seis días se trabajará, más el séptimo es día de reposo consagrado a Jehová, cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá.	San Mateo 12:8 porque el Hijo del Hombre es el Señor del día de reposo.
Jehová envía a los profetas	Jesús envía a los profetas
2 Crónicas 36:15 Y jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.	San Mateo 23:34 Por tanto, he aquí yo os envió profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y a otros crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad.
Jehová salva eternamente	Jesús salva eternamente
Isaías 45:17 Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentéis, por todos los siglos.	San Juan 3:15 para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna.
Jehová es el único que potestad para perdonar pecados	Jesús es quien perdona nuestros pecados
Isaías 43:25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.	San Mateo 9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama, y al ver Jeús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados.
Somos justificados en Jehová	Somos justificados en Jesús
Isaías 45:25 En Jehová será justificada, y se gloriará toda la descendencia de Israel.	Romanos 3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Jehová será traspasado	El costado de Jesús es traspasado
Zacarías 12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como se aflige por el primogénito.	San Juan 19:34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
La ira de Jehová	La ira del Cordero
Isaías 63:3 He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo, los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché mis ropas.	Apocalipsis 19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

Reflexiones teológicas

Cuando afirmamos que Jesús es Jehová, no hablamos de un título simbólico ni de una metáfora espiritual. Estamos confesando una verdad fundamental, revelada y eterna: el mismo Dios que creó todas las cosas, que libertó a Israel de Egipto y que habló por medio de los profetas, se encarnó en Jesucristo. Analicemos con más detalle lo que esto significa.

¿Qué significa que Jesús es Jehová?

1. La encarnación es el misterio de la piedad

El apóstol Pablo declara en 1 Timoteo 3:16: “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.”

Este texto no deja lugar a dudas: el Dios eterno se hizo visible en la persona de Jesucristo. La encarnación no significa que un hombre común recibió a Dios, sino que Dios mismo tomó forma de hombre.

En el Antiguo Testamento, Jehová es invisible, inalcanzable y habita en luz inaccesible.
En el Nuevo Testamento, ese mismo Dios se acerca en Jesús para caminar con nosotros, tocar a los enfermos, perdonar pecados y mostrar su gloria.

La encarnación es un misterio porque supera nuestra lógica humana. Sin embargo, es la clave para entender cómo el Dios eterno pudo experimentar el sufrimiento humano para ofrecer redención eterna.

2. La obra de salvación solo puede ser realizada por Dios mismo

Si Jesús fuera solo un profeta, un maestro o un ángel, su muerte no tendría poder redentor. La Escritura enseña que solo Jehová puede salvar (Isaías 43:11). La salvación no es una obra compartida ni delegada, sino un acto divino absoluto.

Por eso, cuando el Nuevo Testamento presenta a Jesús como el Salvador del mundo (Juan 4:42), está revelando que Él es Dios mismo. Ningún ser creado podría llevar sobre sí el peso de los pecados de la humanidad, enfrentar la ira divina y vencer la muerte.

En la cruz, Jehová mismo estaba reconciliando al mundo consigo (2 Corintios 5:19).
La sangre de Cristo tiene valor eterno porque no es sangre de un simple hombre, sino de Dios manifestado en carne (Hechos 20:28).

Esto significa que nuestra redención es segura porque depende del poder de Dios, no de los méritos de un hombre.

3. Jesús no vino a revelar a otro Dios, sino al único Dios verdadero en forma humana

Uno de los mayores errores doctrinales en la historia ha sido pensar que Jesús vino a introducirnos a una “segunda persona divina”. Pero Jesús mismo aclaró su misión:

Juan 14:9: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”
Juan 10:30: “Yo y el Padre uno somos.”
Colosenses 1:15: “Él es la imagen del Dios invisible.”

Jesús no vino a presentar a un Dios diferente, sino a mostrar el rostro humano del Dios eterno. Lo que en el Antiguo Testamento estaba oculto tras símbolos, profecías y teofanías, en el Nuevo Testamento se revela claramente en Cristo.

Esto nos lleva a una conclusión esencial: conocer a Jesús es conocer a Jehová. No necesitamos buscar a Dios fuera de Cristo, porque toda la plenitud de la Deidad habita en Él (Colosenses 2:9).

Aplicación práctica para el creyente

Saber que Jesús es Jehová no es solo un dato doctrinal, sino una verdad que transforma nuestra vida diaria.

Saber que Jesús es Jehová transforma nuestra vida

1. Seguridad en la salvación

Nuestra fe no descansa en un líder religioso, sino en el Dios eterno hecho hombre. Esto nos da confianza absoluta: si Jesús es Jehová, entonces su sacrificio es suficiente y eterno.

Hebreos 7:25: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios.”
Si Jesús fuera un simple hombre, nuestra salvación estaría en duda. Pero al ser Jehová, tenemos la garantía de que su obra es perfecta y completa.

2. Motivación para la adoración

Cuando reconocemos que Jesús es Jehová, nuestra manera de adorarlo cambia. No lo vemos como un intermediario, sino como el mismo Dios digno de toda alabanza.

Por eso, los primeros cristianos no dudaban en adorar a Jesús como Señor (Hechos 2:36).
Cada vez que decimos “¡Gloria a Jesús!”, estamos rindiendo gloria al Dios eterno.

Esto nos recuerda que la verdadera adoración cristiana es cristocéntrica, porque en Jesús habita toda la plenitud de Dios.

3. Compromiso con la santidad

Si Jesús es Jehová, entonces quien nos llama a vivir en santidad no es un simple maestro, sino el Dios Santo de Israel.

1 Pedro 1:16: “Sed santos, porque yo soy santo.”
Si seguimos a Cristo, debemos reflejar su carácter, porque su Espíritu habita en nosotros.

La santidad no es una opción, sino una consecuencia natural de reconocer que el Dios tres veces santo vive en nosotros por su Espíritu.

4. Confianza en medio de las pruebas

Cuando atravesamos dificultades, recordar que Jesús es Jehová nos da fortaleza.

El mismo Jehová que abrió el Mar Rojo es el Jesús que calma la tempestad.
El mismo que sostuvo a Elías en el desierto es el que nos fortalece cuando nos sentimos débiles.

Jesús no es un espectador de nuestras pruebas, sino el Dios poderoso que camina con nosotros.

Esto nos permite enfrentar la vida con paz, porque sabemos que aquel que dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20), es el mismo Jehová que nunca falla.

Conclusión: Jehová es Jesús

Después de profundizar en estas reflexiones, entendemos que confesar que Jesús es Jehová no es una tradición ni una interpretación aislada, sino la verdad central del evangelio.

La encarnación revela al Dios eterno en forma humana.
La salvación nos muestra que solo Jehová, en la persona de Jesús, pudo redimirnos.
La revelación plena de Dios se encuentra en Cristo y en nadie más.

Por lo tanto, proclamar que Jesús es Jehová es afirmar la fe apostólica, es reconocer que toda rodilla se doblará ante Él y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:10-11).

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