Mensajes cristianos: Levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas
¿Qué significa levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas?
La Biblia nos dice en Hebreos 12:12: «Levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas«. Es uno de los mensajes cristianos que posiblemente ya hayas escuchado. Vamos a reflexionar en esta prédica escrita sobre lo que nos dice el escritor de la carta a los hebreos.
La vida cristiana es la mejor opción que cualquiera puede escoger; los beneficios son muchos y eternos. Sin embargo, como iglesia no podemos caer en el sentimentalismo de pensar que la vida cristiana se puede vivir sin ningún tipo de oposición.
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Se debe estar claro que el mundo en general está en contra del auténtico evangelio, y de quienes le sirven al Señor Jesucristo con un corazón limpio, rechazando toda practica del mundo y del pecado. Esta realidad fue claramente enseñada por el Señor Jesús cuando dijo a sus discípulos:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Vivimos en un mundo donde tendremos aflicción. De pronto nos vamos a desanimar y cansar. Es por esta razón que se nos dice: Levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas».
Levantad las manos caídas:
¿Que entendemos por las manos caídas?
Es interesante resaltar que las manos caídas que refleja el profeta Isaías en el cap. 35:3 y hebreo 12:12 representan: Desánimo, pereza, cansancio, debilidad, inactividad, desganado y negatividad. En relación a esto abordaremos tres aspectos: Desánimo, pereza y cansancio.
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Desánimo:
Acción o efecto de desanimar o de desanimarse; falta de ánimo, entusiasmo, ganas o voluntad para hacer o enfrentar algo. Ejemplo cuando se pierde la voluntad de servirle al Señor Jesús, desatendiendo cuando dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente (Biblia Peshita).
El desanimo es la principal arma, que hace uso satanás contra los creyentes.
Pereza:
La pereza es una falta de voluntad para actuar, trabajar o atender las tareas que competen. Es contraria a los valores como la diligencia, la eficiencia y la responsabilidad.
La pereza es la negligencia, flojedad o descuido de los deberes u obligaciones en que el creyente debería de ocuparse.
Dicha falta de voluntad puede manifestarse de diversas maneras:
- Procrastinación: posponer tareas por falta de motivación o interés.
- Apatía: falta de interés o entusiasmo por las actividades diarias.
- Falta de iniciativa: incapacidad para tomar decisiones o emprender acciones sin un estímulo externo.
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Socialmente, la pereza está mal vista, debido a que se considera como una falta de responsabilidad y compromiso, es un antivalor.
Significado bíblico de la Pereza
El tema de la pereza, aunque se encuentra en toda la Biblia, se menciona con más frecuencia en el libro de Proverbios del Antiguo Testamento. Las palabras que se usan con más frecuencia para describir la pereza son «perezoso» y «flojo».
La pereza puede hacer que el creyente pierda oportunidades en la vida, y lo peor, es que se aleje de Dios, a causa de su falta de interés por cumplir con sus obligaciones como creyente (Proverbios 6:6-11). Incluso, para la iglesia católica, la pereza es uno de los pecados capitales, junto con la soberbia, la avaricia, la gula, la lujuria, la ira y la envidia.
Cansancio: Fortaleced las manos cansadas, Isaías 35:3
Existen dos tipos de cansancio. El primero es el resultado del desgaste corporal, mental, o emocional que toda persona puede percibir en sí misma después de realizar una labor agotadora. Este sentimiento de debilidad se ve compensado al saber que las energías se gastaron en una labor que se considera alentadora, provechosa, o simplemente gratificante.
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El segundo tipo de cansancio ya es más problemático. Se trata también de un desgaste corporal, mental, o emocional, pero que es producto de una vida agotada por sinsabores, o por oportunidades perdidas. Este cansancio es producto de experimentar la maldad, el rechazo de los que le rodean, o simplemente porque todo esfuerzo acaba en un saco roto sin llegarse a ver nunca los resultados esperados.
La Palabra de Dios debe proveernos el entendimiento suficiente para poder enfrentar con sabiduría todo lo que se nos presente por delante. Hay un viejo dicho que dice: “más vale destreza que fuerza”. La destreza, en este caso, tiene que ver con entender los principios eternos de Dios para poder aplicarlos a todas las situaciones humanas.
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En Hebreos 12:12, se retoma Isaías 35:3 diciendo levantad las manos caídas. Necesitamos fortalecer nuestras manos con la ayuda de Dios y levantarnos. Antes que el cansancio nos lleve al desánimo y destruya nuestra vida espiritual.
Afirmad o levantad las rodillas paralizadas o endebles
¿Qué repercusiones hay cuando tienes parálisis espiritual?, ¿Cómo podemos afirmar las rodillas paralizadas ante Dios?
Es bueno mencionar que el llamado que Dios hace a través de los profetas y de los apóstoles a la iglesia de hoy, es que debemos levantarnos a pesar de la condición que nos está impidiendo caminar. Si en verdad deseas correr en esta carrera, y tomar el desafío que esta por delante.
Afirmad las rodillas endebles
En Isaías 35:3–4 se le exhorta al pueblo de Israel, “fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará”.
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El pueblo de Israel en varias ocasiones, en su vida espiritual ante Dios, estuvieron sus manos débiles, y paralizada sus rodillas; es por esta razón que se le invita a dejar el desánimo, la pereza e indiferencia y que se vuelvan a su creador.
Se nos hace la invitación de levantar las manos caídas y las rodillas paralizadas, tomando en cuenta lo que dice Proverbios 24:33–34, nos advierte diciendo:
“Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado.”
La pereza y autocomplacencia
Si el texto anterior lo leemos desde el versículo 30, nos daremos cuenta que la pereza y la autocomplacencia son el veneno de todo bien. Cuando vemos campos tapados de espinos y cardos, y las rejas rotas, vemos un emblema del estado mucho más deplorable de muchas almas. Todo afecto vil crece en los corazones de los hombres pero ellos se las arreglan para dormir. Mostremos sabiduría duplicando nuestra diligencia en toda cosa buena.
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Es significativo mencionar que la advertencia que se nos da, es que no debemos conformarnos con la parálisis espiritual en nuestra vida cristiana; ya que este estado es muy peligroso, porque tarde o temprano se sufrirán grandes consecuencias.
Ejercitar las rodillas paralizadas
Es bueno valorar que el Señor nos amonesta en estos tiempos a ejercitar las rodillas paralizadas, hay que tener presente, que se tiene una carrera larga por delante y nadie se puede quedar atrás, todos debemos salir como triunfadores en esta carrera.
En 1 Tesalonicense 5:14 nos dice, “también os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.”
¡Hoy es el tiempo de tomar ánimo y sostenernos los unos a los otros, para que juntos corramos esta carrera! Sin duda la recompensa será dada de parte del Señor Jesús a todos aquellos que se levanten y corran con paciencia hasta el fin.
Conclusión:
Es necesario reflexionar que este es un llamado de atención o exhortación, levantad las manos caídas, la cual nos hace el Señor Jesús a través de su palabra, invitándonos a levantar nuestras manos y enderezar las rodillas paralizadas y no seguir con la parálisis espiritual, ya que sería muy peligroso para nuestra vida cristiana.
Es importante hacer una valoración de nuestro andar en este recorrido y recordar que la venida del Señor está a la puerta.